Robert Venturi / Denise Scott Brown

Robert Venturi

“…el escrito más importante en arquitectura desde la publicación de «Vers Une Architecture» por Le Corbusier en 1923…”

“Menos es más…aburrido”. R.V.

“A diferencia de otras ideologías políticas, la del mercado siempre se ha argumentado no como una idea sino como un “hecho”, como una condición objetiva”

Edición en español: Complejidad y contradicción en arquitectura, Gustavo Gili, 2014 (12ª edición) en inglés Complexity and Contradiction in Architecture, Tapa blanda – enero 1977, Nueva York, Museo de Arte Moderno, 1997. ISBN-13: 978-0870702815.

Robert Venturi resumió esta situación con agudo ironía cuando escribió “el poder siempre decreciente del arquitecto y su creciente ineficiencia al darle forma al ambiente entero, tal vez pueda revertirse, al estrechar sus intereses y concentrarse en su trabajo”.
“Mientras en la antigüedad no había diferencia entre el concepto y el edificio, desde el siglo XV la concepción, el momento del diseño, se volvió independiente del edificio mismo”.
“Mi argumento es que la arquitectura ha tenido un papel decisivo en la formación de ideas, conceptos y paradigmas mediante los cuales la ciudad se ha desarrollado, primero en Occidente y después en una escala global”.

“Complejidad y Contradicción en la arquitectura” fue el ganador del Classic Book Award en la Séptima Edición de los Premios Internacionales del Libro de Arquitectura de la AIA.

En la introducción de Complejidad y contradicción en arquitectura, Vicent Scully (1920 – 2017) de quien Philip Johnson (1906 – 2005) opinara que era “el más influyente profesor de arquitectura de todos los tiempos” consideraba el libro como “el escrito más importante en arquitectura desde la publicación de «Vers Une Architecture» por Le Corbusier en 1923.

Publicado por primera vez en 1966 y traducido a 16 idiomas, este notable libro se ha convertido en un documento esencial de la literatura arquitectónica.

Un “manifiesto amable para una arquitectura no directa”, la Complejidad y contradicción de la arquitectura de Venturi expresa en los términos más convincentes y originales la rebelión posmoderna contra el purismo del modernismo.

Trescientas cincuenta fotografías arquitectónicas le sirven a su autor para realizar comparaciones históricas e iluminar sus ideas para crear y experimentar la arquitectura.

Comentarios de la revista Arquine (hola Manuel Novodeltsky) de Vittorio Aureli del 31 de Julio de 2019: “…Construyendo sobre el legado de los pioneros de la investigación urbana como Robert Venturi y Denise Scott-Brown en “Aprendiendo de Las Vegas” Rem Koolhaas en “Delirio en Nueva York”, muchos arquitectos han visto las condiciones urbanas extremas sin entender cómo éstas eran resultado de intenciones políticas específicas ocultas tras el espectáculo de la urbanización desregulada —es decir, impulsada por el mercado”(1)

“A diferencia de otras ideologías políticas, la del mercado siempre se ha argumentado no como una idea sino como un “hecho”, como una condición objetiva. Asumir el caos urbano como un dato ha sido un problema para muchos argumentos sobre la ciudad propuestos por arquitectos. Nuestra falta de habilidad para darle forma a la ciudad se ha presentado como un hecho histórico inevitable”.

La aparente informalidad de la ciudad del siglo XX tardío y la lógica política del urbanismo del laissez-faire estaban lejos de no ser algo planeado; más bien, eran el resultado de una voluntad política específica. Por falta de entendimiento, los arquitectos se quedan, confortablemente, dentro de los límites de su profesión. (2)

“Cuanto más celebran los arquitectos la condición urbana como algo que no puede gobernarse más, sostienen la coartada perfecta para retirarse de su mandato profesional, pretendiendo que su trabajo consiste en responder pragmáticamente a las demandas de sus clientes”. 

Robert Venturi 
resumió esta situación con agudo cinismo cuando dijo que “el poder siempre decreciente del arquitecto y su creciente ineficiencia al darle forma al ambiente entero tal vez pueda revertirse, irónicamente, al estrechar sus intereses y concentrarse en su trabajo». (3)

En la última década, un nuevo discurso dominante ha emergido contra dicha posición, esta vez centrado en el arquitecto como activista. En especial desde la recesión económica del 2007, cuando los obstáculos del neoliberalismo se volvieron evidentes, una nueva generación de arquitectos ha abogado por una práctica más comprometida socialmente. 

Ellos entienden su posición como emancipada de la tarea tradicional de la arquitectura -diseñar edificios- y con la misión de atacar problemas urgentes que están más allá de la arquitectura. (4)

Identificada como la del “arquitecto-activista”, esta posición se construye de acercamientos a veces radicalmente distintos que no pueden resumirse racionalmente en un solo movimiento.

Sin embargo, un argumento recurrente de este tipo de prácticas afirma la creciente ineficiencia de la arquitectura para ofrecer respuestas a problemas sociales y políticos. 

Tal afirmación inevitablemente implica una crítica no sólo al estatus del diseño contemporáneo sino también a lo que ha sido la cultura arquitectónica a lo largo de su desarrollo histórico. (5)

Escribe Venturi “Aunque simpatizo más con las ambiciones sociales del arquitecto activista que con la celebración acrítica de la ciudad como mero conglomerado de complejidades y contradicciones, pienso que ambas posturas subestiman —con buena o mala fe— el poder de la arquitectura en su formato tradicional —como una disciplina encargada de diseñar edificios— para influir en la realidad de nuestra condición urbana”. 

“Mi argumento es que la arquitectura ha tenido un papel decisivo en la formación de ideas, conceptos y paradigmas mediante los cuales la ciudad se ha desarrollado, primero en Occidente y después en una escala global”. 

“Me enfoco especialmente en las teorías y las estrategias de la arquitectura más que en la arquitectura en tanto edificios. Este enfoque en la teoría arquitectónica bajo la forma de tratados sobre la arquitectura está motivado por el hecho de que es, precisamente al presentarse como teoría o como estrategia independientemente de su realización, como la arquitectura se ha convertido en algo más que una mera práctica: un proyecto”. 

Ahora soy yo, Hugo “Tengo recuerdos entrañables de la Marsilio editores, editaban con mucho mimo y dedicación, obras de arquitectura, que muchas editoriales no nos atrevíamos a realizar, porque si bien nos interesaban en lo personal, nunca estabas lo suficientemente seguro de hacer miles, al respecto, un viejo editor (en experiencia y en años), me dijo una vez:Hugo, si te gusta mucho un libro, cómprate uno, pero no obligues a otros miles a hacer lo mismo”.
Tenía muchísima razón, no le hice caso totalmente, compre muchos, sin importarme demasiado su precio, convencido que su valor era siempre mayor a su precio, y edite otros, que durante décadas, en cada feria, intentaba convencer al cliente de turno (editoriales, o distribuidores o cadenas de librerías), de su enorme valor.
“Así, un día me encontré hablando en la LIBER en Barcelona de un libro de Palladio, de sus dibujos, y de su enorme trascendencia para la arquitectura, cuando terminé mi charla, un señor, me agradeció, (ante mi vehemencia se habían juntado algunas personas, cosa que ocurre normalmente en las ferias, que hablas con alguien, pero otros entran al stand y hojean libros). Yo encantado de, (pensé), haberlo interesado, le pregunté, de que país, ¿o empresa era del mundo del libro? y me dijo que era médico, que estaba acompañando a su esposa”. 

Ahora volvemos a Venturi, “Sin embargo, es exactamente en tanto anticipación de la realidad por venir que el proyecto es también la realidad misma. El proyecto es el sine qua non de la producción arquitectónica: da forma y reproduce un conocimiento compartido y, por tanto, colectivo que es irreductible a lo que se ha realizado en forma de edificios y objetos de diseño”. (7)

El proyecto siempre ha sido un marco ambivalente. Siempre ha sido un acto tanto de emancipación como de dominio sobre una situación social y política dada. Dentro del proyecto, el acto de emancipación y la voluntad de dominar no pueden separarse. Sobre todo, la arquitectura en tanto conocimiento es vista aquí como un recurso estratégico mediante el cual las fuerzas en juego en el desarrollo de la ciudad se hacen visibles”. 

“Es exactamente cuando estas fuerzas se pueden entender críticamente cuando el proyecto arquitectónico ya no es sólo un medio para un fin sino también la posibilidad para desentrañar los medios de sus supuestos fines buscando un proyecto alternativo para la ciudad”.

Robert Charles Venturi (Filadelfia 1925 – 2018 ibid) su esposa y socia fue Denise Scott Brown (Nikana 1967), en ese orden se relacionaron.

Robert estudió arquitectura en la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey, y pasó después tres años como becario en la Academia Americana en Roma.

Trabajó hasta 1958 en el estudio de Eero Saarinen y Louis Kahn, simultáneamente también fue profesor de arquitectura teórica en la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia.

A partir de 1964 trabajó con John Rauch.

En 1967 se casó con Denise Scott Brown con quien trabajó conjuntamente desde 1969, creando el estudio Venturi, Rauch y Scott Brown Asociados.

Enseñó en las Universidades de Pensilvania, de Harvard, de Yale, y de Princeton.

Miembro de Sociedad Filosófica Estadounidense, Academia Estadounidense de las Artes y las Letras, Academia Europea de Ciencias y Artes, Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias, Phi Beta Kappa, Academia de San Lucas.

Un premio Pritzker ideologizado por un machismo arquitectónico

Su obra más importante la realizó con su esposa Denise Scott Brown 

Denise, sin embargo, fue excluido del premio Pritzker con el que fue galardonado en 1991.

Pienso que éste es un tema que pone, una vez más, la actitud de quienes deben hacer justicia con las mujeres en el campo del pensamiento, en este caso, la arquitectura, he leído que Denise se oponía a que ahora se dijera que fuera compartido, deseaba, que el Pritzker fuera entregado también a su nombre como lo fue su socio y esposo, El Premio Pritzker, argumentó, que no podía hacerse retroactivo, da vergüenza ajena.

Quince años después, ambos de manera conjunta fueron distinguidos con la Medalla de Oro del AIA 2016, el premio de arquitectura más importante de Estados Unidos.

Robert alcanzó prestigio cuando en la década de 1960 inició la crítica a la ortodoxia del movimiento moderno, que desembocó en el postmodernismo de la década de 1970. 

Su causa defendía una arquitectura compleja y que aceptara sus contradicciones.

Rechazó la austeridad del movimiento moderno y animó el retorno del historicismo, la decoración añadida y de un rotundo simbolismo en el diseño arquitectónico.

Venturi es considerado como uno de los arquitectos más originales de finales del siglo XX y es apreciado por haber introducido conceptos diferentes en sus obras, que se apartan de todo lo que se acostumbra a ver en arquitectura.

Al mismo tiempo ha expresado sus pensamientos en numerosas conferencias y clases, y también en varios libros y artículos.

Escribió sus libros principalmente con su socia y esposa Denise Scott Brown, en los que realza el hecho de que también la arquitectura moderna se basa en las referencias históricas. Según manifiesta, él como arquitecto intenta no dejarse llevar por el hábito, sino por un sentido consciente del pasado, evaluando detenidamente lo que significa y la conveniencia y forma de tenerlo en cuenta en sus proyectos.

Premios

1983 fue distinguido con la Medalla Thomas Jefferson.

1991 fue distinguido con el premio Pritzker, uno de los galardones internacionales más importantes de arquitectura, comparable al premio Nobel. Su esposa Denise Scott Brown se negó a acompañarlo en la ceremonia de entrega del galardón ya que consideró que el premio debió ser compartido.

2013 un grupo de estudiantes de Harvard inició una petición en internet para solicitar la concesión del Pritzker de manera retroactiva para Denise Scott. La petición fue firmada entre otros por el propio Robert Venturi a pesar de que en 1991 en su discurso de aceptación no reclamó compartir el premio, aunque si mencionara que Scott Brown realizaba más del 50 % del trabajo.

Numerosos medios de comunicación como el The New York Times se hicieron eco de la protesta, denunciaron la falta de presencia de mujeres en el jurado de los premios aportando el dato de que en 1991 tan solo había una mujer y 20 años después seguía habiendo solo una mujer, Martha Thorne (8) directora ejecutiva de Pritzker y denunciaron la discriminación de las mujeres en la profesión de arquitectura. ​

Después de varios meses de especulaciones tras la protesta, en junio de 2013 el comité del premio Pritzker se reunió y decidió no reconocer retroactivamente a Scott Brown. ​
En noviembre de 2015 se anunció que Robert Venturi Denise Scott Brown conjuntamente eran distinguidos con la Medalla de Oro del AIA del Instituto Americano de Arquitectura.​ uno de los galardones más prestigiosos del mundo en arquitectura, por la influencia que sus escritos y diseños han tenido en la teoría y la práctica de la arquitectura un galardón que, según algunas revistas especializadas, es «un guiño» a Scott Brown tras la polémica del Pritzker

Denise se convierte en la segunda mujer de la historia que gana el galardón más prestigioso del mundo de la arquitectura y en la primera mujer viva que recibe este galardón, ya que la primera mujer que recibió esta medalla fue Julia Morgan en 2014 a título póstumo

Denise Scott Brown

Nacida como Denise Lakofski (Nkana, Zambia 1931), es reconocida como una arquitecta posmoderna, urbanista, escritora y profesora.

Experta en planificación urbana y docente en distintas universidades como Berkeley, Yale y Harvard, escribió en 1972 en colaboración con Robert Venturi y Steven Izenour «Aprendiendo de Las Vegas»: el simbolismo olvidado de la forma arquitectónica, uno de los libros más influyentes en arquitectura en la segunda mitad del siglo xx.

Está considerada como la arquitecta más famosa de la segunda mitad del siglo xx.

Fue socia del estudio de arquitectura Venturi, Scott Brown y asociados de Filadelfia. En 2012 tras la jubilación de Venturi se convirtió en VSBA Architects & Planners. ​

Estudió primero en Johannesburgo (Sudáfrica) en la Universidad del Witwatersrand (1948-1952) donde conoció a su primer marido, Robert Scott Brown que también estudió arquitectura.

En 1952 viajó a Londres para continuar sus estudios en la Architectural Association School of Architecture donde se graduó en 1955.

En 1958 se instalan en Filadelfia para estudiar en el departamento de planificación de la Universidad de Pensilvania. En 1959, con 28 años, Robert Scott murió en un accidente de coche

En 1967 conoce en una reunión de profesores a Robert Venturi, con quien se casaría en 1969, Brown no adoptó el nombre Venturi y decidió mantener su nombre de casada para no perder el trabajo que había publicado durante años con el apellido de su primer marido.

Denise intervino en contra de la demolición de la biblioteca de la universidad diseñada por el arquitecto de Filadelfia Frank Furness (1839 – 1912).

En 1965 fue nombrada codirectora del Programa de Diseño Urbano de la Universidad de California.

Scott Brown regresó a Filadelfia en 1967 para unirse a la empresa de Robert Venturi y se convirtió en la directora de planificación en 1969.

En 1972 con Venturi y Steven Izenour escribió «Aprendiendo de Las Vegas: el simbolismo olvidado de la forma arquitectónica«.

Con la firma Venturi, Rauch y Scott Brown en 1980; y finalmente Venturi, Scott Brown y Asociados en 1989, Scott Brown ha realizado numerosos proyectos, entre ellos el Sainsbury Wing de la National Gallery en Londres, el complejo del Consejo General en Toulouse y el Mielparque Nikko Kirfuri Hotel y Spa cerca de Nikko en Japón.

Obras representativas

-Allen Memorial Art Museum, Oberlin College; Oberlin, Ohio (1976)

 -Edificio Gordon Wu, Universidad de Princeton en New Jersey (1983)

 -Auditorio de la Orquesta de Filadelfia

-Museo de las Artes Manufactureras en Fráncfurt del Meno

-Sala de Exposición de Basco (Filadelfia)

-Laboratorio Lewis Thomas, Universidad de Princeton (Princeton, Nueva Jersey) (1986)

-Edificio de Investigaciones Clínicas, Universidad de Pensilvania (Filadelfia)

-Guild House (Filadelfia). 1960-63

-Casa de Vacaciones Trubek y Wislocki (Nantucket Island, Massachusetts). 1970/72

-Franklin Court (Filadelfia)

-Facultad de Estudios Humanísticos, Universidad del Estado (Nueva York)

-Ampliación del Museo National Gallery, Sainsbury Wing, Londres (1991)

-Museo de Arte de Seattle, estado de Washington (1991)

-Museo del Niño en Houston, Texas (1992)

-Modelo de Ciudad Celebration para Disney World en Orlando, Florida.

-Edificio de Juzgados Franklin en Filadelfia.

-Pabellón de Estados Unidos para la Exposición Universal 1992 en Sevilla

17 de mayo. Día de honor de EEUU. La fachada tenía un muro de agua, simboliza el Océano Atlántico cruzado por Colón, las tres carabelas están representadas por 3 gigantescas banderas del país. Dentro del recinto se exponían 2 paneles alegóricos pintados por Meter Max representando el pasado y presente de EEUU. Constaba de dos inmensas cúpulas geodésicas separadas por una cancha de baloncesto. (Expodiario, Canal Sur Televisión).

-Perelman Quadrangle, University of Pennsylvania, Filadelfia (2000)

-Facultad de Estudios Humanísticos, Universidad del Estado de Nueva York.

Distinciones

-“Premio Jane Drew” otorgado por la revista Architects’ Journal, 20177

– “Medalla de Oro del AIA” 2016 (con Robert Venturi)

-“Design Mind Award Cooper-Hewitt National Design Awards“ 2007 (con Robert Venturi)

-“Athena Award“, Congress for the New Urbanism; 2007

-“Vilcek Prize“, The Vilcek Foundation; 2007

– “Vincent J. Scully Prize“, National Building Museum; 2002 (con Robert Venturi)

– “Topaz Medallion“, American Institute of Architects AIA 1996

– “National Medal of Arts“ United States Presidential Award; 1992 (con Robert Venturi)

– “AIA Firm Award“ to Venturi, Rauch and Scott Brown; 1985

Bibliografía

-Learning from Las Vegas: the Forgotten Symbolism of Architectural Form, (con Robert Venturi y Steven Izenour), Cambridge: MIT Press, 1972; edición revisada 1977.

-A View from the Campidoglio: Selected Essays, 1953-1984, (con Robert Venturi), Nueva York: Harper & Row, 1984.

-Urban Concepts, Architectural Design Profile 60: January-February 1990. Londres: Academy Editions; distribuida en los Estados Unidos por by St. Martin’s Press.

-Architecture as Signs and Systems: for a Mannerist Time (con Robert Venturi), Cambridge: The Belknap Press of Harvard University Press, 2004.

-The art in waste (artículo), en Distorsiones urbanas / Urban Distorsions, Madrid, Basurama, 2006. Artículo completo.

Obras representativas
En una clara separación del movimiento moderno, en su “Complejidad y contradicción en la arquitectura” de 1966 defiende una posición contraria a la arquitectura moderna, contra su pretensión de buscar solo la diferencia y la novedad. Quiere mostrar la complejidad de la forma arquitectónica que no puede ser reducida a un solo sistema lógico y estético (como defendían los modernos). 

Argumenta que esta arquitectura no es adecuada para un período de cambio como fueron los 60, haciendo de esta voluntad de cambio su objetivo entonces se separa de ellos autodenominándose posmoderno. “La posmodernidad significa la superación del movimiento moderno. Un aceptar las complicaciones del hombre común en vez de ignorarlas y plantear un empezar de cero como hacían sus predecesores”.

En 1972 publicó el libro “Aprendiendo de las Vegas” escrito con Denise Scott Brown y Steven Izenour.
La primera parte amplia los resultados del seminario organizado en 1968 en la Universidad de Yale; con fotos, mapas y diagramas en las que demuestra cómo funciona la arquitectura típica de Las Vegas. 
En el centro de la segunda parte se habla sobre dos figuras emblemáticas: “el pato y la caja decorada”. El pato se convierte en una escultura; la forma simbólica se apropia completamente de la arquitectura, desempeñando un papel excesivo.

La caja funcional, se decora de acuerdo con su función, con un cartel publicitario sobre la cubierta o en el terreno.

Influencias


Algunas de las más importantes son su admiración por Kahn con quien estudió en la Universidad de Yale. De él rescata el haber establecido una conexión con el pasado y haber dado a la arquitectura un desarrollo autónomo. 

Además, es vital el viaje que realiza a Roma en el cual puede estudiar el Barroco, período que lo apasiona por su capacidad de articular los elementos, subordinándolos a una unidad geométrica global y desarrollando todo tipo de ambigüedades. Finalmente hay que destacar su contemporaneidad con el pop art, cuyos valores, la admiración por el vernáculo comercial y los objetos de consumo se ven reflejados en su obra.

Las fuentes fundamentales para Venturi serán las tradiciones eclécticas y clasicistas (Barroco, Manierismo, Rococó) y la arquitectura popular. 

Es además admirador de Le Corbusier, Aalto, Van Eyck (por su defensa de las culturas primitivas y sus saberes). 

En referencia a Mies destaca que pese a la creencia errónea que era su crítico acérrimo, la realidad demuestra todo lo contrario 
«De todo lo que escrito y dicho en mi vida, que ha sido mucho, no hay nada de lo que me arrepienta o que quiera retirar, excepto quizás la frase “Menos es Aburrido”. Aquello era una rebeldía contra la simpleza insulsa de lo que yo la llamaría la arquitectura moderna tardía. Era una frase retórica. Desde nuestra perspectiva actual, no me cabe duda de que Mies es uno de los grandes maestros de este siglo en la arquitectura y todos los arquitectos deberíamos besar los pies de Mies van der Rohe por todos sus logros y lo que podemos aprender de él”.

Toda esta complejidad debe resolverse comprometiéndose con el conjunto. Esta unidad mantiene un control sobre los elementos en conflicto que las compone como un todo. 

Valora la tradición que considera que los artistas “tienen completo significado en cuanto son valorados en relación con sus predecesores”. 

Proclamaba en su libro la dualidad, la riqueza de significado, que oponía a una arquitectura aburrida, “intuyendo que con atender solamente los requerimientos funcionales no se cumplía con la misión arquitectónica, sino que se conducía a la desolación y el agotamiento del habitante”. 

Se basa para su obra en la cultura americana de consumo por excelencia. Estas características emergentes de una sociedad desordenada, difícil de entender por el ciudadano, no son compatibles con el racionalismo.

Concluye que el arquitecto “debe saber cómo interpretar con nuevos criterios de gusto y composición los elementos de la metrópolis moderna y los elementos de mala reputación, como puede ser el equipamiento urbano”. Se refiere al pop art con quien “comparte el gusto por los elementos vulgares de la cultura urbana, que combinan para mostrarla variedad y vitalidad”.

En este sentido la propuesta de Venturi es un reflejo de la sociedad norteamericana de los 50´ y 60´. Lo que más destaca de los edificios que analiza en su libro (más de 200 obras) es “explorar temas como las contradicciones en las composiciones, así como el poder de expresar varios significados simultáneamente, o tener una dualidad funcional”.

Reduce la arquitectura a un fenómeno perceptivo, a un juego de formas que transmiten mensajes a nuestros sentidos. Destaca entonces su capacidad expresiva.

Casa Vanna Venturi

De 1964, considera al edificio sustancialmente clásico en su planta y forma y su ornamentación y elevación, sin embargo, específica que a pesar de ser clásica no es pura, se adhiere más a las características manieristas que admite contradicción con la idea de orden.

Venturi considera que para apreciar esto se debe ser consciente de la contradicción en la arquitectura clásica, como en las obras de Palladio a quien considera su guía. “Algunos han dicho que la casa de mi madre “parece un dibujo de niños -representando los elementos básicos de refugio- (…). Me gusta pensar que es algo que alcanza otra esencia, esa del género de que es una casa y es elemental”.

“La casa de mi madre fue diseñada cuando ella ya era una viuda anciana, con su dormitorio en la planta baja, sin garaje porque ella no conducía, y con habitaciones para una sirvienta y la posibilidad de tener una enfermera -además de ser también adecuada para sus bellos muebles con los que yo me había criado. Por lo demás, ella no realizó otras demandas al arquitecto, su hijo, relacionadas con el programa o su estética -ella era maravillosamente confiada.” Guild House

En su libro “Aprendiendo de las Vegas” plantea dos caminos para que un edificio sea comunicativo “Que en su forma exprese una función o que sea un edificio funcional con un rótulo gigante”. La segunda opción es la que considera más contemporánea. 

Esto implica una independización de la fachada como hecho autónomo del contenido funcional. 
Un ejemplo del edificio anuncio es el “National College Hall of Fame”, un edificio con forma similar a la de una galería que es totalmente independiente de la fachada, siendo esta un anuncio gigante con pantalla electrónica. 

Así se opone a Loos considerando al edificio como “una máquina funcional por dentro y una obra singular por fuera”.

Lo que pasará a caracterizar su obra será una muestra de posibilidad de adaptabilidad y prevalencia de la arquitectura basándose en el uso de elementos convencionales.

leer tambien http://onlybook.es/blog/denise-scott-brown-una-conferencia-magistral/

Notas

1

Bibliografías

Rem Koolhaas “Delirio de Nueva York”, un manifiesto retroactivo para Manhattan, editorial Gustavo Gili, 2004.

Robert Venturi, Denise Scott-Brown y Steven Izenour “Aprendiendo de Las Vegas”, el simbolismo olvidado de la forma arquitectónica, Gustavo Gili, 2013 (9ª edición).
La lista de obras influenciadas por estos dos libros pioneros es innumerable.

Recordamos:

-“Mutations”, Rem Koolhaas, Stefano Boeri, Samford Kwinter, Nadia Tazi Hans-Ulrich Obrist, (Barcelona, Atar 2000)
-“The Urban Age Project”by de London School of Economics and Deutsche Bank’s“Alfred Herrasen Society” de Ricky Burdett y Deyan SudjikThe Endless City (Londres, Phaidon 2010).

2

“La idea de que las ciudades ya no se “planifican” es una de las más grandes ilusiones que han cultivado los arquitectos en los últimos cuarenta años. Es cierto que la posibilidad de planificar ciudades como un “proyecto” legible declinó con el auge de las políticas neo-liberales en los años 80”. 
“Sin embargo, más que desaparecer de un golpe, la planificación se ha transformado en un lubricante usado por el Estado con el fin ideológico de demostrar su propia inferioridad de cara al mercado”. 

“Contradicions in Neoliberal Planning”, Tuna Tasan-Kok y Guy Baeten, editorial Viena, Springer, 2008.

3

Robert Venturi, “Complexity and Contradiction in Architecture”, 1996, Nueva York, Museo de Arte Moderno, 1997.

Edición en español “Complejidad y contradicción en arquitectura”, Gustavo Gili, 2014 (12ª)

4

Un lema repetido obsesivamente en estos días en el discurso arquitectónico.

Veamos a Luca Guido, “To Go Beyond or Not to Be’ Unsolicited Architecture: An Interview with Ole Bouman,” en Architectural Design 79, número 1, enero-febrero 2009, páginas 82-85.

5

Para un compendio de prácticas activistas surgidas en los últimos años, véase Nihat Awan, Tatjana Schneider y Jeremy Till, Spatial Agency: “Other Ways of Doing Architecture”, Londres, Routledge, 2011, y “Did Someone Say Participate?”: An Atlas of Spatial Practices, Markus Miessen y Shumon Basar, editores, Cambridge, MIT Press, 2006.

6

Sobre la categoría del “proyecto” véase Massimo Cacciari, “Project en The Unpolitical: On the Radical Critique of Political Reason”, editado por Alessandro Carrera, Nueva York, Fordham University Press, 2009, 122-145.

Otros dos ensayos al tema del proyecto: “Redefining the Autonomy of Architecture: The Architectural Project and the Production of Subjectivity”, Pier Vittori Aureli, Harvard Design Magazine 35 (2012), páginas 106-114.

“The Common and the Production of Architecture: Early Hypotheses”, en Common Ground, David Chipperfield, Kieran Long y Shumi Bose, editores, Venecia, Marsilio, 2012, páginas 106-111.

La editorial Marsilio siempre editó cuidadas e interesantes títulos, estaba en aquellos tiempos en Venecia, lo cual para  mi era un acento que lo inimaginable podía llegar a ser posible.

7

“Proyecto” viene del latín “projectum”, “algo lanzado hacia adelante”. “Producción” viene del latín “producere”, “sacar adelante”. Ambas palabras son similares o sinónimos de proficere, que significa “ofrecer” o “sacar”.

8

Martha Thorne es una académica, curadora, editora y autora de arquitectura estadounidense. Es directora ejecutiva del Premio Pritzker de Arquitectura y Decana de la Escuela de Arquitectura de IE University en Madrid. Anteriormente, fue curadora de arquitectura en el Art Institute of Chicago.

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