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Frank Lloyd Wright y los automóviles
El simbolismo del viaje por carretera
Thomas Boyle en su libro Las Mujeres, menciona el auto de Wright, un Cord Phaeton como el vehículo más veloz y majestuoso que se haya construido.

Si visitáramos el Museo del Automóvil Auburn Cord Duesenberg en Indiana, veríamos el Cord L-29 Cabriolet de 1929 de Wright que adquirió en la década de 1950, junto a más de 125 automóviles clásicos.
Lo hizo pintar en un brillante tono que llamaba «Naranja Taliesin», del emblema de Taliesin de Spring Green.
Se lo conocía como «Rojo Cherokee».
El Cord L-29 está propulsado por un motor Lycoming de ocho cilindros en línea con una cilindrada de 4893 centímetros cúbicos, y 125 caballos de fuerza, pesa 1950 kilos.
El Cord L-29 Cabriolet fue el primer automóvil de producción en serie con tracción delantera costaba $3295 ($ 60.800 actuales).

Su estilo “moderno” y su proeza de ingeniería atrajeron a muchos compradores. Este impresionante descapotable fue adquirido en la década de 1950 por la Fundación Frank Lloyd Wright, su tutora legal hasta el fallecimiento de Wright en 1959.

Es motivo de estudio tanto el interés como la atracción que tenía Wright por los automóviles, al punto que llegaría a ser propietario de numerosos automóviles de elegante diseño, como Bentley, Jaguar, Packard, Cadillac y Mercedes-Benz.
Ese interés ha motivado al director Brandon J. Anderson del Museo del Automóvil Auburn Cord Duesenberg, inaugurado hace más de medio siglo, a dictar cursos explorando la historia de esa fascinación, tanto en su vida personal como en sus conceptos de diseño.

“Un automóvil con tracción delantera es como una locomotora sobre rieles. Lo sé porque he conducido el Cord durante más de 500 millas por caminos de Wisconsin. No solo es perfecta la operación mecánica de la tracción delantera en caminos de grava o tierra, sino que Cord endereza automáticamente las curvas y reduce en dos tercios, la tensión de la conducción. El equilibrio notable del coche como unidad esta garantizado y se mantiene en todas las circunstancias”.
“El cambio de marchas es tan natural que uno se olvida de que no es el estándar. Desde el principio me ofreció tal conjunto de virtudes que me convertí en propietario de un Cord, porque creo que el principio de la tracción delantera es lógico y, por lo tanto, inevitable para todos los autos. Pero la proporción y línea del Cord también parece expresar mejor la belleza tanto de la ciencia como de la lógica que cualquier automóvil que haya conocido”. Frank Lloyd Wright
“Es un aristócrata. Un pura sangre genuino. Se muestra con la dignidad que solo poseen los mejores de su clase. La elasticidad de la tracción delantera, y, en mi opinión, la perfección de este automóvil lo convierten en el mejor ejemplar de toda la especie”. Ramsey Spike. Ingeniero
Este video es muy interesante por todos los detalles que nos explica Brandon J. Anderson. “Frank Lloyd Wright and the Automobile”.
Color
Tono naranja brillante, conocido como «Taliesin orange»
El «Rojo Cherokee» se puede ver en el Crosley de Wright de 1952, que también se encuentra en el museo. El acabado de este Cord es bastante similar. Wright mandó pintar muchos de sus coches en un brillante tono que llamó “naranja Taliesin”.

El Crosley de 1952, perteneciente a la colección del Museo del Automóvil Cord Duesenberg de Auburn, fue originalmente propiedad de Wright, en la restauración ha vuelto a ser pintado con el color «Rojo Cherokee».

Los automóviles Crosley fabricados en Indiana, se presentaron en 1939.
En el año 1948 habían alcanzado éxito, con ventas récord y una amplia gama de carrocerías. Sin embargo, en 1952, las ventas eran solo un tercio de las de 1948 y la producción debió interrumpirse.

Frank Lloyd Wright y su esposa Olgivanna en un Crosley Hotshot 1949. Archivos de la Fundación Frank Lloyd Wright (Museo de Arte Moderno | Biblioteca Avery de Arquitectura y Bellas Artes, Universidad de Columbia, Nueva York), fue su segundo Cord Phaeton, el primero lo compró nuevo en 1929.


Color
Steve Sikora en el blog de Frank Lloyd Wright Foundation escribe el 22 de febrero de 2019, que hay muchos rojos Cherokee.
El color que Frank Lloyd Wright inmortalizó por su nombre evolucionó con el tiempo, desde un rojo intenso, marrón terroso, hasta un rojo arcilla con un toque naranja polvoriento. Cherokee Red aparece por primera vez en una carta de Gene Masselink a Nancy Willey fechada el 26 de febrero de 1936
¿De qué color es el rojo Cherokee?
Steve Sikora, director creativo y propietario de la Casa Malcolm Willey en Minneapolis, presenta el color que Frank Lloyd Wright hizo famoso: ¡el rojo Cherokee! Esta transmisión se realizó en vivo el 8 de junio de 2021 como parte de Wright Sites x PechaKucha Vol. 3, donde se explora la arquitectura de Frank Lloyd Wright con charlas «20×20» en honor al 154.º aniversario del famoso arquitecto.

Frank Lloyd Wright, su esposa Olgivanna y sus hijas Svetlana e Iovanna en febrero de 1929 en un Packard Deluxe Eight, se dirigen al estudio temporal de Wright en el desierto cerca de Chandler, Arizona. Archivos de la Fundación Frank Lloyd Wright (Museo de Arte Moderno | Biblioteca Avery de Arquitectura y Bellas Artes, Universidad de Columbia, Nueva York)

The Car Is Architecture – A Visual History of Frank Lloyd Wright’s 85 Cars and One Motorcycle.
Autor Richie Herink.
Edición en inglés. Tapa blanda. 112 pp Ilustrado, 7 enero 2015
ISBN 09781604148435. 21,6 x 27,9 cm
El autor Richie Herink escribió acerca de la obsesión de Wright por los automóviles “Vio que se convertirían en el mayor agente de cambio social, económico, ambiental y personal que el mundo haya conocido jamás, el automóvil es arquitectura”.
¿Serian 85 o 54 automóviles?
Los automóviles fueron una de las grandes obsesiones de Wright, junto con la arquitectura y los grabados japoneses… el libro cuenta acerca de los 85 automóviles y la motocicleta de Wright en el orden en que fueron adquiridos entre 1911 y 1959.
Si bien menciona todos los autos que usaban en Taliesin, parece exagerado hablar de 85 automóviles, Ed Winkel director del Arizona Concours que se realizó en enero de 2014 en el Arizona Biltmore Resort (al 2400 E Missouri Ave, Phoenix), ha podido rastrear 54 automóviles documentados que han pertenecido a Wright.
Automóviles
Poseía una flota de mini coches, incluidos los Bantams y cinco Crosleys de 1949, para el personal y los arquitectos de los dos Taliesin.
Conducía los coches más elegantes del mundo, como el Auburn, dos Cord L-29 (Phaeton y Cabriolet), Jaguar Mark IV, Mercedes-Benz, Cadillac, Duesenberg de 1934, que según algunos coleccionistas superó al Rolls Royce en su época. Dos Ford de 1935, tres de 1936, un sedán convertible y dos camionetas familiares.
Un Roadster modelo K Stoddard Dayton 1909 de 45 hp, similar al que había ganado Indianápolis, era el año 1909 y estába diseñando la Casa Robie.

Roadster Stoddard
También un automóvil deportivo AC 16/80 de 1937, Packard, el famoso Lincoln Continental Cabriolet V12 de 1940, Bentley R-Type Sedanca Coupé descapotable de 1953.
Los automóviles, tanto los AC 16/80 como las pickups “Hot Shots” sirvieron como material de enseñanza de diseño y como transporte, los aprendices los usaron en viajes por todo el país durante la década de 1950.
“Estados Unidos se había convertido en una nación con una cultura automovilística casi de la noche a la mañana y en un país donde la gente siempre estaba en movimiento, viajando a algún lugar en coche”.
También a Wright le encantaba trasladarse y sobre todo mudarse, una noticia en un número de abril de 1940 en el Architects’ Journal, con el título «Carros descubiertos», describía la peregrinación anual como organizada con «una exuberancia hollywoodense».

Un extracto de una carta describía la escena como «un safari compuesto por cinco o seis camiones llenos de jóvenes, ollas y sartenes, pianos de cola y hormigoneras».
Wright empezó en la parte trasera de la caravana en un elegante Lincoln Zephyr Cherokee rojo nuevo. “Como nunca conduce a menos de (60 millas) 96 kilómetros por hora, sale unos días más tarde que los demás y, por supuesto, llega antes de tiempo”.

En la década de 1920, atravesó una serie de fracasos, problemas de salud y planes experimentales antes de recalibrar su estrategia para recuperar su lugar como el arquitecto más destacado del país a finales de la década de 1930. Arizona representó tanto una renovación como un renacimiento.
Al principio, sin embargo, el desierto reflejaba momentos de desesperación, su primer viaje a Arizona se produjo durante uno de los peores momentos de su carrera. En 1927, tras finalizar una serie de encargos en California, necesitaba encontrar trabajo desesperadamente, como un recurso comenzó a recorrer el Medio Oeste dando conferencias.
La falta de trabajo e ingresos en aquel momento casi significó la pérdida del lugar que más apreciaba: Taliesin, la casa, estudio y complejo que había diseñado y reconstruido durante las últimas décadas, estaba prácticamente a merced de los acreedores (el Banco de Wisconsin embargó la propiedad y estuvo a punto de subastarla). Wright fue rescatado por la generosidad de su mecenas y amigo, Darwin Martin, un empresario neoyorquino que ideó un plan para recaudar fondos para la «Frank Lloyd Wright Incorporated» vendiendo participaciones en sus futuros proyectos a inversores. Los que no está claro que hayan recibido en algún momento dividendos de sus inversiones.
Darwin Martín fue uno de los directores de la empresa Larkin que más hizo para que Wright hiciera el edificio administrativo de la empresa, con los años se transformaron en amigos.
Leer la nota completa en https://onlybook.es/blog/wright-larkin-complejo-darwin-martin-midway-gardens/
Cuando un exalumno, Albert McArthur, invitó a Wright a asesorarle en el diseño del hotel Arizona Biltmore a principios de 1928, no pudo negarse, el acuerdo revelaba la grave situación en la que se encontraba el orgulloso arquitecto: recibiría una remuneración por su experiencia, pero no se le reconocería el diseño final, algo difícil para la personalidad de Wright.
Era el momento de trasladarse, viajando Wright se deleitaba con sus pasiones, la arquitectura, los automóviles y el paisaje estadounidense, influyó y condicionó muchas decisiones el hecho que Olgivanna, conoció a un médico que le dijo que “si llevaba a su marido al desierto cada verano, le alargaría la vida 20 años”. Esto también condicionó muchas decisiones.
Durante esa primera estancia en 1928, Wright conoció a un promotor inmobiliario local, el Dr. Alexander John Chandler, quien lo convenció de trabajar en el Hotel San Marcos en el desierto, en Ahwatukee, Arizona. Wright aprovechó la oportunidad y construyó una pequeña aldea de tiendas de campaña llamada Ocatilla para su equipo, podría proyectar una amplia serie de nuevos edificios para su cliente. Wright esperaba ganar 40.000 dólares, pero tras la crisis, acabó con una deuda de 19.000 dólares. Su única recompensa real fue la publicidad, ya que las fotografías de su campamento en el desierto aparecieron en varias revistas internacionales.
Ocatilla
Wright llama al campamento Ocatilla, modifica una letra del nombre Ocotillo, una planta que crecía abundantemente en la zona.


Wright y sus aprendices lo construyen a partir de 1927, sería un campamento base donde, se pudiera observar el progreso del Hotel San Marcos.

En su autobiografía, escribe “Y pronto las verán como un grupo de mariposas gigantes con manchas escarlatas en las alas, adaptándose con gracia a la corona de afloramientos de roca negra astillada que se alzan suavemente desde el suelo del desierto”.
Wright personalmente diseñó el conjunto, inspirado en tiendas de campaña, el conjunto se construyó muy rápidamente.
A pesar de sus dificultades económicas, regresó a Wisconsin con estilo, comprando un lujoso Packard Phaeton descapotable, con honorarios de un cliente de Nueva York.
El hotel San Marcos abortado en 1929, motivo el abandono del Campamento Ocatilla que finalmente desapareció, ya que los materiales se destinaron a otros usos.
Sala de exposición de automóviles Hoffman
Maximilian Edwin Hoffman (1904 – 1981) encarga en 1954 a Wright el diseño del “Hoffman Auto Showroom” para su concesión de los automóviles Jaguar en 430 Park Avenue esquina 56 en la ciudad de Nueva York.
El espacio, una rampa en espiral, fue diseñado para el importador de automóviles Maximilian (Max) Hoffman, nacido en Austria, quien en la segunda guerra mundial emigra a Nueva York, y en 1947 crea su empresa importadora.
El producto fue el encargo entre dos amigos, uno, importador de automóviles el otro, un arquitecto de gran prestigio en Estados Unidos, ambos compartían el amor por los automóviles de diseño y su exhibición.
Ya estaba conversando con Hoffman sobre el diseño de su casa en Rye, Nueva York, cuando comenzaron las conversaciones sobre la sala de exposición.
Douglas Steiner, quien ha escrito extensamente sobre el arquitecto (4), ha comentado que parte de los honorarios de Wright por el diseño del showroom fueron pagados con dos vehículos Mercedes-Benz, lo que hizo que la asociación fuera aún más interesante para Wright.
Aceptando de inmediato, escribió a Hoffman que su propiedad de Porsche sería «buena para la apreciación de este excelente automóvil extranjero», ya que no había ninguno «a cientos de millas de Madison, Wisconsin». (5)

En 1955, los nuevos Porsche se exhibieron en la rampa en espiral de la sala de exposiciones de Park Avenue diseñada por Wright. Crédito Ezra


Una plataforma giratoria albergaba tres o cuatro coches; una rampa detrás daba cabida a uno o dos más. Esa espiral anticipó el diseño del Museo Guggenheim, inaugurado en 1959.


Allí se exhibían modelos europeos de lujo, Jaguar, Delahaye, Austin, Porsche, Mercedes Benz, incluso el Volkswagen.
En 1958, Mercedes-Benz compró Hoffman y permaneció en el espacio de Park Avenue, hasta mudarse a una sala de exposición más grande en un nuevo concesionario en la calle 11.

Año 2012
Janet Halstead, directora ejecutiva de Frank Lloyd Wright Building Conservancy, un grupo con sede en Chicago dedicado a preservar la obra de Wright dijo que “después de enterarse que se planeaba la demolición por uno de sus miembros, su organización intentó que la ciudad designara la sala de exposición como un monumento histórico”.
“Contamos con una red de miembros y profesionales que monitorean informalmente los edificios Wright en sus regiones y en los medios de comunicación, y a menudo nos enteramos de las situaciones a través de estos participantes de ‘Wright Watch’”, dijo. “Constituyen una especie de sistema de alerta temprana sobre los riesgos para los edificios Wright. Enviamos una solicitud formal de evaluación a la Comisión de Preservación de Monumentos Históricos de la Ciudad de Nueva York en agosto de 2012”.
Año 2013
22 de marzo, Matt Chaban de Crain’s New York Business informó sobre la posibilidad que se destruya la obra.
25 de marzo. se envió una carta informando al propietario del edificio que se estaba discutiendo la posibilidad de declararlo monumento histórico.
28 de marzo, el propietario solicitó al Departamento de Edificaciones de la ciudad, una agencia independiente, un permiso de demolición, el cual le fue concedido. La demolición se llevó a cabo la semana siguiente para construir una sucursal del TD Bank.
Las llamadas y correos electrónicos a los propietarios, Midwood Investment and Management y Oestreicher Properties, y a los administradores del edificio, no fueron respondidas.

Frank Lloyd Wright in New York: The Plaza Years 1954-1959 Tapa dura – 5 septiembre Editorial Gibbs Smith 2007. Autores Debra Pickrel y Jane King Hession con prefacio de Mike Wallace. (6)
Debra Pickrel, conservacionista escribió sobre la destrucción de la sala de exposición en la revista Metropolis. (7)
El Hoffman Auto Showroom de Park Avenue se ha perdido. 9 de mayo de 2013.
“No era una obra maestra, pero era la obra del maestro. Todos los días, cientos de personas pasaban por el reluciente espacio, pero pocos se habían dado cuenta de su importancia. Una joya escondida a la vista, la sala de exposición de automóviles Hoffman en 430 Park Avenue, abrió sus puertas en 1955. Fue uno de los tres proyectos de Frank Lloyd Wright en la ciudad de Nueva York. Y ahora, se ha ido”.
La sala de exposición también fue una joya para mí. Es un personaje de mi libro, Frank Lloyd Wright in New York: The Plaza Years, 1954-1959.
La rampa
La rampa característica de la sala de exposición también fue uno de los varios experimentos de diseño de Wright con la espiral, cuya extraordinaria culminación fue el Museo Guggenheim de NY.
Debra Pickrel escribe, “Pasé mucho tiempo estudiando, visitando y escribiendo sobre ello. Imagínese mi sorpresa en un día cálido del mes pasado cuando pasé por la sala de exposición y presencié cómo la destripaban. Una mujer con equipo de construcción, de pie frente a la puerta abierta, hizo señas a los peatones para que pasaran por encima de las nubes de polvo y los contenedores llenos de los restos de la sala de exposición en camino a un camión de basura cercano”.
“Cuando Mercedes Benz, inquilina desde hace mucho tiempo, desalojó el espacio en diciembre pasado, la Frank Lloyd Wright Building Conservancy entre otros, había estado abogando activamente para salvarlo. Pero el destino de los interiores históricos de Nueva York…siempre es precario”.
“La Comisión de Monumentos Históricos no sabía que el lugar había sido demolido hasta que recibimos el informe de un testigo que afirmaba que el lugar había sido vaciado por completo”, afirmó la Sra. Halstead.
El presidente de la organización conservacionista, Larry Woodin, emitió una declaración «Es muy decepcionante que la ciudad de Nueva York no haya podido actuar con la suficiente rapidez para evitar la demolición de este espacio de Wright».

“Esta bisutería”, como él la describió el 13 de octubre de 1955 en una carta a Max Hoffman, fue la primera obra permanente del arquitecto en la ciudad, su primer diseño de automóvil construido y uno de sus pocos proyectos solo de interiores. Realizado durante el auge de la construcción comercial en Nueva York después de la Segunda Guerra Mundial, fue el único gesto del arquitecto a lo largo del corredor corporativo de edificios de estilo internacional diseñados por sus rivales, los «chicos de la caja de cristal», como escribió el periodista y crítico de cine Brendan Gill (1914 – 1997) en Many Masks, una vida de Frank Lloyd Wright (Nueva York: G.P. Putnam’s Sons, 1987).
“Anfitrión de una variedad de los últimos y mejores autos importados durante casi 60 años, el Hoffman Auto Showroom fue una pequeña pero importante parte de nuestra historia construida lamentablemente fue subestimada en un lugar donde el valor del metro cuadrado con frecuencia supera su contenido”.


La casa Max Hoffman


En 1955, Wright diseñó una gran casa y jardín para los Hoffman en la costa de North Manursing Island con vistas a Long Island Sound.
Estaba situada, frente al mar en Rye, Nueva York, en el condado de Westchester.
Construida con techos de piedra, yeso y pizarra, tiene una cornisa bajo el borde del techo revestida de cobre.
La casa en forma de L es de una sola planta, de 538 m2., sobre un terreno de 7.972 m2 frente al mar con vistas al estrecho de Long Island.
La residencia dispone de cinco dormitorios, seis baños, dependencias para invitados y garaje climatizado.
Con un jardín japones diseñado por Stephen Morrell, curador del Jardín Japonés John P. Humes en Locus, Nueva York.
Historia de la Casa Hoffmann
Emily Fisher Landau (1920 – 2023) la compra en 1972, donde vive hasta 1993, era directora de la inmobiliaria Fisher Brothers. Debido a sus donaciones a la Whitney Museum of American Art, el cuarto piso lleva su nombre. Fue miembro del Comité de Pintura y Escultura del Museo de Arte Moderno de Nueva York y de la Junta de Fideicomisarios del Museo Georgia O’Keeffe de Santa Fe.
En 1972 Taliesin Associated Architects estudio fundado por los discípulos de Wright tras su fallecimiento, construyó un ala adicional al norte,
Entre 1993 y 2019 la habitaron Tom y Alice Tisch (hijo y nuera del expresidente y CEO de CBS, Laurence Tisch). En 1995 se llevó a cabo una renovación interior diseñada por la arquitecta Emanuela Frattini Magnusson.
En abril de 2019 la compra el diseñador de moda Marc Jacobs, que la habita con su pareja Charly Defrancesco.
Notas
4
En este link http://www.steinerag.com/flw/Artifact%20Pages/PhRtS389Aug01.htm
Se pueden apreciar las fotografías del exterior realizadas por Douglas Steiner en agosto de 2001. Son de la casa de William B y Elizabeth Tracy en el Normandy Park, Washington de 1955.
5
Frank Lloyd Wright, carta a Max Hoffman, 14 de julio de 1952, Archivos de Frank Lloyd Wright.
6
Frank Lloyd Wright en Nueva York: The Plaza Years, 1954-1959, examina el trascendental período de cinco años en el que uno de los más grandes arquitectos del mundo y una de las ciudades más grandes del mundo coexistieron dinámicamente. Las autoras Jane Hession y Debra Pickrel dan vida a cada uno de estos personajes inigualables, explorando la fascinante contradicción entre el desdén frecuentemente expresado por Wright hacia Nueva York y su orgullo y placer por vivir en uno de los grandes hitos de la ciudad: el Hotel Plaza. Desde su suite, o «Taliesin the Third», como se la conoció, Wright supervisó la construcción del Guggenheim, habló con la prensa de Nueva York y recibió a muchos visitantes famosos como Marilyn Monroe y Arthur Miller.
7
Debra Pickrel, directora de Pickrel Communications en Nueva York, es coautora de Frank Lloyd Wright in New York: The Plaza Years, 1954-1959 (2007, Gibbs Smith) y formó parte de la junta directiva de Frank Lloyd Wright Building Conservancy durante seis años. En 2011, escribió «Remembering Edgar» en memoria de su amigo y aprendiz de Wright, Edgar Tafel.
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Arq. Hugo Alberto Kliczkowski Juritz
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