Le Monde diplomatique. Libro Sociedades Enfermas de su Cultura. (mb)

Desde 1985 y durante cinco intensos e interesantes años Hugo A. Kliczkowski Juritz junto a Roque L. Cassini dirigieron el Le Monde diplomatique en español.

Le Monde diplomatique es la edición mensual del periódico francés Le Monde.

Tres años mas tarde en 1988 sacamos el primer libro de la serie “Maneras de Ver”.

Ese libro es la traducción de la edición francesa, con dos breves introducciones  nuestras.

Claude Julien

La edición francesa estaba formada por:

Fundador Hubert Beuve Mery

Director Claude Julien

Redactor en jefe Micheline Paunet

Redacción Ignacio Ramonet, Alaib Greah, Bernard Cassen, Christian De Brie

Secretaria de Redacción Solange Brand

Concepción Gráfica Magnus Harling, Dominique Mesnier

Redacción 7 rue des Italiens, (75427) Paris.

La edición Latinoamericana estaba formada por:

Director Hugo A. Kliczkowski Juritz

Editor Responsable Roque L. Cassini

Secretaria General Ana Esteras

Coordinación Editorial Silvia L. Wladimirski

Traducción Diana navarro

Tapa Daniela Pugliese

Redacción 25 de Mayo 596, 5to piso (1002) Buenos Aires

Sociedades Enfermas de su Cultura

(A pesar de los 37 años pasados encontré un ejemplar en Mercado Libre, usado, de Marco Denevi a 6.498 $ (6,50 usa)

Ha sido una ambición de estos años, editar un libro con los artículos publicados en le Monde diplomatique.

Si las formas son también el mensaje, parafraseando a Mc. Luhan, esta forma distinta de presentar el mismo material, esta selección distinta en la forma de agruparlos colabora también en la construcción de un mensaje distinto.

Y este mensaje ha sido el que nos ha motivado a aquéllos que procuramos que la edición en español de le Monde diplomatique, esté todos los meses en sus manos. Me refiero a la posibilidad de pensar y repensar nuestro espíritu, en otros términos, a la posibilidad de percibir al hombre dentro de una sociedad con alternativas de progreso cierto, para que «los senderos del progreso técnico no se alejen del progreso humano”.

En las sucesivas crisis, en la permanencia y la persistencia de las mismas, es cuando una “brisa nueva, renovada y renovadora puede revitalizarnos”.

La serie de artículos que Uds. tendrán ocasión de leer, no surgen de una elección casual, y casi me atrevería a decir inocente. Pretenden golpear nuestras conciencias, para devolvernos el don de la duda, de la simple sensación de replantearnos los conceptos preestablecidos. Por ello siendo un libro optimista, no posee fáciles concesiones ni discursos facilistas, en ello radica su valor.

Contra la «omnipotencia de la razón» y por una «cultura de la paz», por las crisis de las «élites en el poder», es que esta colección llamada «Maneras de Ver» provoca una directa invitación, para alcanzar el conocimiento objetivo de nuestra realidad; conocimiento entendido como una herramienta hecha para alcanzar la verdad.

Dentro del esfuerzo de alcanzarla, Le Monde diplomatique en español, está mensualmente en sus manos, en la discusión y la comprensión de nuestras complejas realidades. El cuaderno latinoamericano que lo complementa intenta, además, transformar ese cotidiano encuentro en un vehículo de unión entre las naciones de América.

Por todo esto, y por motivos que se explicarán en sí mismos, a medida que nuestra prédica crezca, es que este primer libro de le Monde diplomatique está con nosotros.

Arq. Hugo A. Kliczkowski Juritz

director Edición en español

Hugo A. Kliczkowski Juritz

Introducción

La Edición Latinoamericana de lo Monde diplomatique ha decidido publicar este primer volumen con el respaldo de su propio sello editorial. Entiendo que se trata de una auspiciosa y trascendente decisión. Y ello con independencia de la calidad de los trabajos que componen este libro.

La experiencia, el prestigio y la trayectoria de los autores que suscriben cada capítulo me eximen de todo comentario sobre el contenido de la obra. El lector encontrará a las pocas páginas de iniciada su lectura, una serie de propuestas profundas y reflexivas que se desarrollan a partir del enfoque tan especial que siempre caracterizó al periódico le Monte diplomatique; mucha exigencia en el análisis, ópticas novedosas, seriedad y honestidad en el tratamiento de cada tema.

Es relevante destacar la importancia que implica para nuestro país y para todos aquellos donde este libro se distribuya — con seguridad, a lo largo de América Latina la aparición de esta primera obra, «Sociedades Enfermas de su Cultura», editada por le Monde diplomatique. Se trata de una recopilación en sus dos ediciones: en francés y en español, que se edita en América Latina. No dudo de que la importancia temática de esta serie de artículos junto a la síntesis del mensaje que se intenta difundir, van a asegurar el éxito y la oportunidad de esta decisión destinada a ocupar un destacado lugar en el mercado editorial.

La continuidad de este esfuerzo está dirigida a posibilitar que todos los hispano parlantes puedan contar con un sello editorial comprometido y respaldado por la trayectoria del nombre Le Monde, tradicionalmente caracterizado por la preservación a ultranza de criterios independientes, y por un compromiso permanente con la verdad histórica cuando se analizan los grandes temas que siempre impidieron —e impiden— la existencia de una comprensión acabada entre todos los pueblos de nuestra tierra y los individuos que los componen.

Le Monde diplomatique enfrenta a esos desencuentros con una perseverancia y tenacidad persistentes en la búsqueda de propuestas y soluciones, siempre presentadas desde enfoques que pretenden interpretar analítica y objetivamente los aconteceres políticos, económicos y sociales que vayan acaeciendo.

Esa metodología tan especial intenta trasladarse ahora a otro ámbito —la edición de libros— que innegablemente permitirá una consolidación más permanente de todas esas ideas, ensayos, propuestas, análisis, etc., que se sintetizan en un abierto compromiso que los trabajadores de la cultura que componen le Monde diplomatique han asumido siempre para exteriorizar sus propias pasiones.

Tal como cita Ignacio Ramonet en su artículo «El desconcierto de los ciudadanos ante un saber fragmentado», luego de preguntar si son culpables los intelectuales cuya función es interrogar al mundo y dar testimonio de los hombres, la propia identificación de los grandes problemas representa una tarea muy ardua para el ciudadano contemporáneo, porque su saber es fragmentado, adquirido sin método, según los impactos de la cultura de masas o tomada de los abismos de la especulación científica. Sin embargo, comprender la crisis constituye hoy un desafío intelectual importante. Exige de cada ciudadano un esfuerzo indispensable, para una forma mejor de pensamiento.

Enhorabuena, entonces, a le Monde diplomatique y a Sociedades enfermas de su Cultura, donde un grupo de hombres comprometidos, toma la posta y sale a tratar de comprender la crisis e intenta desmenuzar los mecanismos profundos del pensamiento contemporáneo para que, algún día, todos podamos vivir mejor.

Dr. Roque Luis Cassini

Consejo Editorial

Roque Cassini

Sumario de Sociedades Enfermas de su Cultura

La edición original fue en 1988, y todas las referencias de los escritores y sus trabajos están referenciados a ese año.

1 Pensamiento sin objeto, sociedad sin proyecto.

Por Claude Julien. Director de Le Monde diplomatique

La cultura, el empleo y la producción industrial estan enfermos. ¿Es suficiente hacer creer que andan bien? En nuestras sociedades desconcertadas, la realidad casi no se mide por hechos comprobables, sino que se muestra según la forma en que cada uno la percibe.

“El pensamiento burgués es pensamiento muerto. Esta muerte al menos en Francia nunca ha estado más viva”, Julien Benda. Apposotions, Gallimard, París, 1930, p 27.

2 La especie humana frente a su muerte.

Por Albert Jaqueard. Profesor de genética en la Universidad de Ginebra, autor de 5 millones de hombres en una nave (Le Seuil, colección “Point virgule”, Paris 1987); coautor y coordinador del libro Los científicos hablan… (Hachette, Paris, 1987).

3 La exigencia de lucidez

Por Jean-Claude Pecker. Profesor en el Colegio de Francia, miembro de la Academia de Ciencias.

4 El cataclismo de Damocles

Por Gabriel García Márquez.

Escritor colombiano, premio Nobel de literatura 1982, autor de Cien años de soledad (editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1967) y El amor en tiempos del cólera (Diana, México 1985) y Las aventura de Miguel Littin en Chile (Diana, México 1986), entre otros.

5 El desconcierto de los ciudadanos ante un saber fragmentado

Por Ignacio Ramonet. Redactor en jefe de Le Monde diplomatique

¿Por qué esta dificultad actual para comprender las nuevas lógicas que gobiernan al mundo? La explicación se encuentra menos en la hipercomplejidad de dichas lógicas que en el silencioso derrumbe de nuestra propia cultura. Sin embargo, comprender, en tiempos de crisis es un desafío capital.

6 Juego del espíritu, desafío de la sociedad

PorJean Pierre Kahane

Profesor en la Universidad de “Paris-Sud”, presidente de la Comisión Internacional de la Enseñanza Matemática.

Jean Gourmelin

7 ¿La ciencia, barbarie de occidente?

Por Jean- Loup Motchane

Físico, profesor en la Universidad de París VII.

8 Un nuevo maestro del pensamiento: la empresa

Por Bernard Cassen. Redactor de le Monde diplomatique

Debido a la multiplicación de los “indecidibles” y el crecimiento de las complejidades nace la necesidad de encontrar certidumbres tranquilizadoras. La cultura en crisis parece encaminarse hacia un modelo rehabilitado y hoy triunfante, el de la empresa.

SesCuk

9 Argentina. El ¨Peso¨de una cultura de renta.

Por Bernard Cassen. Redactor de le Monde diplomatique

Argentina. El «Peso», de una cultura de renta

El gobierno del Dr. Raúl Alfonsín debe batirse actualmente sobre todos los frentes, y como a menudo sucede en estos casos, lo urgente ocupa el lugar de lo importante. Lo urgente, es el escrutinio del seis de septiembre próximo (1). que asegurará la renovación de los gobernadores, de los parlamentarios provinciales y del tercio del Congreso, La Unión Cívica Radical (UCR), el partido del presidente no puede permitirse perder esas elecciones a menos que vea gravemente debilitada la autoridad del señor Alfonsín durante los tres últimos años de su mandato constitucional.

Pero lo importante, lo estructural está en otra parte, en una situación económica gravemente deteriorada por los siete años de dictadura militar que desmantelaron el aparato de producción, que eliminaron, redujeron al silencio o forzaron al exilio a las élites intelectuales, y que provocaron un endeudamiento masivo del cual la actividad productiva no la sacado ningún beneficio. Este no ha sido el caso de las camarillas civiles y militares cuyas cuentas en banco e inversiones en el extranjero se han engrosado en buena parte por los créditos que las instituciones financieras otorgaban, con los ojos cerrados, al régimen «estable» de los generales. La Argentina debe soportar hoy el peso de una deuda de 51 mil millones de dólares que hipotecan su porvenir. No es el reordenamiento del Club de Paris del 20 de mayo último (2) lo que terminará con el problema. A pesar de todo, la extensión a 10 años, con seis de gracia. de la devolución de los 2,1 mil millones de dólares que vencían entre enero de 1986 y junio de 1988, dio respiro a una democracia que los militares han puesto nuevamente en libertad «condicionada».

Los acacontecimientos de la semana de Pascuas, marcados a la vez por una revolución en el seno del ejército (en lo cual ni los mismos generales de la alta comandancia llegaban a hacerse obedecer) y, en reacción, por una movilización popular sin precedentes, expresando una repulsión visceral de los militares, no fueron de ningún modo traducidos como una «victoria» del presidente Alfonsín. Las fuerzas amadas obtuvieron finalmente casi todo lo que exigían gracias al voto de la ley sobre la «obediencia debida» que substrae de la justicia a la mayoría de los oficiales culpables de excecciones durante los años de dictadura. El nuevo jefe del Estado Mayor del Ejército, General Caridi, reclama aún más: amnistía completa para los oficiales generales ya juzgados y condenados, y para algunos otros que podrían todavía serlo; aumento del presupuesto militar; reconocimiento oficial de los servicios rendidos a la patria por la lucha «antisubversiva», etcétera… (3)

Seria simple reprochar al presidente Alfonsín haber «cedido». La acción del presidente argentino no ha sido más que la expresión de una relación de fuerzas entre la sociedad civil y la institución militar Su coraje personal no ha podido sino aumentar marginalmente una libertad de acción de por si estrecha. En torno a él, clase política débil de la cual una buena parte ha pactado (y puede en todo momento volverlo a hacer) con los militares, una población de la cual una parte importante sin ninguna duda mayoritaria tiene sed de democracia, pero dentro de la cual otra fracción «vichysta» prefirió no ver nada y no saber nada durante los años de la dictadura.

Más allá de las ambiciones del «partido militar», que es más un síntoma que la causa de una crisis que dura desde 1930, hay que buscar la explicación del «mal argentino» en las corrientes del pensamiento muy anteriores al golpe de Estado de marzo de 1976. Pues toda crisis yace también en las ideas (ver «Des politiques malades de leur culture». Le Monde diplomatique francés, junio de 1987). ¿Eran adecuados los conceptos utilizados para hacer frente a la crisis? La siguiente demostración es muy convincente: una práctica económica terminó por segregar una «cultura de renta» que pasó a manejar el comportamiento de los agentes (productores y consumidores). Y este comportamiento no puede ser modificado por medidas estrictamente económicas: tales reformas no pueden llevarse a cabo si no están acompañadas de una transformación cultural. Esto se ve bien en el seno de las sociedades en las cuales prevalece una cultura de dependencia (las Filipinas, por ej.) o, más claramente aún, en las que son pura y simplemente asistidas, tomadas a cargo por el exterior (DON-TOM francés, Puerto Rico).

Tal es también, sin duda, en un contexto radicalmente diferente, el principal obstáculo con el que choca el señor Gorbachov, a quien no le basta promulgar los decretos de reforma, sino que también tiene que cambiar el estado del espíritu público que, desde hace setenta años, se ha desarrollado en los soviéticos acostumbrados a una vida de mediocridad en la seguridad. Así mismo, en los Estados Unidos, una cultura que privilegia el provecho inmediato contribuye al alza del índice Dow Jones en Wall Street, en desmedro de graves consecuencias de industrialización. El debate en curso no podría desarrollarse como si lo económico fuera autónomo en relación a lo cultural o, en síntesis, a lo político.

1 las elecciones del 6 de setiembre de 1987 (N. de la R.)

2 ver le Monde, París, mayo 22, 1987

3 ver Carlos Gabetta, «La democracia argentina en libertad vigilada». le Monde diplomatique Paris, abril de 1987

10 Un país transformado en inmensa zona franca financiera

Por Moises Ikonicoff. Director de Investigaciones en la CNRS (Instituto Francés de relaciones internacionales).

11 Lectura de un divorcio

Por Jose Vidal Beneyto. Profesor de sociología del conocimiento en la Universidad de Madrid, director de enseñanza y cultura en el Consejo de Europa.

Nuestra crisis es una crisis de civilización, una crisis cultural, su rasgo principal es el divorcio entre desarrollo científico y técnico, por un lado, y progreso social por el otro. ¿Por qué el crecimiento de nuestro patrimonio del conocimiento, que debería haber contribuido a la armonía y al bienestar de nuestras sociedades, creo nuevos problemas, nuevas desigualdades, nuevas carencias y nuevos callejones sin salida? ¿Por qué esta distorsión cuyos efectos perversos pueden triunfar por encima de sus consecuencias positivas?

12 ¿El último horizonte de la democracia?

Por Jean-Michel Quatrepoint. Director general de AGEFI (Agence Economique et Financier).

“Es necesaria una ciencia política nueva, para un mundo totalmente nuevo”. No es casual que Philippe Messine, haya utilizado esta cita de Charles-Alexia de Tocqueville como lema de uno de sus capítulos de su último libro, “Les Saturniens” (La Découverte, Paris, 1986, 219 páginas). Ciento cincuenta y dos años después de “De la démocratie en Amérique”, la frase de Tocqueville tiene una conmovedora actualidad. Merced a la crisis que atravesamos desde hace 15 años, un mundo totalmente nuevo se instala, poco a poco, trastocando las culturas, los modos de organización, los sistemas de valores, forjados en el siglo diecinueve con la primera revolución industrial. Un mundo totalmente nuevo del que la tecnología y la empresa, parecen ser los pilares. Al menos en los discursos, pero donde la reflexión política está singularmente ausente. Por eso el libro de Philippe Messine es beneficioso. Ahora que sucumbimos bajo los tratados de gestión, las inagotables monografías de directivos, o de sindicalistas del pasado, los libros de las estrellas de los medios de comunicación que se creen muy intelectuales, ahora que ek economicismo funciona como discurso dominante, “Les Saturniens” trae un poco de aire nuevo.

13. El hombre y la máquina: los valores que se balancean

Por Riccardo Petrella

Director del programa FAST (investigación en materia de prospectiva y de evaluación de la ciencia y de la tecnología) en la comisión de las comunidades europeas.

14. En las cimas del poder: amos y servidores

Por Christian de Brie. Redactor de le Monde diplomatique

“El pez muere por la boca” dice el proverbio. Las elites en el poder, encabezando al Estado, tienen una gran responsabilidad en el desconcierto actual de los ciudadanos, mantenido por los medios de comunicación. Munidas de sus privilegios no retroceden ante la demagogia para hacer viable su manumisión.

15. Cruzada a favor de una policía del pensamiento

Por Christian De Brie.

Disfrazadas, un conglomerado de fuerzas reaccionarias lucha contra todo aquello que amenace sus privilegios.

16. Los inevitables desengaños de una ética contante y sonante.

Por Claude Julien. Director de Le Monde diplomatique

“La República será conservadora, o no será”. Adolfo Thiers, 13 de noviembre de 1872.

Una sociedad incapaz de expresar lo que quiere, está menos enferma de su política que de su cultura. Esta desazón agravada por la crisis del capitalismo financiero posterior al desastre bursátil no perdona a ningún país desarrollado. Todos son víctimas de la isma incertidumbre desmoralizadora.

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