Introducción a la revista Casas Internacional 180
Febrero de 2020
El estudio Zaha Hadid está construyendo su primer edificio en Buenos Aires, con características técnicas estructurales y espaciales innovadoras.
No es casual, Buenos Aires y especialmente la ubicación del terreno, frente a los parques diseñados por Carlos Thays (1848-1934), con circulaciones que facilitan los desplazamientos, indican que ese lugar estaba esperando su proyecto.
La arquitecta anglo-iraquí Zaha Hadid (1950-2016) nos acostumbró a replantearnos los espacios del siglo XXI, como pocas veces había sucedido antes. Nos decía: “Más que un estilo, lo mío es intentar estar siempre en la frontera de la innovación”.
Demostró el significado trascendente de construir con una enorme libertad. No solo pequeños y maravillosos proyectos como la estación de bomberos VITRA en 1990, la fábrica en Weil am Rhein, Alemania, sino también otros complejos emprendimientos.
Fue la primera mujer arquitecta en recibir el Premio Pritzker en 2004, se formó en los ambientes cercanos al movimiento deconstructivista londinense de la Architectural Association (AA) y la joven Office for Metropolitan Architecture (OMA) en torno al círculo de Elia Zenghelis y Rem Koolhaas.
En 1980 abre en Londres su estudio, y muy rápidamente en 1982 gana el concurso para un nuevo club privado en las colinas de Kowloon, el Peak Leisure Club de Hong Kong. Con ese proyecto y sin obras construidas logró estar presente en las salas del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), exposición referencial comisariada por Philip Johnson, y acompañada por colegas tan talentosos como Peter Eisenman, Frank Gehry, Daniel Libeskind y Rem Koolhaas.
Zaha Hadid deleita al mundo arquitectónico con dibujos futuristas, llenos de colores, formas y misteriosos mensajes. Es el espíritu de El Lissiztky y sus contemporáneos de la Avant Garde rusa, el suprematismo y la vanguardia rusa, que tienen en Zaha su natural intérprete.
Es una suerte a valorar que en este número de Casas se presenten 9 proyectos de 7 países, en ciudades tan disímiles como Buenos Aires, Monterrey y la Rivera Maya, Singapur, Nueva York y Miami, Moscú, Milán o Melbourne. Prueba de la inmensa capacidad de Zaha Hadid, desarrollada junto a su equipo de brillantes proyectistas.
Pero quizás lo que más nos asombre es que sus proyectos son fantasías, sí, pero fantasías construidas, materializadas.
La mayor alegría es que ella haya tenido oportunidad de regalarnos sus “contorneados” proyectos, la pena su desaparición tan temprana. Sigue siendo una de mis más admiradas:os arquitectas/os.