El famoso adagio de Albinoni no era tan, tan adagio de Albinoni

El famoso Adagio de Albinoni no era tan, tan Adagio de Albinoni.

Adagio en Sol Menor (1958). Russian Philharmonic Orchestra, director Roberto Molinelli, International House of Music

En una época donde hay un  esfuerzo por el protagonismo, por el yo, antes que por el  nosotros, resulta difícil comprender a Remo Giazotto.

Quizás esta sea la historia que existió entre Remo Giazotto y Tomaso Albinoni, acerca del famoso Adagio en sol menor, mundialmente conocido como el Adagio de Albinoni, a pesar que entre ambos hay más de 2 siglos de distancia, exactamente 239 años.

Remo Giazotto, nació en Roma en 1910 y murió en 1998, fue un musicólogo reconocido por su trabajo de clasificar y catalogar las obras completas de Tomaso Albinoni.

Tomaso Giovanni Albinoni nació en Venecia en 1671 y murió en ella en 1751, a los 79 años, debido a su diabetes. Fue un compositor de ópera.

Célebre en su época por sus quizás más de 80 obras, de las que 23 se han perdido durante el bombardeo y destrucción de la Biblioteca Estatal de Dresde durante la segunda guerra mundial, a pesar de ello, actualmente se le conoce más por su música instrumental, como sus conciertos para oboe, pero especialmente por su célebre Adagio, que como veremos, no fue tan, tan de él, sin el saberlo.

El adagio se le atribuye a Remo Giazotto.

Giazotto tuvo un intenso trabajo como crítico musical en la “Rivista Musicale Italiana” (critico desde 1932 y editor desde 1945/49), también como coeditor de la “Nuova Rivista Musicale Italiana” desde 1967.

Desde 1957 a 1969 fue profesor de Historia de la Música en la Universidad de Florencia y en 1962 fue nombrado miembro de la “Accademia Nazionale di Santa Cecilia”.

Ésta Academia fue fundada en el año 1585 a partir del documento o bula papal “Ratione congruit”, emitida por el Papa Sixto V (1521 – 1590).

Invocaba a dos santos importantes en la historia de la música: al papa Gregorio Magno (540 – 604), que diera nombre al canto gregoriano, cuyos orígenes comienzan en la práctica musical de la sinagoga judía y las primeras comunidades cristianas, y a Cecilia de Roma ( ? – 230) patrona de la música, de los poetas y de los ciegos.

Una referencia importante es que la primera sede de la Congregación de músicos de Roma estuvo entre 1585 y 1622 en la iglesia de Santa María de los Mártires, que conocemos como el Panteón de Roma, encargado por Marco Agripa durante el gobierno de Augusto y terminado por el emperador Adriano, alrededor del año 116 d.C.

Albinoni era hijo de Antonio Albinoni (1634 – 1709), un rico comerciante de papel en Venecia. Durante su formación musical estudió violín y canto.

Muy relacionado, en 1694 dedico su Opus 1 al cardenal Pietro Ottoboni (1667 – 1740) quien era sobrino-nieto del papa Alejandro VIII (1610 – 1691).

Ottoboni era un mecenas de otros compositores en Roma, como Arcangelo Corelli (1653 – 1713), Alessandro Scarlatti (1660 – 1725) y Georg Friedrich Haendel (1685 – 1759).

Es probable que Albinoni fuera contratado en 1700 como violinista por Fernando Carlo, duque de Mantua, pues le dedicó su colección de piezas instrumentales Opus 2. Nos suena su nombre, al ser el duque de Mantua un personaje de la ópera Rigoletto de Giuseppe Verdi (1813 – 1901).

Su música instrumental atrajo la atención de Johann Sebastián Bach (1685 – 1750) quien escribió al menos dos fugas sobre temas de Albinoni y utilizó constantemente sus bajos como ejercicios de armonía para sus alumnos.

Giazotto escribió las biografías de Tomaso Albinoni y Antonio Vivaldi (1678 – 1741), entre otros compositores.

Asimismo fue director de los programas de música de cámara para la RAI (Radio Audizioni Italiane), llegando a dirigir los programas internacionales en 1966.

Giazotto prefiere dar fama al Adagio y no a él como compositor

Publicó la obra llamada “Adagio de Albinoni” diciendo que había transcrito un fragmento de un manuscrito de Albinoni que encontró en la Biblioteca Estatal de Dresde, poco después de la Segunda Guerra Mundial.

Giazotto llegó a afirmar que había hecho el arreglo de la obra, pero que no la había compuesto.

De haberla creado él sería su única composición, pero se sabe que es una obra enteramente original de su autoría.

El fragmento supuestamente encontrado disponía solo del pentagrama del bajo y de seis compases de la melodía.

Giazotto compuso el famoso Adagio en 1945 y fue publicado por primera vez en 1958.

El editor Ricordi dijo como argumento de venta, que Giazotto se había basado en unos fragmentos que pudo rescatar en las ruinas de la Biblioteca de Dresde.

En esos fragmentos originales, apenas se apreciaba el bajo continuo y seis compases de la melodía de un movimiento lento de una sonata a trío para cuerdas y órgano de Tomaso Albinoni.

Se desmintió la autoría de Albinoni

Sin embargo, nunca ha sido encontrada una prueba seria de la existencia de tales fragmentos; por el contrario la “Staatsbibliothek Dresden” ha desmentido formalmente tenerlas en su colección de partituras.

En la partitura que tengo en mi poder, editada por G. Ricordi & C. s.p.a Milano pone:

“Advertencia, El Adagio en Sol menor (G menor) para cuerdas y órgano fue compuesto por Remo Giazotto sobre los apuntes temáticos y un bajo cifrado de Tomaso Albinoni…”

El Adagio ha sido trascripto para otros instrumentos, aumentando su difusión.

Se lo utilizó en bandas sonoras de películas como la australiana Gallipoli (1981) dirigida por Peter Weir, asi como en programas de televisión y en múltiples anuncios comerciales.

En el álbum del grupo The Doors “An American Prayer”, también Jim Morrison ha recitado poesías con un arreglo musical adaptado del Adagiotocado en el fondo de “Feast of Friends”.

La obra de Yngwie Malmsteen “Icarus Dream Suite Op. 4” se inspira y se basa principalmente en el Adagio. 

Wolf Hoffmann realizó una versión en estilo “metal neoclásico”.

Muchos cantantes populares la han utilizado como base para sus baladas,

¿Y en arquitectura, como andamos por casa?

En la arquitectura, se recuerda que los autores del Centro Pompidou de Paris, fueron 2 arquitectos, Renzo Piano y Richard Rogers.

Pero hubo un tercer arquitecto, del estudio que ganara el famoso concurso de los años 1970/71, el arquitecto Gianfranco Franchini (1938 – 2009).

En la foto que se ve a los autores, es el único que mira la maqueta del proyecto y no a los objetivos de la cámara que los retrata. Presta atención a su obra, no a su fama.

Relaciono su actitud con la de Remo Giazotto.

Gianfranco Franchini, luego del éxito internacional del proyecto Centre Pompidou, se ha concentrado en desarrollar proyectos culturales y arquitectónicos de pequeña escala.

Muchos en Italia, como la Biblioteca Cívica Internacional de Bordighera, la Biblioteca de Chieri, la Biblioteca Cívica «Lagorio» de Imperia o el Castillo de Mackenzie, asi como el Museo de Historia Judía de Génova. 

Entre finales de 1996 y marzo de 1997 estudió, diseñó y creó la instalación de la exposición «Van Dyck en Génova. Gran pintura y coleccionismo» celebrada en el Palazzo Ducale de Génova.

Mas

En mi blog hugoklico.blogspot.com ya había escrito acerca del rol de las mujeres, proyectando y al mismo tiempo siendo invisibles en el papel protagónico de sus diseños.

https://hugoklico.blogspot.com/2018/07/la-mujer-en-la-bauhaus-de-construyendo.html

En el caso de Remo Giazotto, ha sido su decisión personal frente a su obra, como escribí al comienzo, difícil de entender en un mundo lleno de ruidos sordos, falsos protagonismos y vergonzosas veleidades..

En el caso de Gianfranco Franchini, la desaparición de una autoría compartida del Centro Georges Pompidou es extraña, un desconocimiento alimentado por el silencio de sus dos famosos socios.

Las mujeres creadoras, ha sido una constante en la historia, invisibilidades sus nombres, por el contrario sus aportes geniales y únicos, acompañan nuestras vidas.

Sus aportes han sido tan valiosos, que “sus” hombres los han presentado como propios, adueñándose de lo ajeno.

Por eso, la actitud de Giazotto, llama tanto la atención.

Publicado por

hugoklico

Arquitecto. Argentino/Español. editor. distribuidor de libros ilustrados

2 comentarios en «El famoso adagio de Albinoni no era tan, tan adagio de Albinoni»

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