Miguel Ángel Buonarroti
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Biblioteca Laurenciana o Medicea
De entre tantas expresiones conceptuales y formales supremas de Miguel Ángel, debemos mencionar la increíble escalera de acceso interior a la Biblioteca Laurenciana, también fundada por Lorenzo.
La escalera no es un artilugio que salva una altura, en manos del genio de Miguel Ángel se convierte en el protagonista del espacio.
Nos hace dudar que lo que realmente significa un vestíbulo, por cómo califica la comunicación del claustro con la galería de la biblioteca.
No es solo la escalera, son los muros, una fachada interior desproporcionada donde lo constructivo, lo estructural es una metáfora.
Miguel Ángel, tras terminar los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina, retorna a Florencia para trabajar como arquitecto del Papa León X de Médici (nacido como Giovanni di Lorenzo de Medici, Florencia 1475 – 1521 Roma).
Proyecta la fachada de la Basílica de San Lorenzo (finalmente no realizada) y en 1519 construye la Capilla Medicea, sepulcro de los Médici.
Desde 1521 se dedica a realizar sus tumbas, es en 1524 cuando el Papa Clemente VII (nacido como Giulio de Médici, Florencia 1478 – 1534 Roma) le encarga la construcción de la Biblioteca Laurenciana en Florencia, allí se conservaran los valiosos códices de la colección Medicea.
A la biblioteca se accede desde los claustros de la Basílica de San Lorenzo, su enorme valor es debido no solo al gran número de manuscritos, sino también a su antigüedad, su valor filológico, y la enorme belleza en sus ediciones y encuadernaciones.
Miguel Ángel flanquea un costado del claustro diseñado por el arquitecto, matemático, astrónomo y escritor Antonio di Tuccio Manetti (Florencia 1423 – 1497 Florencia) y Cosa Adimari (Florencia 1423 – 1497 Ibíd), que era conocido por ser biógrafo y seguidor de Brunelleschi.
Como Miguel Ángel debe volver a Roma para realizar el encargo de Clemente VII de pintar el juicio final para el altar de la Capilla Sixtina, la biblioteca la continúan Giorgio Vasari (1511 – 1574), Niccolò Tríbolo (nacido como Niccolò di Raffaello Pericoli, Florencia ca. 1500 – 1550 Ibid) y Bartolomeo Ammannati (1511 – 1592) que años más tarde en 1559 diseñó el vestíbulo, con ventanas ciegas de estípites, es decir columna tronco-piramidal invertida, que hacen referencia de las columnas minoicas.
Miguel Ángel continuó supervisando a regañadientes las obras de la biblioteca desde Roma, enviando instrucciones, modelos y dibujos.
Una libertad formal
Miguel Ángel manifiesta así una libertad formal, como expresión lingüística con respecto a la canonización de los órdenes clásicos y las reglas compositivas.
Con un diseño claro espacial y funcional plantea una triple escalinata que se resume en una sola rampa, ejemplo perfecto del manierismo.
En 1558 proporciona el modelo de arcilla para la escalera, que diseñó en madera, pero por indicaciones de Cosme I De Medici, fue realizada en “pietra serena”, una arenisca de color gris usada en obras de arquitectura y en esculturas.
Era muy utilizada en elementos aislados o decorativos como columnas, cornisas y nervios de bóvedas. Al enfrentar la entrada, se experimenta “la emoción de estar ante una verdadera cascada sostenida por dos balaustradas rígidas”.
También diseña los muebles de madera para facilitar la lectura de los manuscritos.
El techo, de madera de tilo, fue tallado por el arquitecto y escultor Giovanni Battista del Tasso (Florencia ca. 1500 – 1555 Ibíd.) poco antes de 1550 sobre la base de los dibujos de Miguel Ángel, fue su primera obra maestra de un techo con incrustaciones.
Volviendo a los continuadores de la obra, Miguel Ángel era crítico con algunos trabajos de Ammannati, por ejemplo la Fuente de Neptuno de la Piazza della Signoria. Originalmente la fuente fue encargada al escultor Baccio Bandinelli, (Bartolomeo Bandinelli, Florencia 1488 – 1560 Ibíd.) pero murió sin poder terminar la obra. Podían haberla continuado por méritos más que suficientes el escultor y escritor Benvenuto Cellini (Florencia 1500 – 1571 Ibíd.) o al escultor Vicenzo Danti (Perugia 1530 – 1576 Ibíd.), pero eligieron a Ammannati.
Ammannati trabajó desde 1563 a 1565 sobre el bloque de mármol elegido por Bandinelli, y tomando de modelo la cara de Cosme I.
Al ver la obra terminada, Miguel Ángel le dijo “…has arruinado una preciosa pieza de mármol”.
En su entorno se decía “Ammanati, Ammanato, che bell’ marmo hai rovinato!” (Ammanati, Ammanato, ¡Qué gran pieza de mármol has arruinado!).
Academia Platónica Florentina
En esta parte de la narración, debemos mencionar a la Academia Platónica Florentina, no solo por su enorme trascendencia sino porque fue donde Lorenzo se formó.
Fue una institución humanista fundada en 1459 por el abuelo de Lorenzo, el mecenas Cosme de Médicis. Comenzó como un cenáculo de amigos, una reunión poco numerosa para debatir temas literarios de un grupo de eruditos vinculados a los Medicis. Fue imitada en otras ciudades de Italia, y más tarde en toda Europa.
El “disparador”, fue la llegada del humanista y filósofo bizantino Georgios Gemistos Pletón y las enseñanzas que impartió acerca de la filosofía platónica y neoplatónica que fueron la base para la creación de la “Academia Florentina” también llamada “Academia Platónica de Florencia” en 1459. Por sus méritos se lo considera un precursor del Renacimiento.
La Academia se dedicaba al estudio de Platón, y el intento de conciliarlo con el cristianismo así como la búsqueda de un Dios verdadero en todas las religiones. Una referencia de su importancia la dan la calidad de sus miembros, todos grandes intelectuales, sobresalientes en diversos artes y oficios:
-Pletón (Constantinopla 1355 – 1452 Mistrá)
Fue maestro de Cosme de Médicis y del resto de los alumnos de la corte, fue el planificador de la Academia, seguidor del filósofo Sócrates (Alopece 470 a.C. – 399 a.C. Antigua Atenas) y maestro del filósofo Aristóteles. (Estagira 483 a.C. – 322 a.C: Calcis).
-Cosme de Médicis (nacido Cosimo di Giovanni de Medici 1389 – 1364), político y banquero, fundador de la dinastía de los Médici. Fue el gran mecenas florentino, creador de la Academia.
–Marsilio Ficino (Figline Valdarno 1433 – 1399 Villa Medicea de Careggi), sacerdote católico, filólogo, médico, filosofo. Traductor de las obras completas de Platón (427 – 347 a.C.) seguidor de Sócrates y maestro de Aristóteles.
-Pico della Mirandola (Mirandola 1463 – 1494 Florencia) humanista y pensador.
Quizás fuera asesinado por orden de Piero de Medici, hijo de Lorenzo. Era el más joven del grupo, filósofo y teólogo, hablante de casi todas las lenguas conocidas.
–Cristóforo Landino (Florencia 1425 – 1498 Borgo alla Collina) el más viejo del grupo, profesor universitario de retórica, maestro de Lorenzo de Médici y miembro de la Academia Platónica Florentina, fue el traductor de Plinio el Viejo (Gayo o Cayo Plinio Secundo, Comum 23 -79 Estabia).
-León Battista Alberti (Génova 1404 – 1472 Roma) arquitecto, poeta, matemático, tratadista, criptógrafo, lingüista, filósofo, músico, arqueólogo, sin duda uno de los humanistas polifacéticos más importantes del renacimiento.
Autor de “De Statua” (proporciones del cuerpo humano); “De Pictura” (la perspectiva científica); “De Mantua” (colores y formas) y “De Re Aedificatoria” de 1452 (sobre el proyecto y diversos tipos de edificios, definiendo la arquitectura moderna).
Sobre los tratados de arquitectura publique en mi blog el articulo; http://onlybook.es/blog/andrea-palladio-los-tratados-de-arquitectura/
–Lorenzo de Médici (nacido como Lorenzo di Piero de’ Medici, Florencia 1449 – 1492 Ibíd.). Conocido como Lorenzo el Magnífico, estadista, mecenas, diplomático, banquero, poeta y filósofo, nieto del fundador.
–Benedetto Varchi (Florencia 1503 – 1565 Ibíd.) Humanista, historiador y escritor. Cosme I de Médici le encarga escribir la historia de los últimos años de la república, sus 15 tomos de “La Storia Fioretina” abarcan desde 1527 a 1538.
–Angelo Poliziano (nacido como Angelo Ambrogini, Montepulciano 1454 – 1494 Florencia) fue un humanista, poeta y filólogo. Sabía latín y griego, tradujo los libros 2 al 5 de la Ílíada.
Lorenzo de Médici fue su amigo y protector, fue contratado como tutor de sus hijos.
Miguel Ángel debió vivir las tensiones que por un lado le generaba el neoplatonismo al considerar la belleza carnal como una belleza superior, sin ver escándalo alguno en la relación entre hombres adultos y jóvenes, y por el otro las prédicas del monje Girolamo Savonarola (Girolamo Maria Francesco Matteo Savonarola Ferrara 1452 – 1498 Florencia) que reclamaba un regreso a la pureza espiritual y condenaba, de manera muy específica, la sodomía.
Los sermones apocalípticos de este predicador y confesor de Lorenzo de Médoco atraíana las masas, tenía un gran prestigio entre las élites, influyendo además de en Miguel Ángel, en el humanista y pensador Della Mirandola (Giovanni Pico della Mirandola Mirandola 1463 – 1494 Florencia) que se hiciera famoso cuando en 1486 a sus veintitrés años se propuso defender contra todo opositor 900 tesis de religión, filosofía, filosofía de la naturaleza y magia (no tengo ningún dato a mano para saber cómo le fue) y en Sandro Botticelli (Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, Florencia 1445 – 1510 Ibíd.).
Savanarola hizo todo esto mucho antes de entrar en desgracia, de ser ahorcado y terminar envuelto en llamas en la Piazza della Signoria con sus cenizas arrojadas al Arno, era el 23 de mayo de 1498, ésta acción permitió una decena de años más tarde, el regreso de los Médici a Florencia.
El saqueo de Roma
El saqueo de Roma por las tropas de Carlos I de España y V de Alemania y el arresto del Papa Clemente VII el 6 de Mayo de 1527, supuso una importante victoria del ejército imperial de Carlos V (el Sacro Imperio Romano Germánico) sobre la llamada “Liga de Cognac”. Esta liga fue una alianza entre el Papa Clemente VII con el Reino de Francia, el Ducado de Milán, la República de Venecia y la República de Florencia, firmada el 2 de mayo de 1526 que estuvo vigente hasta 1529.
A pesar de que Carlos I se había erigido en uno de los grandes defensores del catolicismo en Europa, el Papa Clemente VII estaba alarmado tras la victoria del emperador Carlos V sobre los franceses en la Guerra Italiana de 1521 a 1526, en Mayo de 1526 ofreció su apoyo a Francia con el objetivo de alterar el equilibrio de fuerzas en la región y de liberar al Papado de lo que muchos consideraban la «dominación imperial del Sacro Imperio», así se formó la liga anti imperial (Liga de Cognac).
Enrique VIII de Inglaterra (Londres 1491 – 1547 Ibíd.) no consigue que el tratado se firme en Inglaterra por lo que rechazó unirse a él.
Rápidamente las tropas imperiales lograron victorias sobre el ejército francés y dominan el norte de Italia. Pero hubo un gran problema que descontroló la guerra, Carlos III, duque de Borbón y Condestable de Francia, no disponía de fondos suficientes para pagar a sus soldados, por lo que éstos se amotinaron y se dirigieron a Roma.
Las tropas necesitaban realizar por sorpresa un ataque rápido, en un plan de robo y violencia antes de llegar a las murallas de Roma el 5 de mayo, por lo que saquearon Acquadepuente y San Lorenzo alle Grotte y ocuparon Viterbo y Ronciglione.
Saqueo de Roma. 6 de mayo de 1527. Grabado de Martin van Heemskerck y publicado en 1555.
El 6 de mayo iniciaron la ofensiva sobre las murallas en el Janículo y la Colina Vaticana, es durante ese asalto, que el duque fue mortalmente herido.
Su muerte, lejos de allanar a los invasores, provocó su radicalización, que toman las murallas ese mismo día.
Entre infantes españoles e italianos junto a mercenarios alemanes y la caballería, tenían cerca de 20.000 hombres, fuerzas muy superiores a las defensas de Roma, que contaban con 9.000 hombres entre milicianos y soldados bajo la dirección del condotiero italiano Renzo da Ceri, (nacido como Lorenzo dell’Anguillara, Ceri 1475 – 1536 Francia).
Los condotieros eran mercenarios al servicio de las ciudades-estado italianas, que operaron desde finales de la Edad Media hasta mediados del siglo XVI.
La palabra “Condottiero” deriva de “condotta”, que era como se designaba al contrato entre el capitán de mercenarios y el gobierno que alquilaba sus servicios.
Entre la defensa de Romahabía 189 miembros de la Guardia Suiza, quienes debían encargarse de la seguridad del Papa y de la Santa Sede.
Defendiendo al Papa Clemente VII, lucharon en las escalinatas de la Basílica de San Pedro, de esos 189 miembros solo sobrevivieron 42.
Durante ese enfrentamiento, el Papa pudo salvar la vida, escapando disfrazado de peregrino por el “Passetto”, un corredor secreto que aún hoy une la Ciudad del Vaticano con el Castillo de Sant’Angelo.
En memoria de esa acción valiente y suicida, los nuevos reclutas de la Guardia prestan juramento el 6 de mayo, el mismo día que se considera el fin del Renacimiento en Roma.
Las tropas imperiales ejecutaron a unos 1.000 defensores y empezaron el pillaje. No se salvaron ni iglesias, ni monasterios, los palacios de los prelados y cardenales fueron arrasadas y despojadas de cualquier objeto precioso.
Después de tres días de estragos, el Príncipe de Orange, sustituto del fallecido Borbón, mandó que cesara el saqueo, pero pocos soldados le obedecieron.
Los saqueadores españoles, alemanes e italianos robaron parte de las obras de arte que se hallaban en el Vaticano. El mecenazgo tardó años en recuperarse, algunos artistas tuvieron que emigrar a regiones vecinas.
Clemente VII permaneció un mes arrestado recluido en el Castillo de Sant’Angelo.
Aprovechando la prisión del Papa, los florentinos expulsaron a los Médici y restauraron la República.
El 6 de junio de 1527 el Papa se rindió y acordó pagar un rescate de 400.000 ducados a cambio de su vida, la capitulación incluía la cesión de Parma, Piacenza, Civitavecchia y Módena al Sacro Imperio Romano Germánico.
Desde entonces las relaciones entre Clemente VII y el Rey Emperador Carlos, se suavizaron, éste presentó disculpas formales al Sumo Pontífice por el saqueo y se vistió de luto en recuerdo de las víctimas, por su parte, el Papa pasó el resto de su vida intentando evitar conflictos con el Rey Carlos, sin tomar decisiones que pudieran disgustarle, como cuando le negó a Enrique VIII de Inglaterra la nulidad matrimonial de Catalina de Aragón, que era la tía de Carlos.
Los problemas financieros de Carlos V, y las amenazas turcas sobre Hungría y Austria llevaron en Junio de 1529 a la firma del “Tratado de Barcelona”.
Este tratado restauró a los Sforza en Milán y a los Médici en Florencia, y la investidura de Carlos V del reino de Nápoles así como su coronación imperial.
En 1527 Roma debía recuperarse del saqueo sufrido, para ello fue necesaria la labor de arquitectos, escultores y pintores para reconstruir los edificios destruidos.
En 1555, luego de una serie de derrotas en Europa, Carlos abdicó y dividió sus dominios entre Felipe II (“el Prudente”, Valladolid 1527 – 1598 San Lorenzo de El Escorial) dejándole España, las colonias de América, los Países Bajos Españoles, el Reino de Nápoles, Sicilia y Cerdeña, y a Fernando I de Habsburgo y Austria (Alcalá de Henares 1503 – 1564 Viena) a quien dejó Austria, Bohemia, Hungría y el título de Emperador.
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