“…La elección en pleno corazón de nuestra capital, semejante a una negra y enorme chimenea de fábrica… es la deshonra de París…” fue la protesta de reconocidos artistas contra la “inútil y monstruosa torre de Monsier Eiffel”, publicada en la portada del periódico Le Temps.
Entre los 50 firmantes estaba el compositor Charles Gounod (Paris 1818 – 1893 Saint Cloud), el escritor y poeta Guy de Maupassant (Tourville-sur-Arques 1850 – 1893 Passy), el escritor y novelista Alexandre Dumas hijo (Paris 1824 – 1895 Marly-le-Roi), el pintor William-Adolphe Bouguereau ( La Rochelle 1825 – 1905 Ibíd.), el pintor y escultor Jean-Louis-Ernest Meissonier (Lyon 1815 – 1891 Paris) y el arquitecto Charles Garnier (Paris 1825 – 1898 Ibíd), quien diseñara la Opera de Paris.
El Ingeniero y empresario Alexandre Gustave Eiffel (Dijon 1832 – 1923 París), había conseguido un convenio con el estado y la ciudad de Paris por el que se le concedía durante 20 años el terreno para construir la torre y una subvención equivalente al 25 % del coste de construcción.
La proclama estaba dirigida en forma de carta abierta al Ingeniero Jean-Charles Adolphe Alphand (Grenoble, 1817 – 1891 París) curador de la Feria Mundial.
“…Nosotros, escritores, pintores, escultores, arquitectos, apasionados aficionados por la belleza de Paris hasta ahora intacta, venimos a protestar con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra indignación, en nombre del gusto francés anónimo, en nombre del arte y de la historia francesa amenazadas, contra la elección en pleno corazón de nuestra capital, de la inutilizables y monstruosa torre Eiffel, a la que la picaresca pública, a menudo poseedora de sentido común y espíritu de justicia, ya ha bautizado con el nombre de Torre de Babel”.
Si se entra en la página Web de la Societé d`´ Explotation de la Tour Eiffel se lee “…Con el paso de los decenios, la Torre Eiffel ha visto proezas, iluminaciones extraordinarias, recibido a visitantes prestigiosos… es un lugar místico y audaz, que siempre ha inspirado a artistas y propuesto desafíos”.
El sangriento dictador Adolf Hitler (Braunau 1889 – 1945 Berlín) intentó destruir la torre, que había conocido personalmente cuando el 28 de Junio de 1940 fue por 3 horas a París tras la invasión de Francia y con motivo de la firma del armisticio.
En 1944, con las fuerzas aliadas en las puertas de la ciudad, Hitler ordena al general Dietrich von Choltitz (Laka Pridnicka 1894 – 1966) destruir los edificios más emblemáticos de la ciudad “Paris no debe caer en manos del enemigo, salvo siendo un montón de escombros”. En la lista que el dictador escribió estaba La Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, el Hotel National des Invalides”, el palacio de Luxemburgo, la Plaza de la Concordia y sus calles así como la Opera”. (1)
La torre Eiffel no murió de éxito, sino que se salvó de su demolición gracias a él. Prueba de ello es que desde el día de su inauguración el 6 de Mayo de 1889 hasta antes de la pandemia más de 250 millones de personas visitaron la Torre Eiffel.
Fue la consultoría de ingeniería Eiffel et Cie creada en 1867 y dirigida por el ingeniero Eiffel que la diseño y construyó sobre el Campo de Marte para ser parte de la Exposición Universal con la que se conmemoraron los 100 años de la Revolución Francesa.
Desde el comienzo de su creación como proyecto tuvo su apoyo, pero también muchos detractores que no la consideraban apropiada para una ciudad como París, de corte renacentista, la veían “desnuda poco agraciada, demasiado grande”.
Técnicamente sofisticada, tiene 18 mil piezas unidas por 2,5 millones de remaches, alcanza los 324 metros de altura (inicialmente 312 metros) y su peso supera las 10 mil toneladas.
Construida para la exposición, su vida debía ser corta, ya que era una estructura temporal, una construcción efímera.
Pero Eiffel deseaba que continuara en pie al finalizar la Exposición para poder sacar provecho de las entradas que entendía se generarían durante los 20 años de su convenio con el gobierno.
Para conseguirlo, instaló en ella en el mismo año 1899 una estación meteorológica para la Oficina Central Meteorológica de Francia, así como la una antena de radio (ésta diez años más tarde), utilizada para Telegrafía inalámbrica TSF.
Éstos fueron los argumentos que la salvaron de su destrucción y no su belleza estructural, estética y funcional.
Tenía en si la capacidad para transformarse en símbolo no solo de la Exposición para la que fuera concebida, sino de la ciudad de Paris.
Los trabajos de construcción comenzaron el 26 de enero de 1887.
Sus cuatro pilares (patas) se montaron en Julio de 1887, se terminó la 1era planta el 1 de Abril de 1888 a 57 metros de altura con una superficie de 4.415 m2, la segunda se terminó el 14 de agosto de 1888 a 115 metros con 1.430 m2 y se llegó a la cima el 31 de marzo 1889 de 276 metros con 250 m2.
Cinco ascensores permiten llegar hasta la segunda tanta y dos hasta la cima.
Sus nombres
Se pudo llamar Torre Bönickhause, ya que el apellido de Alexandre era Bönickhause, que lo cambio a sus 48 años, tomando el de su familia provenía de la región alemana de Eiffel.
También podía haberse llamado torre Koechlin-Nouguier-Sauvestre, ya que en ella trabajaron en su concepción los ingenieros Maurice Koechlin (Buhl 1856 – 1946 Veytaux), Émile Nougier (Paris 1840 – 1897 Argenteuil) , que había construido obras notables como el Viaducto en Garabit o el famoso puente Maria Pia en Oporto.
Colaboró con ellos, especialmente en el aspecto estético el arquitecto Charles Léon Stephen Sauvestre (Bonnétable 1847 – 1919 París).
Con ellos Eiffel hizo el siguiente acuerdo, pagaría el coste de la obra (el 25% lo haría el estado) y entregaría a cada uno una prima del 1 % de las sumas que se desembolsarían durante la construcción y se comprometía a citar sus nombres como autores.
Firmaron los siguiente “Los señores Emile Nouguier y Maurice Koechlin acuerdan ceder a M. Gustavo Eiffel la propiedad exclusiva de la solicitud mencionada y declaran ceder todos sus derechos sin ninguna restricción ni reserva en la forma y el momento en que G. Eiffel juzgue pertinente…»
Este equipo trabajó en lo que llamaría “Pylone de 300 m de hauteur”.
Desde 1884, no tenía un cliente, y buscaban quien lo financie, ya habían fracasado en su intento de que sea el símbolo de la Exposición Universal que se celebraría en Barcelona en 1888. La propuesta fue desechada por extravagante y cara.
Finalmente consiguieron convencer al Ministro de Industria y Comercio de Francia para que llamara a concurso para dar un símbolo a la Exposición de Paris.
Las bases del concurso se realizaron a medida de Eiffel, que en aquel entonces ya era un ingeniero de enorme prestigio. Se pedía levantar una torre de hierro con una base de 125 m2 y una altura de 300 metros. Al concurso se presentaron 107 proyectos.
En el dibujo esta dibujada la planta, y a la derecha un edificio de 6 pisos, el obelisco de Luxor, la columna de Julio, el Arco del triunfo, la columna Vendome, la estatua de la libertad de la isla de los cisnes y la catedral de Notre Dame.
Fracaso del paracaidismo
El sastre Franz Reichelt (Štětí 1878 – 1912 Torre Eiffel) había diseñado un paracaídas.
Ya había fracasado muchas veces en sus pruebas realizadas con maniquíes que en lugar de bajar lentamente se estrellaban contra el suelo.
El bueno de Reichelt creía que sus reiterados fracasos se debían a la escasa altura desde donde los arrojaba, que era desde el patio de su casa en la rue Gaillon.
Al conseguir la autorización, anuncio a quien quisiera oírlo, especialmente a la prensa que el 4 de febrero de 1912, haría un nuevo y definitivo intento con un maniquí.
Pero ocultó su verdadera intención de tirarse él mismo desde la torre Eiffel.
Congrego a más de 30 periodistas, que fotografiaron y filmaron su caída desde los 90 metros, que lo llevo a morir estrellado contra el suelo.
(2) Death Jump off the Eiffel Tower: Paris, France (1912) | British Pathé – YouTube
Más suerte tuvo el estadounidense Frederick R. que por esas fechas se tiró con éxito en paracaídas desde la estatua de la libertad a 68 metros de altura.
Notas
1
Robert Bevan “la Destruccion de la memoria:Arquitectura de la Segunda Guerra Mundial”.