Caminamos en nuestra Utopía para recuperar ¡Nuestra Huella! Recuperando El Parador Ariston.
Obra de los arquitectos Marcel Breuer, Eduardo Catalano y Carlos Coire.
Utopía
Eduardo Galeano comenta en uno de sus libros que estando en Cartagena de Indias, en la costa Colombiana con el director de cine argentino Fernando Birri, un estudiante le pregunta:
-¿Para qué sirve la utopía?
-y Fernando Birri responde que esa pregunta se la hacia él todos los días.
-¿Para qué sirve la utopía?
-Fíjense ustedes que la utopía para mí está en el horizonte.
Y si está en el horizonte nunca la voy a alcanzar.
Pues si yo camino 10 pasos, la utopía se va a alejar 10 pasos.
Y si camino 20 pasos, la utopía se va a colocar 20 pasos más allá.
Cuanto más lo intente, menos lo conseguiré.
Porque ella, se va alejando a medida que yo me acerco.
O sea, yo sé, que jamás, que nunca la alcanzaré.
Es una buena pregunta, ¿para qué sirve la utopía?
La Utopía sirve para eso, para caminar.
Eduardo Galeano
Fernando Birri
Recuperar el Ariston. Es también una Utopia?
Poniendo nuestro mejor empeño para salvarlo de su actual estado de abandono, caminamos hacia ese propósito,
Debemos cuidarlo y evitar que desaparezca. Porque hay un riesgo, cuando desaparecen, las historias también desaparecen. Cuando desaparecen los espacios donde tejimos y construimos historias, nuestras historias también desaparecen con ellos. Las historias se desarrollan en algún lugar y cuando estas historias se relatan hablamos en el espacio y en el tiempo. (Marc Augé)
Nota 1.
Hablamos de nuestra “HUELLA”.
Hay un nexo entre los espacios y nuestras historias. Se alimentan mutuamente. Los espacio efímeros y provisorios producen relaciones efímeras y provisorias, y todo lo efímero y provisorio está destinado a desvanecerse. Por el contrario, aun hoy, luego de más de 25 de años de estar cerrado, el parador Aristón, sigue despertando historias, pasiones y deseos. No hablamos pues de una arquitectura efímera, en el sentido que es una arquitectura que dura menos que nosotros mismos, sino de una arquitectura con vocación de permanencia que nos sobrevive. Nos relacionamos con el edificio, que es donde transcurren nuestras realidades cotidianas y alimentamos esa relación con nuestras narraciones. Tenemos una relación afectiva con los lugares que habitamos, tambien han condicionado nuestra manera de ser y actuar. (Nota 2)
Esa es nuestra “Huella”.
La arquitectura es el arte de las superficies que están alrededor del espacio (Brinkman)
Hay una percepción del lugar y del tiempo (Einstein)
El hombre existe en el espacio al dar lugar al espacio (Heidegger)
Cada período cultural tiene su propia concepción del espacio, pero es preciso cierto tiempo para que la gente lo entienda asi conscientemente. (Lazlo Moholy-Nagy)
Hay cierta arquitectura que es muy importante conservar, porque ella y sus espacios nos recuerdan a los que nos han precedido, y también a nosotros mismos en otro tiempo. Hay obras que se transforman en iconos de la arquitectura, tienen la fuerza para influir en su entorno físico y cultural. Transforman el lugar en un sitio especial. Como el Parador Aristón.
Así como las acciones inmateriales se recuperan con las historias que se cuentan y escuchamos, cuando son edificios, las historias se construyen de manera más compleja, son historias que hemos creado entre todos y son los edificios los que nos dan pistas de esas historias, donde hemos vivido y compartido distintos momentos. Como si cultivaramos, cuando se proyecta un edificio, nos apropiamos del sitio. Nota 3
Así construimos Nuestra Huella.
Marcel Breuer
Un edificio para poder vincularse con la cultura a la que pertenece, debe estar inmerso en las realidades, emociones y mitos que forman el imaginario colectivo de una sociedad. Javier Maderuelo. Nota 4
A pesar de los riesgos que se asumen, podemos medir la grandeza de una obra de arte y de su arquitecto, preguntándonos cuánto ha influido en sus contemporáneos y cuan visible es la huella que ha dejado en su tiempo”. Peter Blake. Nota 5
Defender el Parador Ariston es asumir la defensa del patrimonio histórico. La propuesta, es hacer pedagogía en la opinión pública para que defienda la arquitectura contemporánea como parte de su patrimonio, a los gobiernos municipales y provinciales para que declaren la protección de obras de alto valor arquitectónico. Al defender nuestro patrimonio, defendemos lo que hemos heredado de nuestros padres (“Patrimonium”). Al conservarlo (es frágil y limitado), establecemos vínculos con un legado que es común a todos. Su enorme valor radica en que ese legado nos vincula al pasado haciéndolo presente.
Esa es nuestra “Huella”.
Eduardo Catalano
Desde el punto de vista espacial, el Movimiento Moderno creó una nueva manera de entender el espacio urbano y doméstico del cual somos herederos. Arq José María Ezquiaga – decano del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM)
Otra manera de presentar al Parador Ariston
En un mágico paisaje, cuando el hombre proyecta, descubre un lugar. Lo diseña, creando un sitio y creando espacios.
El espacio surge de repensar el tiempo (Henry Lefebvre)
El espacio, es el lugar donde son posibles los relatos, de hecho, todo relato es un relato de un viaje, que es nuestra experiencia personal en ese espacio. El relato de nuestras vivencias, nuestras historias, hace el espacio y al contarlo a los demás, define nuestra “huella”. Nota 6
Carlos Coire
Notas
1. Marc Augé 1935: Estas formas simples se concretan en y debido al tiempo. De hecho, todas las relaciones inscritas en el espacio se inscriben también en su duración, son, por lo tanto, históricas.
2. Marc Augé, se refiere al «no lugar» como lugares transitorios, que no tienen suficiente importancia para ser considerados “lugares”. Un no-lugar puede ser una autopista, una habitación de hotel, una estación de tren, un centro comercial, donde la relación es más superficial, circunstancial, las relaciones son más artificiales que en un “lugar”. Hay espacios que tienen una doble acepción: Aunque un centro comercial pueda ser un lugar de encuentro, de relación y de diversión para gente joven, puede ser un no lugar para gente mayor
3. La clave estaba en un libro del arquitecto austriaco Victor Gruen, El corazón de nuestras ciudades. Gruen intentaba establecer una circunscripción entre aquello que pertenece a la ciudad (de todas las ciudades en general), y aquello que queda excluido: hay sitios de tránsito y sitios de encuentro; sitios donde los itinerarios corren en paralelo y sitios donde tienden a cruzarse; sitios estáticos y sitios dinámicos; sitios donde uno puede encontrarse con personas y sitios donde las personas se transforman en cosas.
4. Javier Maderuelo. LA IDEA DE ESPACIO. En la arquitectura y el arte contemporáneo 1960-1989. Editorial Akal (978-84-460-1261-0). 2008.
5. El historiador Peter Blake, en su libro “The Master Builders” (1976) comenta acerca de las vidas que pueda tener la arquitectura de los grandes maestros, y nos dice que la primer vida de un edificio comienza cuando el edificio se termina y su éxito se juzga dependiendo de si funciona o no, su segunda vida es una o dos generaciones más tarde cuando ya no se recuerda su comportamiento en términos de planificación, presupuesto, comodidad, ya que se lo juzga simplemente como si fuera una obra antigua, aunque el edificio no sea demasiado “bello”. A pesar de los riesgos que se asumen, podemos medir la grandeza de una obra de arte y de su arquitecto, preguntándonos cuánto ha influido en sus contemporáneos y cuan visible es la huella que ha dejado en su tiempo”.
6. Es el relato el que transforma el lugar en espacio. (Michel de Certeau -1925/86- filósofo, “Las artes de hacer”)