Alberobello, la capital de los Trulli, un cuento de hadas.
El centro histórico de Alberobello es pequeño, fácil de recorrer.
Comenzamos con el Trullo Soberano situado en la parte norte de la ciudad: es el único trullo de dos plantas en la ciudad y está amueblado con piezas originales de principios del siglo XX.
Luego ir al Distrito Monti, el barrio más grande y célebre de Alberobello, con unos 1000 trulli.
Visita el Trulli Siamés: son dos conos fusionados en el centro que, según la leyenda, simbolizan la historia de amor y odio que envolvió a dos hermanos.
Barrio del Rione Aia piccola, el barrio más pequeño del centro histórico de Alberobello. Con unos 400 trulli de uso residencial.
Sigue el recorrido en la Casa Pezzolla, un complejo de 15 conos interconectados que alberga el Museo del Territorio. No te pierdas tampoco la Casa D’Amore, una casa histórica que data de 1797 y que es el primer edificio construido después de que Alberobello fuera liberado de todas sus obligaciones fiscales por el rey de Nápoles.
Por último, el Belvedere Santa Lucía el sitio más impresionante de la ciudad.
Comer
-pasta orecchiette de Apulia, con grelos y anchoas saladas.
-las bombitas de carne, pequeños rollos de cerdo rellenos de queso y hierbas
-probar las pettole, sabrosas bolas de masa fermentada fritas en aceite caliente. Son típicas de las fiestas navideñas, se pueden comer mientras se camina.
Para terminar, pruebe el barattiere, frutas de verano crujientes.
Los TRULLI son una antigua tipología constructiva realizada totalmente con muros de mampostería de piedra en seco, sin mortero alguno, rematada con una cubierta de forma cónica. Esta cubierta, conformada como una bóveda en saledizo, aparece decorada con símbolos pintados con cal, y es soportada por muros de hasta un metro y medio de espesor, también encalados. La imagen que dibuja el conjunto de estas construcciones en los pueblitos de la Puglia italiana habla por sí sola de su riqueza, va mucho más allá de lo meramente estético.
El origen de estas construcciones, así como la etimología de la propia palabra “trullo”, no está claro. Según Gabriella Esposito en “Architettura e storia dei trulli” (1983), “trullo”, podría derivar de la voz latina trullus que designa en general cualquier construcción rematada en cúspide, o del griego torullus (cúpula).
¿Son originarias de la Murgia, como evolución de la choza primitiva de paja? ¿Significa entonces el paso de una estructura ligera y desmontable propia de un pueblo nómada a una estructura pétrea, estable y duradera propia de uno sedentario? ¿O fueron importadas de otros territorios?
Hay que recordar que la construcción en forma de trullo no representa un caso excepcional. Desempolvando los libros de historia encontramos edificaciones similares en culturas ya muertas. Ya en el III milenio A.C, se erigían tholos en Egipto y Mesopotamia, gracias a su sencilla ejecución que ni siquiera requiere el uso de cimbras formando aros concéntricos cerrados en un óculo central. La cultura Micénica, II milenio a.C, nos regaló el primer edificio monumental con cubierta cónica: el Tesoro de Atreo. Pero volvamos a la arquitectura habitacional y alejémonos de la monumentalidad:
El poblado de Koum en Aleppo, Siria, se levantó totalmente con edificios en forma de trullo, en este caso revestidos externamente y coronados con pináculos como aquellos de Alberobello. ¿Tiene esto que ver con la presencia de asentamientos de grupos étnicos provenientes de Grecia, Asia Menor o Egipto en la Italia meridional de épocas pasadas? ¿Y las construcciones en Digano en Istria meridional, Baleares, Valchiusa en la Provenza, las cabañas de planta circular de Liguria y Cerdeña, o las construcciones en Harrán (Turquía)?