Miguel Ángel. 5ta parte

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Miguel Ángel y el Papa Paulo III

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El papa Paulo III invitó a Miguel Ángel a realizar el altar de la Capilla.

Al tener conocimiento de que en el altar de ese lugar sagrado aparecían una gran cantidad de figuras desnudas, que el escándalo no se hizo esperar.

Uno de los más feroces críticos de los desnudos fue Biaggio da Cesena, a él Miguel Ángel le dedico una sutil venganza, en la parte inferior derecha de la escena, a la entrada de los infiernos, Miguel Ángel representó a Minos, el rey del Infierno, desnudo, con orejas de burro, una serpiente enroscada a su cuerpo y con los rasgos faciales de Biaggio da Cesena.

La Bula Sublimis Deus

Mientras que el alma europea, alcanzaba su máxima expresión en el arte como evolución del espíritu, su contracara estába por ejemplo en México, en el Virreinato de la Nueva España, donde una de las expresiones de la crueldad la llevan adelante los colonos españoles explotando a los indios.

El Virreinato dura desde 1435 hasta 1823, debido a esa cruda realidad (sobre todo para los esclavos) Pablo III defiende a los indígenas apelando a que “son seres racionales, declarando que son hombres, que tienen derecho a su libertad, a disponer de sus posesiones y a abrazar la fe, pero ésta debía serles predicada en forma pacífica, evitando todo tipo de crueldad -ya que- los indígenas tienen alma”.

Retrato del papa Julio II, por Rafael, 1511, óleo sobre tabla, 108,7 x 81 cm,
National Gallery

El 2 de junio del año 1537 en la bula “Sublimis Deus” prohíbe que los indios sean esclavizados.

Tuvo un éxito relativo, ya que en el momento de la conquista, la población esclava era de 11 millones de personas, en 1650 no superaba el millón y medio.

Regresando al monumento funerario que le encargara el Papa Julio II, debido al tiempo y cambios que ocurrieron, Miguel Ángel mencionó varias veces la tragedia que supuso en su vida.

Fue muchas veces proyectado y otras tantas veces detenido, en el espacio de tiempo entre un proyecto y otro comienza las pinturas de la bóveda que antiguamente se la llamó “Capella Magna”.

Estamos en marzo de 1505, Miguel Ángel tiene treinta años, y vive un momento importantísimo de su carrera.

Encara proyectos colosales, dos años antes, le habían encargado una serie de doce apóstoles de mármol de 2,70 de altura cada uno, y no había finalizado aun la estatua del David, trabajo que le demandaría cuatro años de trabajo. (12)

Miguel Ángel y el Papa Julio II

El Cisma de Aviñón o gran Cisma de Occidente, fue la división en la iglesia católica entre 1378 y 1417, cuando dos obispos, y a partir de 1410 incluso tres, se disputaron la autoridad pontificia.​ El cisma duró 40 años, durante los cuales hubo dos sedes papales, una en Aviñón y otra en Roma.

Pareja de figuras simulando bronce en uno de los triángulos de la bóveda de Capilla Sixtina,
Miguel Ángel, 1511

Luego del Cisma, Alejandro VI consolidó el papel político del papado, superando algunas vicisitudes (como que el sucesor al Papa Borgia, Francisco Piccolimi vivió solo veintiséis días tras su nombramiento), ese fue el motivo por el que Julio II (nacido como Juliano della Rovere, Albissola Marina 1443 – 1513 Roma), despertara tantas expectativas.

La restauración de Roma, retornando a su grandeza sería la preocupación central de su pontificado.

En Abril de 1503 Miguel Ángel había firmado un contrato con el Gremio de la Lana, por el que se comprometía a realizar doce imágenes de los apóstoles para Santa María del Fiore. Solo empezieza la de San Mateo, ya que Julio II lo llama a Roma para la realización de su sepulcro, al abandonar Florencia, también abandona el proyecto de los apóstoles, ese contrato se anula el 18 de diciembre de 1505.

Julio II tiene como uno de sus objetivos el de incorporar su monumento como parte de la estructura arquitectónica del Vaticano.

Hasta ese momento los monumentos funerarios se ubicaban casi siempre en una capilla lateral de la iglesia, y Julio II pensaba en una ubicación exenta, en la nave central de la antigua Iglesia medieval de San Pedro. La idea era rodearla de cuarenta estatuas de tamaño natural, incluidos en la decoración arquitectónica del monumento.

Para realizarlo Miguel Ángel debe asumir varias tareas, que son importantes y necesarias para cumplir con el encargo, entre ellas elegir el mármol en Carrara, contratarlo, vigilar su extracción y traslado hasta Roma, almacenarlo en un taller que debía montar junto a la plaza del Vaticano, cerca del Papa para que ese pudiese visitarlo frecuentemente.

Del año que le requirió cumplimentar estas tareas, ocho meses debió estar en Carrara.

En ese tiempo las personalidades de ambos chocaron, hasta llegar a un conflicto, que al decir de Condivi y Vasari en sus historias, fue un enfrentamiento personal.

Fascinación y conflicto, hubo además condiciones adversas para ubicar la magnitud del proyecto en el edificio diseñado por Bramante al reformar el templo de San Pedro, así como razones objetivas de una realidad que Miguel Ángel no quería aceptar.

Había recibido un adelanto de 1000 ducados, pero se había endeudado en los preparativos, situación agravada con la actitud lenta y cuasi morosa de los administrativos económicos del pontificio.

Frente a ello, se siente irritado y humillado, por lo que decide escaparse de Roma y volver a Florencia antes del comienzo de las obras de la nueva Basílica de San Pedro el 18 de Abril de 1506.

Los proyectos que Miguel Ángel realizó para Julio II y su historia pueden leerse en

http://onlybook.es/blog/miguel-angel-2da-parte/

San Mateo

Fueron tantas las insistencias del Papa, que decide retornar al programa de los doce profetas, el historiador Charles de Tolnay (nacido como Károly von Tolnai, Budapest 1899 – 1981 Florencia) menciona que la estatua de San Mateo de 2,61 metros de altura que está en la Galleria dell´Accademia en Florencia, es de esa época. (13)

La escultura está inacabada, por lo que se la asocia a “los esclavos”, destinados a la tumba de Julio II, aunque éstos fueron ejecutados casi 30 años más tarde.

Entrega de las llaves a san Pedro, del episodio de la Vida de Moisés, por Pietro Perugino, 1481-82, fresco de la Capilla Sixtina. Fueron encargadas por Sixto IV.

Sixto IV: la Capilla Sixtina

El Papa Sixto IV (Francisco della Rovere), llevó adelante un ambicioso programa de consolidación y de monumentalización del Vaticano.

Las Tentaciones de Cristo, Sandro Botticelli, 1481-82, fresco de la Capilla Sixtina

Como parte de esta tarea, y fundamentalmente debido a la estrechez y al mal estado de la “Grande Capella”, decide la demolición de la que en aquella época denominaban “Cappela Magna”.

La nueva construcción lleva su nombre “Capilla Sixtina”.

En el mismo lugar se levantó el nuevo edificio muy rápidamente, y el 9 de Agosto de 1483, aniversario de la elección del Papa, se realizó la primera misa.

A semejanza de los antiguos monumentos romanos, utilizaron ladrillo y mortero.

A media altura de la capilla, en ese gran espacio cubierto por una bóveda, existía una cornisa, que permitía el paso de una persona, Miguel Ángel eliminó la parte que correspondía al muro del altar, cuando en 1535 pintó el fresco del Juicio Final.

Sixto IV inaugura la capilla, que está decorada con 16 paños rectangulares, ya veremos como más adelante, en el segundo decenio del siglo XVI, León X, encargaría a Rafael los famosos tapices con episodios de la vida de San Pedro y San Pablo.

Cuando Rafael Sanzio recibe el encargo del papa León X de diseñar un grupo de tapices monumentales para las paredes de la Capilla Sixtina, las superficies altas de las paredes ya estaban decorados con frescos que fueron pintados a finales del siglo anterior.

Predicación de san Pablo en Atenas.

Los frescos tienen un importante papel en la historia del arte, entre sus autores Sandro Botticelli (Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, Florencia 1445  – 1510 Ibíd.), Domenico Ghirlandaio (Domenico Bigordi o Domenico Curradi, Florencia 1448 – 1494 ibíd.), Piero Perugino  (nacido como Pietro di Cristoforo Vanucci, Città della Pieve 1446 – 1523 Fontignano), Cosimo di Lorenzo Rosselli (Florencia 1439 – 1507 ibíd.), Luca Signorelli (nacido como Luca d’ Egidio di Ventura de Signorelli, Cortona 1441 – 1523 Ibíd.), Pinturicchio (nacido como Bernardino di Betto di Biagio, Perugia 1454 – 1513 Siena).

Por lo que las partes bajas de la Capilla estaban disponibles.

Dos años antes Miguel Ángel había terminado el techo con sus frescos encargo de Julio II, y no pintaría la pared principal con el Juicio Final, hasta treinta años después.

La rivalidad entre Miguel Ángel y Rafael era conocida no solo por los demás, sino sobre todo entre ellos, Rafael sabía que sus tapices entrarían en competencia con los frescos de Miguel Ángel, quien subestimaba a su rival.

Los 16 tapices originales se redujeron a 10, para la realización de su obra Rafael cobró una parte en Junio de 1515 y la otra en diciembre de 1516 a la terminación de los mismos.

El coste total fue de 16.000 ducados, más de 5 veces lo que cobró Miguel Ángel, gran parte de este costo fue para pagar a los tejedores del taller Van Aelst de Bruselas, además del transporte y los materiales que incluían hilos de oro y plata, aparentemente solo le quedaron 1.000 ducados a Rafael.

De acuerdo a lo que era habitual, los diseños se plasmaron sobre los llamados cartones, que no estaban pintados sobre tablas o lienzos, sino sobre papel, era más económico y fácil de transportar. Unieron varios trozos de papel hasta formar un pliego de 3 metros de alto y de un ancho que variaba entre 3 y 5 metros,

No fueron desechados, como se hacía habitualmente, debido a la importancia del autor, y años más tarde se encolarían sobre lienzo para su mejor conservación. Rafael utilizó pigmentos similares a témpera mezclada con cola. Utilizó colores variados y complejos que debían ser volcados utilizando la técnica del tapiz.

Los Cartones de Rafael

La pesca milagrosa, primer cartón de la serie

En el arte, se llamaba “cartones” a las plantillas empleados en el tejido de tapices y alfombras, no eran cuadros para ser exhibidos, sino modelos para tejer los tapices.

Los “Cartones de Rafael” son un grupo de siete grandes modelos que debían ser transformados en tapices, fueron diseñados para la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano.

Pintó diez cartones (1515 – 1516) que ilustran escenas bíblicas, “Los hechos de los Apóstoles”, solo subsisten siete que desde el siglo XVII pertenecen a la Royal Collection, y se exhiben en el Victoria and Albert Museum de Londres, los tapices tejidos de acuerdo a dichos cartones están en los Museos Vaticanos.

Cartones y tapices coinciden en tamaño, las imágenes de los cartones están invertidas ya que los tapices se tejen del reverso.

La idea de León X, no era exhibirlos permanentemente en la Capilla Sixtina, sino utilizarlos como una extraordinaria ornamentación que debían presidir las grandes festividades.

Los primeros tapices se enviaron desde Bruselas en 1517, y en la Navidad de 1519 se colgaron nueve de ellos en la Capilla Sixtina, cuando no se exhibían, sus huecos estaban pintados con trampantojos que simulaban las telas colgadas.

Los tapices fueron robados durante el Saqueo de Roma (1527) y devueltos posteriormente. Ver el Saqueo de Roma en: http://onlybook.es/blog/miguel-angel-4ta-parte/

Siguiendo el recorrido de los cartones, luego de terminarlos se enviaron al taller de Pieter van Aelst III en Bruselas, que era una de las ciudades punteras por la cantidad y calidad de talleres que fabricaban tapices,

Normalmente los cartones debieron haberse enviado al Papa, pero eso no ocurrió y se realizaron varias series de tapices, como la que Felipe II compró en 1560 en Amberes, son ls que están mejor conservadas.

Recién en el 2010, pudieron verse juntos “cartones” y “tapices”, Rafael nunca pudo verlos juntos, ya que los tapices se tejieron en Bruselas, y fueron enviados a Roma sin los cartones que quedaron en Flandes, luego éstos siguieron otros derroteros hasta que fueron comprados por Carlos I.

Enrique  VIII de Inglaterra compró otra serie, pero no se sabe con certeza si resultó destruida en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial o quizás se conserven en Berlín.

Francisco I de Francia, rey de Francia (nacido como François de Valois et d’ Angoulême (Coñac 1494 – 1547 Rambouillet) tuvo otra serie producida en la misma época, que fue perdida en el siglo XVIII.

Otra serie incompleta de ocho tapices se conservan en la Iglesia de San Pablo en Zaragoza.

La presencia de hilos de oro y plata en los tapices explicaría que algunos fuesen quemados vandálicamente para extraerles dichos metales.

El taller de Pieter Coecke van Aelst

Fue un pintor, grabador, dibujante y editor flamenco, toma su nombre de la ciudad donde nació (Aelst 1502 – 1550 Bruselas).

Estudia con Bernard van Orley en Bruselas, y en 1527 forma parte del Gremio de Pintores de San Lucas de Amberes.

Su esposa Anna van Dornicke, es hija del pintor Jan van Dornicke (Tournay 1505 – 1530), Pietr a la muerte de su suegro, pasa a dirigir el taller.

Su interés fue tanto en el diseño de vitreaux como de tapices, en pintura se acercó a las últimas obras de Rafael.

Su interés en la arquitectura lo demuestra el hecho de haber traducido a Vitruvio y a Sebastian Serlio,

Tuvo una hija con su segunda esposa Mayken Verhulst, bautizada también Mayken, que sería la esposa del pintor y grabador Pieter Bruegel el Viejo (Pieter Brueghel de Oude Bruselas 1525 – 1969).

¡¡Que familia diríamos hoy en día!!, ya que Bruegel junto a Jan Van Eyck (Johannes de Eyck, Maaseik c. 1390 – 1441 Brujas), el Bosco (Jheronimus van Aken, Bolduque c. 1450 – 1516 ibíd.) y Pedro Pablo Rubens (Pieter Paul Rubens, 1577 Siegen – 1640 Amberes) son considerados los cuatro grandes maestros de la pintura flamenca.

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