Leer es como soñar mirando letras. 3era parte y final. Librerías en París

Shakespeare and Company

1era parte

Leer es como soñar mirando letras. 1a parte. Librerías en Paris

2nda parte

Leer es como soñar mirando letras. 2a parte. Librerías en Paris

Aparece George Whitman

«Quise crear esta librería como el que escribe una novela», «Me gusta que la gente abra sus puertas como abre un libro, un libro en el que cada uno entra en el mundo mágico de su imaginación».

En 1951 el americano George Whitman (1913 – 2011) abre la librería “Le Mistral”.

Comenzó abriendo una precaria biblioteca de intercambio en un cuarto sin ventanas del hotel Suez, cerca de la Sorbona, luego pasó a un pequeño quiosco y finalmente un local, que llamó “Librería Mistral”.

Lawrence Ferlinghetti frente a su libreria

Uno de sus asiduos visitante fue el poeta, traductor, periodista y editor Lawrence Ferlinghetti (NY 1919 – 2021 San Francisco), cofundador de la librería City Lights de San Francisco, una librería con un espíritu muy similar que fue inaugurado dos años después de la reapertura de Shakespeare & Company.

Formó parte de la denominada “Generación Beat”.

 “Un pulpo literario dominado por un apetito insaciable de letra impresa, que fue adueñándose de aquel edificio destartalado, habitación tras habitación, planta tras planta, hasta convertirse en un auténtico nido de libros” Lawrence Ferlinghetti

Nació en 1913 en Nueva Jersey, su infancia y adolescencia la pasó en un hogar de clase media de académicos e intelectuales en Salem, Massachusetts. 

Continuó sus estudios de periodismo en la Universidad de Boston y después realizó brevemente estudios en Harvard.

Luego de la Universidad, en 1935, se tomó lo que él denominó unas “vacaciones bohemias”, una manera de definir un viaje de cuatro años y casi cinco mil kilómetros por América del Norte y del Sur (con una breve estancia en Hawái), luego fue reclutado para la II Guerra Mundial en Groenlandia.

En 1946 se instaló en París para estudiar en la Sorbona gracias a la “G. I. Bill” (conjunto de leyes estadounidenses que financiaron la educación de quienes habían participado en la contienda).

Vivía en un destartalado hotel de la Rive Gauche, el Hotel Beat, el equivalente parisino del Hotel Chelsea de Nueva York, en una habitación muy pequeña en la que no tardó en reunir una considerable biblioteca de préstamo gracias a los cupones para libros obtenidos como soldado, y a los volúmenes que le daban otros compatriotas menos aficionados a la lectura.

Cocinaba comida de lata.

Ferlinghetti dice que su cocina jamás superó el nivel de la comida de lata.

George prestaba libros, y también los vendía “a precios desorbitados” como criticaba Ferlinghetti

Con el dinero obtenido de esas ventas, junto a una pequeña herencia y lo que ingresaba al dar clases de inglés, Whitman acabó trasladando el negocio a su ubicación actual, al número 37 de la Rue de la Bûcherie, donde antes funcionó una tienda argelina de venta de comida, bebidas y conservas.

Escribió a sus padres: ‘Espero haber encontrado, finalmente, un nicho desde donde pueda ver de manera segura el horror y la belleza del mundo”.

La llamó “La Mistral”, tanto decía que era en honor a los vientos del sur de Francia así como en homenaje a la poeta chilena Gabriela Mistral (1889 – 1957) agregaba que era el nombre de “la primera chica de la que me enamoré”.

En uno de sus volantes presumía el apoyo de Max Ernst (1891 – 1976) y del director y guionista de cine Preston Sturges (nacido Edmund Preston Biden Chicago 1898 – 1959 NY).

Siendo un comunista y un anarquista George llevaba su tienda más como un laboratorio social que como una librería, pedía a veces a extraños que le cuidaran el negocio mientras él se iba a hacer algo a la calle o se ponía a leer.

A veces confiaba en ellos y a veces no, tenía la curiosidad de ver que sucedería.

Mary Duncan decía que “seguro se perdieron miles y miles de francos en esa librería…lo mismo que libros muy valiosos”.  

Conoció a la que sería su pareja en la librería a finales de los ´70, ella era inglesa y se dedicaba a la pintura, cuando en 1981 nació Sylvia, Whitman tenía sesenta y siete años.

Al separarse, la madre de Sylvia se marchó de París y se llevó a su hija a Norfolk Inglaterra, eran los finales de los años ochenta, la niña tenía seis o siete años.

Cruzaban el canal de La Mancha para celebrar cumpleaños y también en las vacaciones de verano, pero esas visitas cesaron del todo cuando Sylvia ingresó en un internado escocés. El padre y la hija estuvieron cinco o seis años sin mantener ningún tipo de contacto.

El funcionamiento de la biblioteca circulante era de la siguiente manera, por ocho francos más otros siete de depósito se podía solicitar un libro en préstamo, pero si se pagaban 12 francos más se podía llevar dos libros.

En la página web de Shakespeare and Company Project se pueden ver las fichas de préstamos entre 1919 y 1962.

“Shakespeare and Company Project” es un trabajo a gran escala dirigido por el profesor Joshua Kotin, de la Universidad de Princeton,

Basada en los registros de la librería y biblioteca de préstamos se pueden conocer los gustos de lectura de Gertrude Stein, James Joyce, Ernest Hemingway, Aimé Césaire, Simone de Beauvoir, Jacques Lacan o Walter Benjamin, entre otros. (Shakespeare and Company Project (princeton.edu).

A Krista Halverson, antigua directora de Zoetrope, la revista literaria del director de cine Francis Ford Coppola (Detroit 1939)se le encomendó la tarea de organizar la enorme, variada e interesantísima colección de papeles, a los que llama “los archivos”.

Existen cartas, documentos, fotografías, libros de contabilidad, recuerdos, objetos que tienen valores tan alejados entre sí, que van desde valiosos documentos a verdaderos desperdicios.

Halverson pasó a ocupar el cargo de archivista de la Shakespeare, es la autora del libro Shakespeare and Company, Paris: A History of the Rag & Bone Shop of the Heart, editado el 6 de octubre de 2016.

Tiene 384 páginas (16 x 24 cm), tapa dura con textos en inglés,

Whitman dirigió durante seis décadas la legendaria librería, ubicada en el 5to distrito de Paris, allí siempre atendió los 7 días de la semana de 11 a 19,30 hs. (shakespeareandcompany.com).

Uno de sus lemas preferidos era“Da lo que puedas, toma lo que necesites” (Give what you can, take what you need).Decía que su tienda era “una Utopía socialista disfrazada de librería”.

Un excéntrico personaje al que apodaban “El Quijote del Barrio Latino”.

«Quise crear esta librería como el que escribe una novela», «Me gusta que la gente abra sus puertas como abre un libro, un libro en el que cada uno entra en el mundo mágico de su imaginación».

Cambio de nombre

A los dos años de la muerte de Sylvia Beach, George cambió el nombre de “Le Mistral” por “Shakespeare and Company”, fue un tributo al trabajo de su amiga.

Era el año 1964, el 400 aniversario del natalicio del “Bardo de Avon” el dramaturgo, poeta y actor William Shakespeare (Stratforf-upon-Avon 1564 – 1616 S-U-A).

Era los años ’50, que como ya mencionamos era la época de la Generación Beat (Beat Generation), conformada por un grupo de escritores estadounidenses, a los que unía el rechazo a los valores clásicos estadounidenses, con un uso intensivo de drogas, practicaban tanto el estudio de la filosofía oriental, como una gran libertad sexual.

Amigos que compartían una cierta idea de la cultura, con aficiones afines y fuentes de inspiración similares como por ejemplo el jazz.

Todos ellos influyeron en el movimiento hippie de los ’60.

Sobre la escalera que da al 2ndo piso se lee, una frase pintada: “Desearía poder mostrar cuando estás solo o en la oscuridad la luz asombrosa de tu propio ser”. 

Un lugar donde dormir

El local al cual Whitman dedicó su vida, fue más o menos próspero además de filantrópico. El primer piso sirvió también como refugio e improvisada residencia de poetas y escritores llenos de aspiraciones, se dice que fueron varios miles, quizás 30.000.

Estos jóvenes autores con o sin renombre (mas sin que con) los llamaba «tumbleweeds» (malas hierbas o plantas rastreras), albergados a cambio de algunas horas de trabajo en la librería, ordenando estantes o vendiendo libros, comían y dormían muchos días, otros semanas y algunos varios meses.

También los llamaba “Chamizos” a esos jóvenes aspirantes a escritores, que eran serios, divertidos, cosmopolitas, curiosos, les apasionaba discutir sobre libros, más que de series de televisión.

La única concesión a la moda que hizo Whitman fue una asquerosa chaqueta de cachemir  que vistió durante décadas y que ya había visto sus mejores días cuando el poeta del jazz y trompetista Ted Joans (1928 – 2003) decía “que nunca la había limpiado, desde 1974 en que se la conoció”.

De muchas maneras, Shakespeare and Company era un lugar mágico.

Sylvia, recuerda que seguía a George cuando éste hacía sus rondas de madrugada “agitando su enorme juego de llaves de Cuasimodo, cantándoles a los Chamizos  para despertarlos “Rise and shine, the bells are ringing” (Álzate y brilla, que repican las campanas).

“Andábamos con cuidado por entre los cuerpos durmientes que cubrían casi cada centímetro del suelo, a los que ocasionalmente les gritaba “¿Qué eres tú, un lunático?”, y luego se daba la vuelta y me guiñaba el ojo”.  

Entre sus clientes estaba Jacqueline Kennedy Onassis (1929 – 1994) y el ex presidente de Francia Jacques Chirac (1932 – 2019), era frecuente ver al poeta, traductor, periodista y editor Lawrence Ferlinghetti (1919 – 2021), al poeta Gregory Corso (1930 – 2001) así como al novelista, artista visual, ensayista y crítico social William Burroughs (1914 – 1997) entre tantos y tantos.

Participaban en muchas acciones literarias Henry Miller, Lawrence Durrell (India 1912 – 1990 Francia), Anaïs Nin (nacida comoÁngela Anaïs Juana Antolina Rosa Edelmira Nin Culmell 1903 – 1977), el escritor Ray Bradbury (1920 – 2012) autor de Crónicas Marcianas y Fahrenheit 451, Julio Cortázar (Julio Florencio Cortázar (Bruselas 1914 – 1984 Paris) autor entre otros de Rayuela y Bestiario, el dramaturgo, novelista, crítico y poeta Samuel Beckett (Irlanda 1906 – 1989 Francia)

Era frecuente ver a Richard Wright (1908 – 1960), al poeta y novelista Langston, Hughes (1901 – 1967), al escritor James Jones (1921 – 1977), William Styron (1925 – 2006), otro asiduo concurrente era el novelista y activista por los derechos civiles afro estadounidenses James Arthur Baldwin (1924 – 1987).

En el piso bajo había un “pozo de los deseos al que los visitantes solían arrojar monedas”, que luego eran recolectadas por los residentes más necesitados de la tienda.

Decia George que los mosaicos de mármol habían sido robados hacía décadas del Cementerio de Montparnasse y que formaban un mosaico abstracto alrededor del “pozo de los deseos”.

Vivía en un pequeño departamento en la cuarta planta del edificio, su dormitorio tenía paredes con estanterías llenas de novelas, poesía, biografías, filosofía.

En ese dormitorio, tras un derrame cerebral falleció.

Allí presentaron títulos sus amigos beat, como el,poeta Allen Ginsberg (Irwin Allen Ginsberg N Jersey 1926 – 1997 NY), William S. Burroughs se adentró en la colección de libros de texto médicos de Whitman para investigar partes de Naked Lunch, fue quien dio la primera lectura pública de su novela en la tienda, al respecto dijo George que “nadie estaba seguro de qué hacer, si reírse o enfermarse del estómago”.

Fue amigo del escritor y traductor Julio Cortazar, un espíritu abierto, librepensador, acogedor y culto que creo un lugar cargado de memoria, de magia, un lugar para pasear, curiosear, leer y hablar de literatura con iguales y diferentes, fue el librero de la generación beat en Paris.

Whitman murió a los pocos días de haber cumplido 98 años, está enterrado en el cementerio de Père Lachaise, en compañía entre otros de Guillaume Apollinaire, (1880 – 1918), la novelista Colette célebre por “Gigi”, (Sidonie-Gabrielle Colette 1873 – 1954), Oscar Wilde (Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde 1854 – 1900) o Honoré de Balzac (1799 – 1850).

Sylvia, ha contado que su padre siguió leyendo hasta su último día, incluso tras sufrir un accidente vascular dos meses antes de morir.

En la fachada, los versos de Yeats resumen su legado: «No seas hostil a los extraños / quizá sean ángeles disfrazados».

En el 2006 Francia le ordenó Caballero de las Artes y las Letras.

Sylvia Whitman

 

Sylvia Whitman dice “Sylvia Beach sigue siendo una gran inspiración para mí, especialmente por su forma de cultivar la amistad a través de los libros. Son el mejor objeto que haya producido la humanidad para unir a las personas”.

Cuando George se acercaba a sus ochenta años, su hermano Carl junto a su amigo Ferlinghetti trataron vanamente de convencerle que hiciera una fundación, como la que su amigo había hecho con la librería City Lights,

A pesar de las numerosas frustraciones Sylvia intentó volver a tener contacto con su padre. Fue recién en el 2000 con 19 años que pudo hacer ese acercamiento. http://onlybook.es/blog/leer-es-como-sonar-con-letras-librerias-en-paris/

George la presentaba como “Emily, una actriz de Londres”, juego que ella le soportó varios días hasta que finalmente se lo reprochó, por supuesto élse rio.

Durante el 2001, estuvieron trabajando juntos con muchos problemas de relación hasta que Sylvia encontró una caja con cartas que George le había escrito mientras estuvo interna y que nunca le había enviado “entendí que sentía las cosas con gran intensidad, pero era incapaz de mostrar sus sentimientos, poco a poco me enamoré de la librería y del hecho de trabajar en ella y dado que George y el establecimiento venían a ser

prácticamente lo mismo conseguí ir acercándome cada vez más a él”.

Nada fue sencillo, cuando efectuaba cambios George la llamaba Margaret Thatcher.

Sylvia no solo introdujo la radical innovación que suponía “un teléfono”, sino también las tarjetas MasterCard y Visa, “A él le costó soltar las riendas, pero al mismo tiempo estaba deseando hacerlo”. Sylvia agregó una computadora, ya que George hacia los  pedidos a las editoriales inglesas y estadounidenses por correo.

A George le preocupaba el aspecto estético de la librería.

Me decía: “Has cambiado de sitio la sección de literatura rusa, es una locura”

Me llevaba a ese sitio y añadía:

“¿Es que no entiendes por qué había puesto ahí a los rusos?’.

Y yo contestaba:

-“Pues no. Los he trasladado a este sitio. No pasa nada”.

Él insistía:

-“No! Los rusos tienen que estar aquí porque este recodo es muy romántico. Además hay huecos entre las estanterías, puedes ver a otro cliente y enamorarte de esa persona mientras lees a Dostoievski”.

El 31 de diciembre de 2005 George legó formalmente la librería.

En lo que llamaba el “Periódico Mural de París”, sobre el interior de los postigos de madera del local, donde había exhibido proclamas y anuncios, y que se leían cuando se abría la tienda, escribió el 1 de enero de 2004 “En vez de ser un auténtico librero, me parezco más a un novelista frustrado”.

Dejó testimonio de su pensamiento, que aún siguen escritas mirando a Notre Dame.

“En vez de ser un librero genuino, soy más un novelista frustrado. Esta tienda tiene cuartos como si fuesen los capítulos de una novela y el hecho es que para mí tanto Tolstoy como Dostoyevski son más reales que mis vecinos de al lado de la librería.

En el año 1600, todo nuestro edificio era un monasterio llamado “La maison du mustier”, en épocas medievales, cada monasterio tenía un “Frère Lampier”, que debía prender las lámparas al caer la noche.

Eso vengo haciendo desde hace cincuenta años, ahora le toca a mi hija. George Whitman”.

Shakespeare and Company, una librería icónica en Paris

Actualmente Sylvia (1981) se ocupa de la librería, que sigue instalada en el 37 de la rue de la Bûcherie, cerca de la plaza de Saint Michel y a dos pasos del Sena y de Notre Dame.

No está sola le acompaña en su proyecto su compañero David Delannet.

Se conocieron en el 2006 en la librería, mientras él acababa un doctorado en Filosofía en la Sorbona.

Manteniendo el ADN de la librería, han organizado festivales literarios y artísticos, un premio de diez mil euros para escritores no publicados que se financia en parte por amigos de la librería, así como recitales, mesas redondas, obras de teatro, lecturas de verano que son organizadas junto al programa “Writers in Paris” de la Universidad de Nueva York.

Entre los proyectos está una editorial que comenzará con el libro que he mencionado sobre la historia de la librería (1)

En el 2015 en el local de al lado se abrió el café Shakespeare & Co, que ofrece comida orgánica y vegetariana.

Adam Biles, el organizador de eventos de Shakespeare and Company dice “Los libros que exhibimos reflejan los valores de la librería”, es también su director literario, presenta lecturas y prepara el podcast semanal.

Se lo puede contactar en https://www.adambiles.net/contact

Como ícono cultural que es, aparece libros, series y films:

– Robert Stone escribió partes de su primera novela “A Hall of Mirrors” en 1964  mientras vivía en la librería.

– En la serie televisiva “Highlander” que se transmitió entre 1992 y 1998, en la tercera temporada, aparece como una librería parisina regentada por Watcher Don Salzer.

– En la cuarta temporada, el inmortal Methos utiliza una habitación escondida en el sótano de la librería para depositar sus periódicos antiguos.

– En el 2003 se realizó “George and Co, Portrait of a Bookstore as an Old Man” un retrato documental de 52 minutos sobre la librería, los huéspedes, su propietario, su perro y su gato. Fue realizado por Gonzague Pichelin y Benjamin Sutherland.

– En la escena de apertura de la película Before Sunset” (antes del atardecer) del 2004 en la que el protagonista Jesse Wallace es interrogado a propósito de su libro, su director es Richard Linklater.

– Las experiencias de Jeremy Mercer en Shakespeare & Company son el punto central de su novela Time Was Soft There.

– La librería aparece en la película de Woody Allen (NY 1935) «Midnight in Paris » (2011).

– C. J. Flood, cuya primera novela fue publicada a principios del 2015, caracteriza su experiencia diciendo “En realidad no escribí mucho durante el tiempo que lo intenté en la librería, pero me sentía como un escritor”.

– A George le gustaba decir en sus entrevistas que era primo o sobrino o incluso el hijo bastardo de Walt Whitman. La verdad es que no tenía ningún parentesco con el poeta, aunque su padre, un profesor de física, se llamaba Walt.

Sylvia y David tuvieron que cotejar muchísimos datos de la biografía de George para verificar los detalles de la crónica de Shakespeare and Company.

Video de un recorrido por la librería producido por “Viking River Cruises” por Karine Hagen.

Anécdotas

Sylvia y David

Decían que era un hombre profundamente tímido, y a la vez hospitalario.

En una cena que dio George a la que invitó al igualmente tímido dramaturgo, novelista y poeta Samuel Beckett (Foxrock 1906 – 1989 París), los dos se pasaron la noche mirándose.

“George siempre estaba organizando una cena, invitando gente y luego se retiraba a un rincón para ponerse a leer”. “Creo que le gustaba mucho la vida en comunidad pero no quería ser el centro de ella”.

El escritor Christopher Cook Gilmore (1842 – 1881), que fuera colaborador habitual de la revista Atlantic City y editor de la revista New Jersey,volvería a la librería constantemente hasta su muerte en el 2004.

Narra en el documental ya mencionado del año 2003 “Portrait of a Bookstore as an Old Man”:

“Una noche, durante los disturbios estudiantiles de 1968, estaba huyendo de una inmensa nube de gases lacrimógenos y de elementos de la policía anti-motines, (yo pertenecía a las llamadas Compagnies Républicaines de Sécurité, conocidas como C.R.S)…estaba corriendo por mi vida… Todas las tiendas y todas las puertas estaban cerradas y yo estaba tratando de llegar hasta el Sena y lanzarme al agua… De pronto vi luz en esta librería de locos y un hombre sentado ante su escritorio, estaba solo. Yo corrí a la puerta, traía puesto un casco de futbol americano y me estaba tapando el rostro con una bufanda, lo vi y le dije: ‘C.R.S.!!! Él me contestó: “sube las escaleras” apagó las luces, cerró la puerta y ambos corrimos escaleras arriba”.

Vimos a la policía corriendo de largo.

De pronto me miró, me tomó del brazo y me dijo: “¿no ha sido este el mejor momento de tu vida?”. Así fue como conocí a George Whitman”.

Robert Stone

Da un retrato bastante oscuro de la librería al comienzo de su segunda década. “Estaba en un barrio duro de la ciudad, era una barriada de minorías étnicas…El edificio era como medieval…no tenía ni tuberías, si querías bañarte, tenías que ir a los baños públicos de Île de la Cité”.

“Pero lo más duro de vivir ahí, era que ‘no podías contar con un techo seguro porque a veces George decidía darle cobijo a un indigente y entonces eras tú el que corría con mala suerte”.

Ya había descubierto Stone que la generosidad de George era un arma de doble filo, porque un tiempo le dio por dar vino a sus invitados, pero sirviéndolo en viejas latas de atún y no en copas, Anaïs Nin se negó a beber de su lata de atún, tampoco lo hizo María Callas, quien se indignó tanto, que George le grito que era una burguesa.

Lawrence Ferlinghetti (Bronxville 1919 – 2021 San Francisco)

El poeta, traductor, periodista y editor se describe como el más viejo amigo de George, del que decía que era difícil de descifrar: ‘siempre dije que era el hombre más excéntrico que hubiera conocido”. 

“A pesar del barrio y quizá de sí mismo, George tenía un negocio decente en sus manos…la librería estaba siempre llena de gente…tuvo guías para turistas, desde el principio ganó mucho dinero”.

Sebastián Barry (Dublín 1955)

El dramaturgo, novelista y poeta recuerda a George como un hombre que se comunicaba con “enigmáticos gruñidos y arrebatos de ingenio desde su asiento, detrás del mostrador”, “de lo que no me di cuenta en ese momento es que él era un maravilloso constructor de ficción que él mismo había creado en el aire de París, y, como en una novela, yo no debía esperar que todo cuadrara o fuera totalmente cierto”.  

Mary Dunan

La académica y escritora, que vivió en Paris en forma intermitente durante más de tres décadas y visitante frecuente de la librería, decía; ‘Un día George te amaba, otro día apenas te dirigía la palabra. Para no sufrir no debías tomártelo a nivel personal. Después de todo, estamos hablando de un hombre que a veces se expresaba con cariño, y otras como un gesto de amor-odio”.

Dave Eggers  (Boston 1970)

El escritor y editor a sus veinte y pocos años visitó la librería como mochilero.

Comentaba que era “un lugar absurdo, desde los rincones hasta la estrecha escalera…la librería de mis sueños”.  

Ehtan Hawke (Ethan Green Hawke Austin 1970)

El actor, escritor y director escribió “En definitiva es la librería favorita de Dinosio”, estuvo a los 16 años y durmió allí 5 o 6 días. “Sé que a la gente no le gusta oír este tipo de cosas, pero en los años que llevo visitando la librería, creo desde 1986, ésta no ha hecho más que mejorar”.

A. M. Homes (Amy Michael Homes Washington 1961)

La novelista y editora de Vanity Fair, fascinado con Shakespeare and Company desde la primera vez que visitó París, en los años ’70s, como un adolescente obsesionado con el Beat, “Yo acostumbraba pensar que Jack Kerouac era mi padre, pero esa es otra historia”, “¿Jorge es Don Quijote o Próspero o Lear? ¿Es Sylvia Cordelia o Próspero Miranda?

“Sylvia es como la princesa de un cuento de hadas, a la que se la ha asignado la tarea de cuidar de un portal mágico. Eggers decía lo mismo que yo, Si cerramos un poco los ojos, George es como un mago, y Sylvia, con su encanto, su gracia, y su cabellera rubia, se ha hecho cargo de la librería con su patrimonio, que venía con un acertijo”.

Ed Walters

Quien fuera gerente del casino The Sands en las Vegas, cuenta que Frank Sinatra amaba los libros de historia. Y que le aconsejó: “Eddie, debes viajar y cuando lo hagas, ve a París, ve a la librería Shakespeare. Conozco a un tipo ahí, ve a ver a George, un tipo que vive con los libros”.

Gregory Corso (Gregory Nunzio Corso NY 1930 – 2001 Robbinsdale)

Se sabía que el poeta robaba cosas y que algunas veces trató de venderle a George libros que le había robado y éste indulgente, le seguía el juego.

A la larga, el ejercicio de confianza de George le dio buen resultado, porque sus archivos están llenos de cartas donde le pedían disculpas, cartas que traían el dinero que le debían.

Corso también pagó su deuda, a la muerte de George, Sylvia y David hallaron un manuscrito de poemas y dibujos de Corso entre una pila de papeles en el baño de George.  

Una “modelo de cabello”

George, como siempre hacía, encendió el gas que corría por el pozo de los deseos para luego lanzar un cerillo sin dar aviso a nadie

Sylvia comentaba que ‘conoció hace años a una mujer en Nueva York que me dijo:

-“¡Ay! Tu papá me quemó todo el cabello”. Y resultó que era modelo de cabello.    

Soros

Alrededor de 1998, con 85 años le mandó un “memorando” a George Soros, el único capitalista que admiraba, pidiéndole que “por favor acepte la librería como regalo – sin condiciones, sin obstáculos, sin restricciones de ningún tipo.” ¿Soros respondió?, la respuesta fue presumiblemente que no.

Joanna Anderson

Recordaba que le ayudó a subirse a una escalera a comienzos de los 90 para arreglar el cableado muy antiguo.

Luego hubo un chisporroteo mientras se electrocutaba y se caía de la escalera, mientras alarmada le ayudaba a incorporarse, él la rechazo:

-Estoy bien. Esto le hace a uno bien.

Krista Halverson

Revisando documentos encontró la tarjeta de presentación de Dick Cheney (Richard «Dick» Bruce Cheney 1941), de los años ´90 cuando estaba en Halliburton.

¿Visitó Cheney la tienda en algún momento? ¿Quiso comprar algo de Hemingway o Ginsberg o Tom Clancy? ¿Lo remitió Sinatra?.

El político, que fuera 46º vicepresidente de los EEUU en la administración Bush nunca lo aclaró, ni se sabe si ocurrió.

Al local ahora lo frecuentan miembros de generaciones más jóvenes como la escritora, novelista y ensayista Zadie Smith (nacida como Sadie Adeline Smith Reino Unido 1975), el novelista Martin Amis (Oxford 1949), el escritor y editor Dave Eggers (Boston 1970) , la poeta Carol Ann Duffy (Glasgow 1955), el escritor, guionista y director de cine  Paul Auster (Paul Benjamin Auster New Jersey 1947) nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia en 1992 y Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006, los escritores Philip Pullman 1946), Jonathan Safran Foer (1977), la escritora A. M. Homes (Amy Michael Homes Washington 1961) que recibiera la beca Guggemheim en Artes Creativas, la escritora ganadora del Putlitzer y el National Book Critics Circle Award Jennifer Egan (1962), el ensayista y novelista Jonathan Allen Lethem (1964), la escritora de relatos y cuentos Lydia Davis 1947), el poeta ganador del Pulitzer Charles Simic (1947), el escritor Darin Strauss (1970),

Colette, la perrita de la tienda, está encantada

Leer y Comer

Trésors Glacés versus Croque Madame

Ya no solo es posible pasear, leer o dormir en Shakespeare & Co, además se puede tomar una taza de café, o un té, acompañado de un sándwich con cheddar o un Croque Monsieur o Croque Madame.

Las heladeras Amorino, creadas por Cristiano Sereni y Paolo Benassi, habían puesto el ojo y el bolsillo en un local al lado de la librería, en una puja desigual (es una cadena de helados implantados en Europa) Sylvia y David han podido hacerse con el local.

Ya que de libros hablamos, deseo mencionar el libro de Amorino “Trésors Glacés” que contiene 70 recetas de helados y es un delicado trabajo gráfico y artístico en el que han intervenido la diseñadora Cécile Coulier y el fotógrafo Thomas Dhellemmes.

240 pp, 17 x 22 cm, con textos en francés, Editions du Chêne, 2013, ISBN 978-2812307706

Imagen del mantel del café que incluye el cuestionario de Proust

El mantel tiene las 30 preguntas para conocer en profundidad a una persona. Marcel Proust, un excepcional novelista cuando era un adolescente respondió a este cuestionario.

Lo recibió en 1890 de manos de su amiga Antoinette Faure, hija del presidente de Francia.

Bernard Pivot, el conductor del célebre programa de literatura de la TV francesa lo entregaba a sus famosos invitados.

1. ¿Principal rasgo de tu carácter?

2. ¿Qué cualidad aprecias más en un hombre?

3. ¿Y en una mujer?

4. ¿Qué esperas de tus amigos?

5. ¿Tu principal defecto?

6. ¿Tu ocupación favorita?

7. ¿Tu ideal de felicidad?

8. ¿Cuál sería tu mayor desgracia?

9. ¿Qué te gustaría ser?

10. ¿En qué país desearías vivir?

11. ¿Tu color favorito?

12. ¿La flor que más le gusta?

13. ¿El pájaro que prefieres?

14. ¿Tus autores favoritos en prosa?

15. ¿Tus poetas?

16. ¿Un héroe de ficción?

17. ¿Una heroína?

18. ¿Tu músico favorito?

19. ¿Tu pintor preferido?

20. ¿Tu héroe de la vida real?

21. ¿Tu nombre favorito?

22. ¿Qué hábito ajeno no soportas?

23. ¿Qué es lo que más detestas?

24. ¿Una figura histórica que te ponga mal cuerpo?

25. ¿Un hecho de armas que admires?

26. ¿Qué virtud desearías poseer?

27. ¿Cómo te gustaría morir?

28. ¿Cuál es el estado más común de tu ánimo?

29. ¿Qué defectos te inspiran mayor indulgencia?

30. ¿Tienes una máxima?

El local es un pequeño espacio ocupado por una barra y una alargada mesa central en el que se sirven diferentes productos. Han hecho una alianza con negocios locales como Bob´s Kitchen, dedicados a la comida vegetariana estilo neoyorkino o con Postcard, que trae tés especiales de Asia.

El café es del Café Lomi, que según el New York Times es uno de los mejores tostadores de café de NY, ellos seleccionaron las máquinas y forman a los camareros -antiguos libreros de Shakespeare y dos baristas profesionales- para la preparación de un café a la altura de las mejores novelas anglosajonas

Delannet toma un rol distinto al habitual y explica «Vamos a ofrecer lo que no se encuentra a nuestro alrededor y que nosotros querríamos tomar, por eso buscamos productos auténticos que representen lo mejor de América y lo mejor de Paris, incluso una mezcla de ambos, ese en definitiva fue siempre el espíritu de la librería”.

«La idea es organizar eventos en torno a la comida y la literatura gastronómica, ampliando los servicios que ofrecemos a nuestra comunidad».

Lo que ya no estoy seguro es si en primavera, habrá gente encantada de estar en una terraza con vistas a Notre Dame o dentro frente a la estantería de la “literatura rusa”.

https://elpais.com/diario/2008/07/03/videos/1215119289_870215.html#?prm=copy_link

Notas

1

Datos y referencias tomadas del artículo de Bruce Handy (26 de Junio de 2015) en Vanity fair.

2

Who is Sylvia? – Jot Down Cultural Magazine

3

Arisca y frágil: así era Virginia Woolf para Victoria Ocampo – Jot Down Cultural Magazine

4

Fuentes

-París rinde homenaje a Adrienne Monnier. La Jornada, 22 de noviembre de 2020, suplemento “La Jornada de en medio”.

-Adrienne Monnier (2011). Rue de l’Odéon. Gallo Nero Ediciones. ISBN 978-8-4938-5684-7.

-Adrienne Monnier, Richard McDougall (1996). “The very rich hours of Adrienne Monnier” University of Nebraska Press. ISBN 978-0-8032-8227-8.

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hugoklico

Arquitecto. Argentino/Español. editor. distribuidor de libros ilustrados

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