Esta es una plaza autogestionada y sin ánimo de lucro.
Frente a este hermoso edificio en la esquina de la calle del Doctor Fourquet y Mallorca de Madrid, encontramos la entrada a un lugar muy especial.
A la altura del número 24 de la Calle Doctor Fourquet Nº 24, en el barrio de Lavapiés, hay un oasis de paz, donde no llega el bullicio de la ciudad, que merece ser visitado.
Es una plaza, un parque infantil, un espacio para dar y recibir cursos prácticos de cerámica, para almorzar y también descansar.
En un cartel en su entrada, se lee “Esta es una plaza, es un jardín compartido creado en un solar cedido por el ayuntamiento para la participación ciudadana» e invitan “Puedes participar en la Asamblea y Grupos de Trabajo”.
Proponen visitas, aceptan propuestas y realizan eventos.
Advierten que no se permiten actividades lucrativas.
Hay una inscripción que pone
Si en los jardines que habita
Me impiden ver a mi dueño
En los jardines del sueño
Nos daremos una cita
Umar Aḥmad ibn Muḥammad ibn Aḥmad ibn Sulaymān ibn Darrāğ al-Qasṭallī (958-1030).
Un poeta hispanoárabe de origen bereber, nacido en el Algarve.
El solar estaba vacio, y durante décadas abandonado.
Los vecinos de a poco, lo van condicionando y transformando en un espacio multiusos.
El Ayuntamiento de Madrid, en el año 2010, lo entrega como concesión.
Su historia es:
«Esta es una plaza» se «crea» en un solar vacío e inutilizado durante tres décadas, hasta que los vecinos idean un proyecto para convertirlo en espacio multiusos, intercultural e intergeneracional, que pueda ser utilizado por aquel que lo necesite, siempre y cuando lo cuide.
La concesión por parte del Ayuntamiento de Madrid llega en 2010 y, desde entonces, se han construido mesas para trabajos de jardinería y bricolaje; se ha plantado toda una colección de cactus, entre otras especies, y se han instalado varios columpios, además de haber reservado un lugar a modo de anfiteatro para actividades culturales.
Aparte de ser autogestionada y sin ánimo de lucro, esta «plaza» destaca porque no tiene papeleras, ya que cada debe ocuparse de la basura que pueda generar, es un espacio totalmente libre de humos.
«Esta es una Plaza» pretende ser un lugar de encuentro entre distintos grupos de la ciudad; sea que vengan a descansar, a celebrar un cumpleaños infantil o a recitar poesía. Se trata de compartir el espacio y las actividades para crear así un clima de convivencia y poder desconectar del lío de la ciudad durante un tiempo.
Puede interesarte este tema, por lo que te envío esta sugerencia de Hugo K: Fundación de una ciudad romana ex novo de nueva planta http://onlybook.es/blog/fundacion-de-una-ciudad-romana-ex-novo-de-nueva-planta-1/
Nuestro Blog ha obtenido más de Un Millón de lecturas: http://onlybook.es/blog/nuestro-blog-ha-superado-el-millon-de-lecturas/
En la primer parte de esta narración (http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-1a-parte/) mencioné que “mi relación con el sur del continente americano, comienza en Febrero de 1972 con un viaje realizado con mi amigo Edgardo Minond a bordo de un Citroën 2CV del año 1964, que continua con un viaje en el año 2016 y otro en el 2022”.
Mientras completo los datos y las narraciones de mis otros viajes, voy a intercalar el viaje en Citroën.
1972
En 1972 se realiza la Primera Gran Travesía Citroën, así denominó la fábrica de autos Citroën al programar un rally con un recorrido de 10.000 km desde Buenos Aires, a Tierra del Fuego, Santiago de Chile, Córdoba y regreso a Buenos Aires.
Con Edgardo formamos parte de un contingente de 202 Citroën, en el que había modelos de 2CV, 3CV, Meharis y Ami 8.
Las tripulaciones eran variopintas, familias, parejas, solitarios y solitarias, algunos acompañados de sus mascotas…
A nuestro Citroën 2CV de 425cc y 14 caballos, lo llamábamos “la dama Blanca” (aunque era verde con guardabarros amarillos), la foto es de aquel rallye pero no de nuestro auto.
Se llamó “La Gran Travesía”, a la caravana de autos Citroën que durante 1 mes (desde el 31 de enero al 27 de febrero de 1972) recorrimos la parte sur de Argentina y Chile. Muchos miles de kilómetros, para lo que contábamos con el apoyo de mecánicos que llevaban piezas de repuesto para resolver los inevitables problemas que provocaron caminos de ripio poco transitados y transitables.
Dormimos en campings, centros sociales y deportivos, hoteles, moteles y donde se podía, incluso dentro de los autos, cuando el cansancio impedía llegar al final de la etapa.
En el trayecto, durante el cruce en el ferry rumbo a la Tierra del Fuego, conocimos a un mochilero, mayor que nosotros, era arquitecto, pero pasaron varios días hasta que nos dijo que lo era.
Nos pidió lo lleváramos y a cambio colaboraría con los gastos de gasolina.
Era el Arq. Felipe Baigun, al que recuerdo con mucho cariño, cuando regresamos me invitó a cenar a su departamento que daba a la avenida 9 de Julio.
Era muy extraño, como que al tocar el timbre frente a lo que se suponía era la puerta de entrada, se abría una a tus espaldas, me explicó que así veía quien era, y sin hacer ruido, no habría, o lo hacía como fue mi caso.
En el último piso de su más que amplio piso, había una especie de mirador, de atalaya, con un espacio rodeado de cristales por donde se veía toda la ciudad incluyendo el cielo.
Me explicó, que su habitación “sin ventanas, era el útero materno, y que el espacio del mirador todo vidriado, era su nacimiento cada día.”
Durante el viaje vivimos muchas situaciones, recuerdo que en una larguísima recta, mordimos la banquina, y el Citroën volcó parcialmente, quedando de lado, apoyado en el borde de una zanja.
Estábamos muy cansados, para bajar, y tratar de poner el auto, en su posición normal sobre la ruta. Aún ladeados, el cansancio podía con cualquier inconveniente, por lo que decidimos dormir así, inclinados como estábamos, yo al volante, Edgardo en el medio y Felipe contra la otra puerta, resistiendo el peso de nosotros.
Al día siguiente, con la ayuda de alguno de la caravana, volver a poner todo el orden.
Nadie dudaba que el 2 caballos, seguiría rodando, y así fue.
Conocimos las playas de San Antonio Oeste, Las Grutas, Puerto Madryn, Península de Valdez (Isla de los pájaros, los elefantes marinos en Punta Norte y Puerto Pirámides), el Bosque Petrificado en Santa Cruz, La Isla de los Pingüinos en Rio Gallegos, cruzamos el Estrecho de Magallanes, vimos los Canales Fueguinos, recorrimos Tierra del Fuego, también el Lago Argentino con el Ventisquero Moreno (con su masa de 400 km2).
Luego fuimos a Esquel, al Bolsón, en este punto nuestro Citroën tuvo 2 problemas, el primero, su chasis que se había partido y los mecánicos dijeron que no aguantaría el cruce de la Cordillera, y además uno de sus conductores (yo) había perdido todo el dinero que llevábamos, por lo cual recibiendo gasolina y comida de almas piadosas pudimos regresar a Buenos Aires luego de casi 10 días.
En el trayecto de regreso, dormimos en hospitales y casas de buena gente.
Muchas estaciones de servicio, nos regalaron gasolina. Como yo había perdido el dinero, era el encargado “de pasar la gorra”.
Pero la Patagonia tiene de todo, menos estaciones de servicio, y cuando se nos acabó la gasolina, debimos dejar el auto sobre la ruta, ¿Dónde si no?
Baje a ver como crecía el pasto y Edgardo se quedó adentro, pasaron horas, lo que no pasaba eran autos.
El único que pasó, fue un auto que no freno a tiempo, o quizás su conductor estaría distraído y nos chocó desde atrás, el auto dio un salto y se deslizó por el campo. Cuando pudimos volver a ponerlo en la ruta, lo atamos a nuestro amigo chocador que nos remolcó.
El resto de la caravana siguió a Bariloche, cruzó la Cordillera por Puyehue, y en Chile recorrieron Osorno, Valdivia, Concepción, Santiago, Viña del Mar y Valparaíso.
Luego volvieron a cruzar la cordillera a 4000 metros sobre el nivel del mar y vía Mendoza, regresaron a Buenos Aires.
continua en http://onlybook.es/blog/viaje-al-fin-del-mundo-5ta-parte/
Este artículo trata más de libreros que de librerías, aunque no sabría explicar si alguno de ellos va primero, intuyo que van juntos.
Entrar a una librería tiene tanto encanto, que podría decirse en plural, tantos encantos como librerías existen, si en ellas hay al menos un librero.
Analizar la librería Shakespeare & Co, va de eso, de libros, de libreros y de librerías. Tanto es así, que la librería de Sylvia Beach, no es la librería de George Whitman aunque lo es de muchas formas, que trato de esbozar en el artículo.
Creo que lo hubiera sido aunque George no hubiera puesto el mismo nombre: Shakespeare & Co.
Es una mesa cultural de 4 patas, que comienza en 1919 y sigue hasta hoy, Adrienne Monnier, Sylvia Beach, George Whitman y Sylvia Whitman, un hilo cultural, un continuum de inteligencia emocional puesta en algo precioso, ya que de libros hablamos.
Hace muchos años, en la Buchmesse, la feria del libro de Frankfurt, un colega me dijo que los editores, cambiaban su sangre por tinta y eso era irreversible. Por lo que pienso que es también una historia de libros, libreros, librerías y editores. Y de autores. Y de traductores. Y de lectores. Y de amores, y de pasiones, y de espacios donde el espíritu encuentra su lugar en forma de letras.
En un mundo tan amazonado (viene de Amazon), escribir sobre esto es una forma de catarsis. Recuerdo lo que me dijo mi nietito Moon, tendría quizás 4 años y yo le leía en la cama antes de que acostarlo para dormir,
Él apoyaba su cabeza sobre mi pecho, y yo le leía en voz alta, no recuerdo que libro, le leía muchos.
De pronto, dejé de leer y le pregunté
-Moon, a ti te gusta mucho que te lea. Porque?
Y me respondió con la más preciosa frase que escuche acerca de la lectura
-Porque leer es como soñar mirando letras.
Sylvia Beach
La librería Shakespeare and Company se fundó el 19 de Noviembre de 1919, ha sido y es una librería independiente y biblioteca especializada en literatura anglosajona situada en el quinto distrito de Paris.
En el número 12 de la calle Odeón, Sylvia Beach atendió la librería entre 1919 y 1941, por méritos propios es considerada el centro de la cultura anglo-americana en París. Era visitada a menudo por autores pertenecientes a la “Generación Perdida”, así se llamaba a un grupo de escritores estadounidenses expatriados que vivieron en Paris en los años 20, el término se le atribuye a la escritora de novelas, poesía y teatro Gertrude Stein (1874 – 1946) y que fuera popularizado por Ernest Hemingway, escritor y periodista (1899 – 1961), que lo utilizó en el epígrafe de su novela de 1926 “Fiesta”, “Todos vosotros sois una generación perdida”.
Editorial Beat. 18 de Abril de 2021 288 pp. 14 x 20,8. Textos en italiano.Prólogo de Livia Manera.
“André Maurois es uno de los primeros en felicitar a la librería recién nacida, trayendo una copia de su pequeña obra maestra recién publicada “Les silennces du Colonel Bramble”. Ezra Pound, quien huyó de Inglaterra con su esposa Dorothy, se convierte en cliente habitual… Es la referencia estadounidense en París, Gertrude Stein, con la inseparable Alice B. Toklas”.
“Shakespeare and Company, es un libro brillante, lleno de anécdotas y antecedentes sobre las vidas de los escritores famosos de París de los años veinte y treinta”.
Editorial Il Saggiatore. 1 de Junio 2004. 559 pp 14.5 x 21.5 cm. Textos en italiano
Autor Noel Riley Fitch, traductores Tina DÁgotini, M.Fiorini
“A veces sucede, por casualidad o quizás por un destino inescrutable, que las mejores mentes de una época se concentren en un solo lugar, convirtiéndolo así en el centro del mundo. En los años veinte y treinta del siglo XX este lugar era París, «el mejor lugar para ser joven», la ciudad ideal para «vivir como genios»… James Joyce, buscando un editor para la monumental novela que estaba terminando, su punto de encuentro fue una pequeña librería en la rue de l’Odèon, Shakespeare and Company, fundada por una joven estadounidense que llegó a la Ville Lumière en 1916, apasionada por la literatura y tenaz partidaria de nuevos talentos: Sylvia Beach. Ella intuyó el genio de Joyce con previsión y publicó su obra capital, «L’Ulisse», que muchos editores ilustres habían calificado previamente de «incomprensible» y «obscena». Pero Sylvia era para Joyce mucho más que una simple editorial: le dedicó los mejores diez años de su vida, animándolo, financiándolo y promocionándolo ante el público y la crítica”.
Sylvia Beach, (nacida Nancy Woodbridge Beach, Baltimore 14 de marzo de 1887 – 5 de octubre de 1962 Paris) era hija de un pastor presbiteriano, vivió en Baltimore y Maryland.
En 1901 la familia se traslada a París cuando su padre fue llamado por la Iglesia Americana. Luego vivió dos años en España y trabajó en la Cruz Roja y en la International Commission on the Balkan Wars.
Su biógrafa la llamó “la comadre del modernismo”, fue una entregada sufragista, viajó a España para estudiar de cerca los movimientos libertarios, más tarde se instalaría en París para abrir una librería junto a una joven inconformista Adrienne Monnier, su compañera.
El primer local fue sobre Dupuytren, una calle pequeña y empinada a la vuelta de la esquina de la calle del Odeón.
Adrienne Monnier (Paris 1892 – 1955 Ibíd), se crió en una familia que alimentaba su rigidez en la figura de un padre simpatizante de la Iglesia presbiteriana y una madre que la educó en el miedo a la cercanía de los hombres.
Al terminar sus estudios básicos en 1909 se traslada a Londres para aprender inglés, trabajando de “aupair”.
A los veinte años trabaja en la editorial l’Université des Annales, donde está tres años, relacionándose con otras editoriales.
Ayudada económicamente por su padre, quien le dio los 10.000 francos que recibió como indemnización por un accidente de tren que sufrió, encuentra y compra un local,
En esa época fue cuando Adrienne y Sylvia se conocieron.
Sylvia diría de quien sería su amiga, socia y amante durante más de 17 años:
“Adrienne Monnier era una mujer robusta, rubia y blanca como una mujer escandinava, de mejillas sonrosadas y pelo lacio peinado hacia atrás desde la frente. Sus ojos eran muy llamativos, de un azul gris indefinido, ligeramente saltones…”
Adrienne vivía entonces con su pareja, Suzanne Bonierre, hasta que apareció en su vida Sylvia Beach.
El 15 de Noviembre de 1915, Adrienne abrió su librería y biblioteca de préstamos, «La Maison des Amis des Livres» en 7 rue de l’Odéon, París VI. Fue una de las primeras mujeres en Francia en fundar su propia librería.
Adrienne la presenta como “…una librería sin pinta alguna de tienda, sin que fuese nuestra intención; no podíamos ni imaginar que con el tiempo nos alabarían tanto por lo que a nosotras nos parecía precariedad e improvisación”.
Sus colaboradoras fueron su pareja Suzanne Bonnierre y la ayuda de Hélène para hacer los recados. «La Maison des Amis des Livres» fue el corazón del Paris más literario.
Ambas librerías La maison des amis des livres, y Shakespeare & Co, estaban sobre la misma calle, una frente a la otra, sobre la Rue de L’Odeon, ambas compartieron intereses profesionales afines y fueron compañeras sentimentales viviendo durante muchos años en el apartamento de Adrienne Monnier en el nº 18 de la misma Rue de l’Odéon.
En su libro Rue de l’OdéonAdrienne cuenta sobre su actividad:
“(…nuestra primera idea era —y sigue siéndolo— que el verdadero comercio de la librería englobara no solo la venta, sino también el préstamo, y que ambas operaciones se ejerciesen en paralelo. Resulta casi inconcebible comprar una obra sin conocerla. Expreso un sentimiento general cuando afirmo que toda persona de cierta cultura experimenta la necesidad de tener una biblioteca particular compuesta por libros que le gustan, que tiene por amigos buenos y fieles”.
Siempre le faltó espacio para tener los libros que deseaba tener, lo decía así:
“El gran drama de una librera es la falta de espacio. Año tras año se van acumulando los libros. Año tras año se hace necesario descubrir un nuevo rincón donde poner otra estantería. Y comprendes también que, aunque te fuese dada la tierra entera, te faltaría espacio. El espacio vital… ¡no es más que un mito!”.
Revistas literarias como Vers et prose, Littérature
La venta de revistas literarias eran una parte importante de su aporte a la cultura, el poeta Paul Fort (1872 – 1960) le vendió las existencias completas de su revista “Vers et prose”.
Fort fue fundador de la revista en colaboración de Guillaume Apollinaire (nacido Wilhelm Albert Włodzimierz Apolinary de Kostrowicki Roma 1880 – 1918 París), ambos eran visitantes habituales de la librería.
Era habitual encontrar al poeta y novelista Louis Aragon (Paris 1897 – 1982 Ibíd), al escritor, poeta y teórico del surrealismo André Breton ( Tinchebray 1896 – 1966 Paris) o al escritor e impulsor del dadaísmo Philippe Soupault (Chaville 1897 – 1990 Paris).
Tanto Breton, como Aragon y Soupault fundaron en 1919 la revista Littérature, que tuvo una vida de solo 2 años.
Adrienne en su libro Rue de l’Odeon describe a André Breton:
“…tenía claramente el tipo arcangelical, como T.S.Eliot, con quien no guarda más semejanzas que pertenecer a esa familia de figuras que vemos erigirse en los pórticos de las catedrales”.
Otros autores visitaban la librería como Jules Romains (nacido Louis Henri Jean Farigoule Saint-Julien-Chapteuil 1885 – 1972 Paris), la joven novelista Raymonde Linossier (Lyon 1897 – 1930), el diplomático y poeta Paul Claudel (nacido Paul Louis Charles Marie Claudel Villeneuve-sur-Fère 1868 – 1955 Paris), el filósofo y ensayista Walter Benjamin (nacido Walter Bendix Schönflies Benjamin, quien utilizólos pseudónimos Benedix Schönflies y Detlef Holz (Berlin 1892 – 1940 Portbou).
En julio de 1940, Walter Benjamín, desde Lourdes donde se encontraba en plena huida –y dos meses antes de suicidarse en Portbou–, le escribió a Adrienne Monnier una carta que terminaba:
“… me encuentro con usted no solo cuando pienso en París y en la Rue de l’Odéon –que quisiera encomendar a la más poderosa y menos solicitada de las divinidades protectoras–, sino también en muchas de las encrucijadas de mi mente. Me despido de usted expresándole mi más profundo afecto”.
Sé que me reitero, pero deseo enfatizar que La maison des amis des livres se había convertido en punto de reunión y encuentro de la vanguardia literaria francesa.
Alli convergían el poeta y ensayista Léon-Paul Fargue (1876 – 1947), el escritor, poeta, ensayista y filósofo Paul Valéry (nacido como Ambroise Paul Toussaint Jules Valéry, Sète 1871 – 1945 Paris), el poeta y escritor Jules Romains (nacido como Louis Henri Jean Farigoule, Saint-Julien-Chapteuil 1885 – 1972 Paris), el diplomático y poeta Paul Claudel, hermano de Camille Claudel (nacido Paul Louis Charles Marie Claudel Villeneuve-sur-Fère 1868 – 1955 Paris).
Estuvo 36 años abierta a un público excelso, que estaba muy cercano a la polémica y a la experimentación, hasta que en 1951 Adrienne se jubiló debido a que su reumatismo infeccioso le impedía trabajar.
Su enfermedad, el síndrome de Ménière, afectaba sin piedad su oído izquierdo. Los dolores eran cada vez más fuertes, los zumbidos cada vez más insoportables, las migrañas cada vez más acusadas y una enfermedad que se mostraba inflexible ante cualquier tipo de tratamiento.
No lo aguanta más y toma la drástica decisión de poner fin a su vida, ese 19 de Junio de 1955 con 62 años deja escrito:
“…pongo fin a mis días al no poder soportar más los ruidos que me martirizan desde hace ocho meses, por no hablar de los sufrimientos y fatigas que he padecido en los últimos años. Me encamino a la muerte sin miedo, sabiendo que aquí me encontré una madre al nacer y que me encontraré una madre en la otra vida”.
Tuvo una gran influencia en el excelente grupo de intelectuales que reunió a su lado, muchos la recordaron:
Jacques Prévert le dedicó un poema: La tienda de Adrienne
“…Una tienda, un pequeño establecimiento, una barraca de feria, un templo, un iglú, los bastidores de un teatro, un museo de cera y de sueños, un salón de lectura y, a veces, simple y llanamente una librería con libros para vender o prestar y devolver y clientes, los amigos de los libros, llegados para hojearlos, para comprarlos, para llevárselos. Y para leerlos. […] Adrienne, antes de cerrar la tienda, a solas con sus libros, como se sonríe a los ángeles, les sonreía. Los libros, como diablillos buenos, le devolvían la sonrisa. Conservaba esa sonrisa y se iba. Y esa sonrisa iluminaba toda la calle, la Rue de l’Odéon, la calle de Adrienne Monnier…”
Pascal Pia comentó
“Adrienne Monnier se ha ido con la discreción que la caracterizaba, rodeando su fin de tanto silencio y pudor que aún hoy muchos de sus amigos la creen ausente sin más de la Rue de l’Odéon, en uno de esos viajes que hacía en verano a sus pastos alpinos”. Pascal Pia hace referencia a Les Déserts, en Saboya, la aldea de su madre, donde Drienne pasaba sus veranos.
Yves Bonnefoy explicaba:
“… ¿Fue realmente el azar lo que me hizo entrar por primera vez en la tienda?.. ¿Había a principios de 1944 muchos más libreros que ofrecieran en sus vitrinas a Lautréamont y Rimbaud, Artaud, Daumal, los surrealistas… Como la mayoría de jóvenes sedientos de poesía, también yo iba por necesidad a aquel lugar donde la señora vestida de gris, de azul –grandes faldas de colores inmemoriales– era mucho más que la encargada. … Fue la consciencia de las letras”.
Sylvia Beach y Adrienne Monnier
Sylvia tenía un sueño, ayudada y asesorada por Adrienne, decidió abrir una librería estadounidense en París, donde los alquileres y el coste de la vida eran mucho más bajos. (2)
Sin el ejemplo de “La Maison des Amis des Livres”, la librería de Sylvia “Shakespeare and Company” no hubiera existido.
Adrienne le enseñó a llevar el negocio y como resolver las situaciones que provocaba la burocracia francesa, Sylvia siempre la consultó.
Fueron parte del enorme prestigio literario y cultural de la Rive Gauche.
El pintor y litógrafo Charles Winzer (1886 – 1940) amigo de Adrienne dibujó el cartel con el retrato de Shakespeare.
Revistas literarias como New Republic, Egoist, The Nation, Little Review, Nouvelle Revue Française, Le Navire d’Argent, Gazette des Amis des Libres
La librería se pobló de libros que llegaban desde Inglaterra y de Estados Unidos, no solo libros, también revistas como New Republic, Egoist, The Nation, Little Review…
Las paredes se decoraron con tesoros fotográficos de Walt Witman, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde y su capa de terciopelo, además de muchas otras fotos algunas de ellas de Man Ray (Emmanuel Radnitzky 1890 – 1976) un artista Dadá en plena transición al Surrealismo.
La librería apenas lleva una semana abierta pero no cesan de presentarse los amigos. Entre ellos la pandilla del poeta Léon-Paul Fargue (1876 – 1947), uno de los fundadores de la Nouvelle Revue Française, junto a su amigo Gallimard, el escritor y crítico Valery Nicolas Larbaud (1881 – 1957), y Paul Valéry a quien promete visitarle en su casa para ver los Degas, Manet y Renoir que cuelgan en sus paredes y de los que tanto le ha hablado, además de los Berthe Morisot, la famosa abuela de su mujer.
También André Gidé (Paris 1869 – 1951 Ibíd.) inconfundible con su sombrero Stetson de ala ancha y su cigarro.
Adrienne Monnier con la colaboración de Sylvia Beach y de secretario de redacción el escritor y periodista Jean Prévost (1901 – 1944) editaron Le Navire d’Argent de aparición mensual. Cuando escribía, Adrienne utilizaba el seudónimo J.M.Sollier. Expresaban así su amor a las letras, donde publicaban escritores respetados por ambas, el único requisito era la calidad literaria.
Uno de los famosos que publicó su primer texto gracias a Adrienne fue Antoine de Saint-Exupéry (nacido Antoine Marie Jean-Baptiste Roger Conde de Saint-Exupéry (Lyon 1900 – 1944 Mediterráneo), autor de El Principito. En 1926, la revista publica su primer relato, El aviador, en el que recogía sus impresiones sobre sus experiencias de vuelo, con una pluma profunda y rica en matices.
Al año dejó de editarse porque no era rentable, pero fue clave en la escena literaria, a la par que ayudo a muchos escritores noveles en sus carreras literarias.
Fue sustituida al cabo de un tiempo por la Gazette des Amis des Libres de corta pero intensa vida desde enero de 1938 hasta mayo de 1940, si consideramos los autores publicados, y la calidad de sus contenidos, también dirigida por Adrienne.
En Paris en esa época había otros salones como el taller “Lyre et Palette” donde se reunían grandes “fauves” de la época, escritores y músicos como Maurice Ravel (Ciboure 1875 – 1937 Paris), Claude Debussy (Saint-Germain-en-Laye 1862 – 1918 Paris), Georges Auric (Lodève 1899 – 1983 Paris), Darius Milhaud (Maarsella 189s – 1974 Ginebra), o Arthur Honegger (El Havre 1892 – 1955 Paris), y pintores como Pablo Ruiz Picasso (Málaga 1881 – 1973 Mougins), Henri Matisse (Le Cateau-Cambrésis 1869 – 1954 Niza), Amedeo Modigliani (Livorno 1884 – 1920 Paris) o Gino Severini (Cortona 1883 – 1966 Paris).
En otros salones como en Art et Action, se podía escuchar las composiciones de Francis Poulenc y ver representaciones teatrales.
Termina la relación de Adrienne y Sylvia
La relación entre Adrienne Monnier y Sylvia Beach concluyó en 1937, año en el que Sylvia viaja, por primera vez a EE.UU.
A su regreso se encuentra con que su lugar había sido ocupado por la fotógrafa alemana Gisèle Freund (Schöneberg 1908 – 2000 Paris). Sylvia se muda al altillo de su librería y pone fin así a toda una vida en común.
En su libro, minucioso en su relato hay una omisión, Adrienne solo menciona a Sylvia Beach en un párrafo “También estaba Sylvia Beach. Esta joven estadounidense lucía un rostro original, de lo más atractivo. Hablaba francés con soltura, con un acento más inglés que americano; a decir verdad, no se trataba tanto de un acento como de una forma enérgica e incisiva de pronunciar las palabras; al escucharla no pensabas en un país, pensabas en una raza, en el carácter de una raza. En la conversación no vacilaba ni se detenía, nunca le faltaban las palabras, aunque llegado el caso se las inventaba a sabiendas… En definitiva, esta joven americana tenía mucho humor; mejor dicho: era el humor en persona…llevaba el pelo corto, y yo me lo corté al poco tiempo”.
Poca mención para tanto compartido.
Otros como Hugh Ford describen a Sylvia: “Los que llegaban a Shakespeare and Company esperando encontrarse con una rebelde de gustos vanguardistas y lascivos terminaban llevándose la impresión contraria: su compostura y su sensatez se reflejaban hasta en su ropa. Alejada de su entorno bibliófilo, Sylvia podía haber pasado por la secretaria de una multinacional, o por una maestra formal, enérgica y formidable…”
Todos los franceses llegan a la dirección de la librería de Adrienne o de Sylvia, ya que. Shakespeare and Company es una librería de préstamo, un club, una embajada y hasta una estafeta.
Otros visitantes, en este caso estadounidenses que llegan a París establecen e la librería de Sylvia su dirección postal.
Sylvia está un poco sobrepasada con tanta actividad pues llegan decenas de cartas.
Es frecuente ver pasar por allí a Sherwood Anderson (Camden 1876 – 1941 Colón) (orgulloso de ver su libroWinesburgh, Ohio expuesto en el escaparate) o a Robert McAlmon (Clifton 1895 – 1956 Desert Hot Spring).
El poeta Ezra Pound, quien se jacta de ser un buen carpintero (“Zapatero a tus zapatos”, suele decirle James Joyce) mientras golpea con un martillo una vieja silla adquirida en el mercado de las pulgas.
Gertrude Stein (Allegheny 1874 – 1946 Paris) otra de las nuevas suscriptoras, aparece junto a su inseparable compañera y confidente Alice B. Toklas (San Francisco 1877 – 1967 París).
Otro suscriptor es James Joyce, Sylvia apunta “James Joyce; calle de l’Assomption, 5 París; suscripción por un mes, siete francos”.
De Hemingway decía que era “el mejor de mis clientes”.
Recuerda su llegada a la librería en sus memorias:
“Al levantar la cabeza vi a un hombre alto y moreno, con un pequeño bigote, a quién oí decir en voz muy grave y profunda que era Ernest Hemingway. Le invité a sentarse y, en respuesta a mis preguntas, me informó que era de Chicago. También supe que había pasado dos años en un hospital militar recuperando el movimiento de su pierna ¿Y qué le había pasado a su pierna? Bueno, casi tan compungido como un niño, me confesó que había combatido en Italia y le habían herido en la rodilla. ¿Le gustaría ver las heridas? Por supuesto que sí. De esta forma se interrumpió todo el trabajo en Shakespeare and Company mientras se sacaba el zapato y el calcetín y me enseñaba las terribles cicatrices que cubrían la pierna y elpie…”.
Shakespeare and Company era una mezcla de librería y biblioteca que frecuentaron, sobre todo, mujeres deseosas de emanciparse intelectualmente, en una época en que la lectura se consideraba un peligro para su género.
Entre ellas estaba Simone de Beauvoir (Paris 1908 – 1986 Ibíd) y Virginia Woolf (Londres 1882 – 1941 Lewes), por las fichas de préstamo sabemos que gustaban leer libros que era difícil conseguir como los de William Faulkner.
Muchas se conocieron gracias a Sylvia, entre ellas Victoria Ocampo (Buenos Aires 1890 – 1979 Béccar) y Virginia Woolf en este caso en forma indirecta, ya que Victoria conoció a Virginia por su escritura.
La primera vez fue en París cuando Sylvia Beach, tomó Un cuarto propio de la estantería y se lo dio:
—Estoy segura de que usted sueña con este libro.
Y era verdad. Pasaron más de cinco años de aquel primer encuentro con un libro de Woolf y pudo finalmente estar frente a la autora en una exposición de Man Ray.
Victoria miró a Virginia con admiración.
Virginia miró a Victoria con curiosidad. (3)
Notas
1
Datos y referencias tomadas del artículo de Bruce Handy (26 de Junio de 2015) en Vanity fair.
Debemos aceptar (no sin dolor y tristeza), que es admirable que un espacio de esta superficie en el centro de Buenos Aires, sea respetado.
Motivos sobran, y no son menores su enorme valor histórico y cultural luego de un poco más de siglo y medio.
Sobre todo en una ciudad que no se caracteriza por respetar y conservar los referentes representativos de nuestro pasado inmediato (del anterior ya no hablemos).
El “Tortoni”, por haber sido conservado esta atravesando un excelente momento de fama y popularidad.
Guillermo, mi hermano, editó en 2010 junto a la Universidad de Palermo, el libro del Arq. Mario Roberto Álvarez (1913 – 2011) “Cuadernos de Viajes”.
El libro es el Tomo I, luego, el fallecimiento del arquitecto, suspendió lo que sin duda sería un excelente Tomo II.
Durante la preparación del mismo Guillermo tuvo ocasión de hablar varias veces con Mario Roberto, y me contó que comentando un proyecto banal e intrascendente cercano a su estudio el prestigioso arquitecto le dijo:
-“Que lastima, han perdido la oportunidad de hacer una buena obra de arquitectura”.
Alguna vez leí, que no se debía tirar una obra de arquitectura, si no se hacía al menos algo igual o mejor.
A la arquitectura, como a las amistades y los buenos vinos, es el tiempo el que los mejora, y pueden deleitarnos si sabemos apreciar su esencia.
Cuando visité la Johnson Wax de Frank Lloyd Wright (1867 – 1959) en Racine, y vi los escritorios de trabajo en esa selva de finas columnas bañadas de luz, tenían funcionando, incorporadas pantallas de ordenador, con teclados y equipos modernos.
Los escritorios eran iguales a cuando fueron diseñados en 1939, su buen diseño, permitió su adecuación a nuevos tiempos.
El “Tortoni” se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos, a los turistas, a los habitués y muestra como el edificio de Wright, lo que un buen diseño permite.
El Tortoni, el espíritu de Avenida de Mayo, un puerto de afectos
El café “Tortoni” es el café más antiguo de la Argentina.
Monsieur Jean Touan lo funda en 1858 en la calle Defensa al 200, luego lo traslada a la calle Esmeralda y Rivadavia frente a la Asistencia Pública, donde estuvo 20 años.
Luego a la calle Rivadavia 832, y más tarde a Rivadavia 826.
En 1862, Celestino Curutchet (1828 – ? ) de origen vasco-francésse casa con Ana Artcanthurry en Burdeos.
La madre de Ana, su suegra, estaba viviendo en Buenos Aires con su esposo Jean Touan y los entusiasman con sus relatos de Buenos Aires.
La joven pareja se deja seducir por ese Buenos Aires encantador y deciden emigrar a Buenos Aires en 1870.
En 1879 Celestino Curutchet, que vive en los altos del café, compra y se hace cargo del café “Tortoni”.
Cuando el intendente Torcuato de Alvear (1822 – 1890) concibe el proyecto de construcción de un gran boulevard al estilo de los creados por el Barón Haussmann (Georges-Eugène Haussmann 1809 – 1891) en el Paris del XIX, comienzan una serie de importantes intervenciones en Buenos Aires (1), se la llamó Avenida de Mayo inaugurada en 1888
Luego de la construcción de la Avenida de Mayo, el café “Tortoni” decide construir una nueva entrada sobre ella y en 1893, abre sus puertas en el número 825, es el barrio de Montserrat (2).
Celestino Curutchet le encarga la realización de una nueva fachada al arquitecto Alejandro Christophersen (1866 – 1946).
Recién construida la Avenida de Mayo, se autorizan a colocar mesas y sillas en las veredas. El 20 de octubre de 1849, fue el café “Tortoni” el primero en colocarlas del lado del cordón (bordillo), dejando un espacio entre las mesas y la línea municipal.
El edificio donde está el Tortoni fue realizado para la familia Unzué como residencia familiar sobre una planta baja de comercios.
El Café “Tortoni”, es por definición “el Café de Buenos Aires”. (3)
Su nombre procede del que a fines del XIX era el Café emblemático de Paris.
La aristocracia porteña soñaba con Paris, importaba su estilo, importaba sus productos deseando moldear Buenos Aires a la manera parisina, recreando el espíritu del “Tortoni” francés, meca de famosos, intelectuales y artistas.
Grand Café Tortoni de Paris
Acuarela. Museo Carnavalet – Paris
La popularidad del café alcanzó su punto máximo a mediados de siglo.
Honoré de Balzac (1799 – 1850), Stendhal (Henri Beyle 1783 – 1842), René Albert Guy de Maupassant (1850 – 1893) y más tarde Marcel Proust (1871 – 1922) se encuentran entre los escritores que dan testimonio del esplendor del café.
Lugar de encuentro para dandies, intelectuales entre otros habitues.
A los financieros de la capital también les gustaba pasar el rato en el “Tortoni” por la mañana, porque el café estaba ubicado cerca de la Bolsa de Valores.
El estilo del café italiano encarnado en París por “Tortoni” viene del “Florian” de Venecia, el “Gambrinus” en Nápoles, el “Greco” en Roma.
En esos cafés los amanes de la literatura apreciaban redescubrir el espíritu creativo del siglo XIX.
Gaëtan Baldisserd Velloni, fue un veneciano que ofrecía un nuevo tipo de café con el cual extasiaba a la élite parisina, además de aliviar el frío invierno con un chocolate caliente que en esa época era un producto de lujo muy sofisticado, y para compensar, en verano un rico helado italiano.
Lo llamó café “Le Napolitan”, ubicado en la esquina de Boulevard des Italiens y Taitbout, en una París aristocrática y señorial. Todo fue muy duro para él cuando el negocio no funcionó y terminó quitándose la vida.
Su primo Giusseppe Tortoni tomó su lugar, dejó la venta ambulante y se dedicó a difundir los “peziduri”, unas tortas napolitanas de helado moldeado, leche merengada y “cassata”.
En 1798, se instaló en el 22 de la rue Taibout, y lo llamó “Grand Café Tortoni”, de su Musset dan fe los innumerables escritos de quienes lo apreciaban.
Édouard Manet (1832 – 1883) y Charles Pierre Baudelaire (1821 – 1867) almorzaban en el “Tortoni “, se retrató con galera escribiendo en una de sus mesas.
Lugar de encuentro de políticos, intelectuales, becarios, “dandies” es decir hombres elegantes y refinados, mujeres del mundo y en ocasiones “cocottes” (mujeres que viven de servicios sexuales pagados, toleradas por las autoridades) o “demi-mondaines” (palabra que proviene del Demi-monde, una comedia que Alejandro Dumas Jr. (1824 – 1895) publicara en 1855 “El semimundo es un mundo nebuloso que devuelve una imagen distorsionada del «gran mundo».
La fama del café se acrecentó con las citas de novelistas y viajeros, y la fama de clientes habituales que lo alababan. (4)
¿En que se transformó el Grand café Tortoni?
Cuando cerró sus puertas definitivamente en 1893 parecía el fin.
Más de un siglo después, en el otoño de 2017, dicen que el café “Tortoni” finalmente renació.
Actualmente está en el 45 de la rue de Saintonge, Paris 3.
Abre de martes a sábado de 9 a 19 hs y domingos de 11 a 18 hs.(+331 42 72 28 92).
Ramdane Touhami (1974) y Victoire de Taillac, perfumistas parisinas, han tomado decisiones importantes, como la de hacer una versión doble del “viejo” café.
En la entrada hay un dispensario retro que recuerda a la perfumería florentina Santa Maria Novella, presentando los cosméticos “Buly”.
La cafetería está después de este primer mostrador.
El telón de fondo es de mármol, carpintería y grandes ramos de flores secas.
Poco y nada del antiguo “Grand Café Tortoni”.
La Peña Literaria
Café contado
En el café funcionó “La Peña”, inaugurada el 25 de Mayo de 1926, fomentó la protección de las artes y las letras hasta su desaparición en 1943.
La idea fue de Quinquela Martín (Benito Juan Martín 1890 – 1977), mientras realizaba un viaje por Francia y tomaba un café en el “Tortoni” de Paris decide ponerla en práctica en Buenos Aires, para que amigos y colegas que disfrutaban de la buena conversación, se pudiesen reunir en un espacio adecuado.
Esta Peña había nacido en el café “La Cosechera” de Perú y Avenida de Mayo, más tarde se trasladó a las mesas del “Tortoni”.
Como con el tiempo el lugar quedó chico, Curutchet ofreció la bodega de vinos para que pudieran estar más cómodos y trasladó la vinería a otro lugar.
Así la sede de “La Peña”, llamada “Agrupación Gente de Artes y Letras”, realizó tareas de difusión cultural mediante conciertos, recitales, conferencias, y debates, se sentaron grandes personalidades, deportistas, intelectuales y artistas argentinos y de todo el mundo.
Cuando cerró, lo recaudado por la venta de los muebles (entre ellos un piano Steinway en el que tocaron Arthur Rubinstein (1887 – 1982), Alejandro Brailowsky (1896 – 1976), Lía Cimaglia Espinosa (1906 – 1998)y Héctor Panizza(1875 – 1967) se compró el granito con el que Luis Perlotti (1890 – 1969) realizó el monumento a Alfonsina Storni en Mar del Plata, además de amueblar el recreo en el Tigre donde muriera Leopoldo Lugones (1874 – 1938)y erigir un monumento a la memoria de Fernando Fader (1882 – 1935) en Mendoza.
Horacio Ferrer, escritor uruguayo, poeta e historiador del tango (Horacio Arturo Ferrer Ezcurra 1933 – 2014) que comandó la Academia del Tango que funcionaba en el primer piso, lo describe sabiamente:
“Para el gran Tortoni, puerto de afectos, pandora de historias, dulce de amores en secreto, arco iris de las artes, mágico de porteñísimo, cabal y misterioso de reflexiones, atorado de ensueños, loco, loco de presagios y nostalgias, refugio, nido, eco, tiento y clavija donde el alma mejor afina sentires y pesares”.
El tango “Viejo Tortoni”
Se me hace que el palco llovizna recuerdos, que allá en la avenida se asoman, tal vez, bohemios de antaño y que están volviendo aquellos baluartes del viejo café.
Tortoni de ahora te habita aquel tiempo. Historia que vive en tu muda pared. Y un eco cercano de voces que fueron, se acoda en las mesas, cordial habitué…
Letra de Héctor Negro (1934 – 2015), música de Eladia Blázquez (1931 – 2005) en versión de Susana Rinaldi (1935)
Los protagonistas de la Peña del Café Tortoni (5)
Cuentan que Quinquela Martín organizaba cenas en las que se vestía de marinero, luego de comer tallarines de colores se entregaba en la sobremesa un tornillo a algún artista invitado.
Se leyó poesía, se estudió el tango en presencia de reconocidos artistas locales y regionales, como la poetisa y escritora Alfonsina Storni (1892 – 1938), el poeta y médico rural Baldomero Fernández Moreno (aprovecho para enviarle un saludo a la también galardonada nieta Inés), al pianista Arthur Rubinstein (1887 – 1982) nacido en Polonia en Lodz, cuya mención me recuerdan la ciudad donde se crió Luis mi padre, Ricardo Viñes, Carlos Gardel, Roberto Arlt, José Ortega y Gasset, Jorge Luis Borges, Florencio Molina Campos, Lisandro de la Torre, Ernesto Palacio, Marcelo Torcuato de Alvear, Eladia Blázquez, Conrado Nalé Roxlo, Antonio Bermúdez Franco, Juan de Dios Filiberto, Carlos Marchal, Juana de Ibarbourou,
Su fama atraía a conocidas figuras, que deseaban descubrirlo por lo que se los solía ver con cierta frecuencia como: Juan Manuel Fangio, Osvaldo Pedro Pugliese, Julio de Caro, Tita Merello, Miguel de Molina, Federico García Lorca,
Tuvo visitantes ocasionalesAlbert Einstein, Hillary Clinton, Juan Carlos de Borbón, entre otros.
La Peña de El Escarabajo de Oro (6)
Entre 1962 y 1974, en la parte de atrás del “Tortoni” (actual sala Eladia Blázquez), se reunía cada viernes un grupo de jóvenes escritores en torno a figuras algo mayores como Abelardo Castillo y Humberto “Cacho” Constantini.
Los integrantes más constantes de esa Peña fueron los narradores, como Liliana Heker, Isidoro Blastein, Ricardo Emilio Piglia Renzi, Arnaldo Liberman, Julio de Caro, Miguel Ángel Briante, Vicente Battista, Jorge Di Paola,Ramón Plaza, Horacio Salas.
En esas reuniones en el “Tortoni” se concretaron tres revistas emblemáticas “El grillo de papel”, “El escarabajo de oro” y “El ornitorrinco” que fueron decisivas en la dinámica literaria e intelectual argentina de aquellos años.
Refundación del Tortoni (7)
Roberto Fanego, formó parte del grupo de 20 hombres que trabajaban en el Café, pusieron el dinero para comprarlo formando parte de la sociedad con un 5 % cada uno.
Su historia quedó registrada en las revisas tituladas “los Cuadernos del Café Tortoni”.
“Las luces misteriosas del Tortoni prosiguen alargando los fantasmas bohemios que inventaron ‘un tiempo’ en Buenos Aires”, escribió Cátulo Castillo (Ovidio Cátulo González Castillo, 1906 – 1975) en una visita al café en 1973.
La mesa de Gardel
Carlos Gardel (c.1883 – 1935) cantó dos veces en el café, en una de ellas le ha dedicado un tango al autor italiano Luigi Pirandelo luego que éste diera una conferencia en La Bodega.
Durante un tiempo fue habitué del lugar.
Solía ocupar –según testimonio de Enrique Cadícamo (1900 – 1999) – la mesa del costado derecho junto a la ventana entrando por la avenida Rivadavia, donde podía reunirse con amigos sin ser abordado por sus admiradores.
El Tortoni hoy
Actualmente el propietario del café es el Touring Club Argentino.
La sala «La Bodega», en el subsuelo, es escenario de diferentes artistas de tango y jazz, desde 1978 toca todos los sábados la “Fénix Jazz Band”.
El grupo recibió en 1995 el Premio Konex de Platino como mejor banda de Jazz de la década en la Argentina. En “La Bodega” se realizan presentaciones de libros y concursos de poesía. Tiene además una biblioteca y al fondo, mesas de billar y salones para jugar al dominó y a los dados.
El café conserva la decoración de sus primeros años y la salida por la calle Rivadavia.
El programa de radio “La venganza será terrible”, conducido por el escritor, músico y actor Alejandro Dolina (1944) se transmitió en vivo desde la bodega del Café “Tortoni” con presencia de público, hasta que por razones de seguridad se ha trasladado al Hotel Bauen.
Antecedentes el Café Izmir (8)
Leopoldo Marechal hace aún más conocido al Café Izmir, al publicarse en 1948 su novela “Adán Buenosayres”, aunque ya era famoso en los años ´30, armó su historia personal alrededor y con “El Tortoni” y el “Izmir”
Fue Jaim Danón, quien lo bautizara “Izmir”, en recuerdo de su ciudad natal. Fue a finales de 1932 en las habitaciones de un inquilinato de la calle Gurruchaga 432/36 barrio de Villa Crespo
Lo continuará Rafael Alboger durante el siguiente cuarto de siglo, quien trabajara de lustrabotas en el Café “Tortoni”, en Avenida de Mayo al 800, luego mozo y más tarde maître, al final de los años ´20 y primeros años del ´30, es decir espectador privilegiado de las manifestaciones culturales de la época.
En el barrio convivían representantes de las tres religiones monoteístas, por lo que algunas disquisiciones teológicas eran frecuentes en el “lzmir”, como las del judío Abraham, el musulmán Abdalla y el cristiano Jabil que defendían sus diferencias sobre el Mesías.
«…el café “lzmir” en su momento era tradición, era una reliquia de Buenos Aires, de Villa Crespo. Ahí se sentaba gente grande de nuestra colectividad, iban camino al templo…a tomar un café, también la colectividad armenia, la griega, la musulmana…no había odios…en paz…en aquel tiempo eran todos respetados y amables”.
El “Izmir” ofrecía un ámbito para la magia, el ensueño y la sensualidad a un público casi exclusivamente machista que lo frecuentaban para acortar la distancia entre la Reina del Plata y sus lejanos pueblos de mar.
Entonces se casaban, la ceremonia religiosa, con ritual sefaradí, se iniciaba generalmente a la vuelta, en el Gran Templo de Camargo 875 y algunos mozos del “lzmir” se convertían en «mozos de boda». Y cuando al templo le faltaban hombres para llegar al número mínimo necesario para los rezos (minyám) al primer lugar al que acudían era al café.
Con los cambios sociales y políticos llegaron al “lzmir” las elementales discusiones entre peronistas y antiperonistas; asimismo, los dirigentes de fútbol de Atlanta y Chacarita (clubes de la zona), llevaron al café algunas de sus agitadas reuniones, sobre todo en los prolegómenos de las elecciones politicas.
Cerró definitivamente sus persianas el 9 de octubre de 2000. El “lzmir” figura entre los 39 cafés citados en el libro “Los cafés de Buenos Aires, publicado por la Comisión de Protección y Promoción de los Cafés, Bares y Billares y Confiterías Notables de la Ciudad de Buenos Aires” y entre los 21 citados como emblemas porteños en “La Guía Total de Buenos Aires” de diciembre 2000
Grupo Martin Fierro o Grupo de Florida y el Grupo Boedo (9)
Ernesto Palacio y Roberto Mariani, deciden, con fines publicitarios, iniciar un “movimiento literario”.
Políticamente hablando uno tomó rumbo a la derecha y el otro derivó a la izquierda.
Ernesto Palacio argumentaba que en Francia había grupos literarios y entonces, para no ser menos, en Buenos Aires había que hacer lo mismo y que podía servir como publicidad el hecho de que hubiera dos grupos enemigos.
El calificativo de “Florida” correspondió al centro de la ciudad, y el de “Boedo”, al suburbio
El Grupo de Floridaestaba cercano a la redacción de la revista literaria Martín Fierro que estaba en Florida y Tucumán, y acostumbraban reunirse en la confitería “La Richmond” ubicado sobre Florida entre Lavalle y Corrientes, y realizar exposiciones en el café “Tortoni”.
El Grupo de Florida (o también Grupo Martín Fierro) fue unagrupamiento informal de artistas de vanguardia de la Argentina.
Coincidían Ricardo Güiraldes, Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo, Pablo Rojas Paz, Pelegrina Pastorino, Norah Lange, Conrado Nalé Roxlo, Raquel Forner, Francisco Luis Bernárdez, Norah Borges, Córdova Iturburu, Macedonio Fernández
El grupo Boedo (10)
Pertenecía al suburbio, recibieron ese nombre porque uno de sus puntos de confluencia era la Editorial Claridad (11) ubicada en calle Boedo 837, y el café “El Japonés” (12) en Boedo 873. La zona era por entonces eje de uno de los barrios obreros de Buenos Aires.
El grupo se caracterizó por su temática social, sus ideas de izquierda y su deseo de vincularse con los sectores populares y en especial con el movimiento obrero.
El escritor Roberto Arlt, en una entrevista, hablaba sobre el Grupo de Boedo, que «De las nuevas tendencias que están agrupadas bajo el nombre de Florida, me interesan estos escritores: Amado Villar, que creo encierra un poeta exquisito, Bernárdez, Mallea, Mastronardi, Olivari y Alberto Pinetta. «
Sus participantes fueron:
Leónidas Barletta, César Tiempo (Clara Beter), Elías Castelnuovo, Aristóbulo Echegaray, Raúl González Tuñón, Roberto Mariani, Nicolás Olivari, Alberto Pinetta, Gerardo Pisarello, Abel Rodríguez, Gustavo Riccio, Lorenzo Stanchina, César Tiempo, Enrique Amorim, Arístides Gandolfi Herrero, Juan Carlos Mauri, Roberto Arlt, José Arato, Adolfo Bellocq, Guillermo Facio Hebequer, Abraham Regino Vigo, Cátulo Castillo, Homero Manzi, Álvaro Yunque, Juan de Dios Filiberto, Juan Francisco Giacobbe, José González Castillo, Pedro Láurenz, Pedro Mario Maffia, Sebastián Piana.
Además, el café fue conocido por ser asiduamente visitado por los jugadores, hinchas y directivos del club Huracán cuya cancha se encontraba muy próxima.
Que es hoy el Tortoni?
En el diccionario “Tortoni” es un helado a menudo aromatizado con Jerez.
En la actualidad sigue siendo un lugar de difusión cultural y turístico por excelencia, donde se puede pedir habitualmente Chocolate con Churros. 1 riquísima taza de chocolate caliente + 3 exquisitos y crocantes churros rellenos de dulce de leche y/o bañados en chocolate, o una Picada de jamón, queso, salame, cantimpalo, aceituna y mortadela.
Notas
1
Entre 1882 y 1885, el conjunto de edificios que reemplazaron al viejo Fuerte de Buenos Aires se convirtieron en la Casa de Gobierno cuando los unió el arco Monumental.
Hacia fines de siglo comenzó la construcción del Congreso de la Nación de 1896/1906 del artq. Vittorio Meano (1860 – 1904) que fue también una parte de la también nueva Avenida de Mayo, produciendo el principal corredor cívico y eje de desarrollo este-oeste de Buenos Aires.
Dos años antes se había terminado el Palacio de Tribunales de 1905/1942 arq. Norbert Maillart (1856 – 1928) y dos años después el Teatro Colón de 1888/1908 diseñado por los Arq. Francesco Tamburini (1846 – 1890),Vittorio Meano (1860 – 1904), Julio Dormal (1846 – 1924).
También se realizaron obras en los alrededores de la Plaza Lavalle; el Palacio de Correos 1906/1910 por el Arq. Norbert Maillart (1856 – 1928); el edificio de Aguas Corrientes de 1887/1894 diseñado por el Arq. Olaf Boye (1864 – 1993) y el Ing. Carlos Nyström. Así como las escuelas Petronila Rodríguez.
Publicado en el periódico Desde Boedo, Año XII, Nº 131, junio de 2013
Nos cuenta:
Otros cafés de la época, como elCafé de Monserrat en la calle Buen Orden 152 (actual Bernardo de Irigoyen 292), que perduró hasta fin de siglo.
Café De las Cuatro Naciones de Perú y Alsina, fundado en 1836 por José Badaracco y que desapareció al demolerse el antiguo Mercado del Centro que abarcaba la manzana de Alsina, Perú, Moreno y Chacabuco.
Confitería del Águila, fundada por el Vicente Costa en 1852 en Florida 102 (actual 178–180) esquina Perón.
Le sucede Jerónimo Canale, quien construyó un edificio de lujo para recepciones y luego sus hermanos Ángel,Agustín y Santiago, quien a principios del siglo XX muda la confitería a Callao y Santa Fe.
Confitería del Gas, de 1857 en Suipacha y Rivadavia. Su nombre seguramente proviene de los faroles de Gas que reemplazaban a los de aceite eran un orgullo porteño. Un lugar selecto que rivalizaba con la confitería Del Molino a la hora del té con masas suizas.
El Bar La Helvética, fundado en 1860 en Corrientes 502, por Poirier y Morini. Su cercanía del diario La Nación, lo convirtió en sucursal de la redacción.
Concurría además del General Mitre, Rubén Darío, durante su estadía en Buenos Aires desde 1893 a 1898, concurría la vida literaria e intelectual del Buenos Aires de fin de siglo, Roberto J. Payró, Emilio Becher, Bartolito Mitre, José de Maturana, Joaquín de Vedia, Charles de Soussens, José Ingenieros entre tantos otros.
Otro de los establecimientos preferidos por la sociedad porteña de fines del siglo XIX fue el café y restaurante La Sonámbula, en la esquina sureste de Hipólito Yrigoyen y Defensa. Allí había construido la compañía de seguros La Previsora un edificio para sus oficinas al que, por razones económicas, destinó en parte para el Hotel de Londres.
El edificio, diseñado por el arquitecto Pedro Coni en estilo academicista, tenía una importante cúpula en símil piedra que coronaba un grupo alegórico, creación del escultor italiano Luis Trinchero (1862 – 1944) y los coloridos toldos de los niveles bajos le conferían una atractiva vista a la esquina. No se sabe de qué nacionalidad era el dueño o los dueños, pero todo le hace suponer un origen itálico porque si bien el hotel era “de Londres”, el curioso nombre de La sonámbula sólo lo remite a la famosa ópera de Vincenzo Bellini… y no nos olvidemos que Plaza de Mayo por medio se encontraba todavía el viejo Teatro de Colón.
Al hotel y a la confitería se los llevó puestos el “progreso” en la década de 1940, cuando el estado nacional expropió o adquirió todos los lotes de la manzana –salvo el del antiguo Congreso Nacional de Yrigoyen y Balcarce– para construir el Banco Hipotecario. Quedó como recuerdo un tango de Pascual Cardarópoli, titulado precisamente La sonámbula, que Pacho Maglio grabó en el sello Columbia allá por 1912 o 1913, en solo de bandoneón. Pero la relación del naciente tango con los cafés de Buenos Aires… será otro callejeo.
Muy interesante el trabajo del arq. Alberto Petrina (hola Alberto) “Patrimonio Arquitectónico Argentino, Tomo II, Parte 1 (1880-1920)
4
De la rue Taitbut se trasladó al 45 de la rue Saintonge, 75003, en el otoño europeo del año 2017.
El “Grand Café Tortoni”, es una reconstrucción llena de recuerdos y de elegancia, de la pátina que la vistieron con su presencia tantos artistas y autores, donde atienden de martes a domingo de 9,30 a 19 hs, metro République (líneas 3, 5, 8, 9,11).
5
El pianista español Ricardo Viñes (1875 – 1943) amigo de Maurice Ravel, Claude Debussy y Manuel de Falla y profesor entre otros de Enrique Granados.
El cantante, compositor y actor Carlos Gardel (c.1883 – 1935.
El novelista, cuentista, dramaturgo, periodista e inventor Roberto Arlt (1900 – 1942).
Leopoldo Marechal, autor de Adán Buenosayres frecuentaría, como parte de la generación martinfierrista, «La Peña del Tortoni», y luego también el café de la calle Gurruchaga, que lo inspiraría para la narración de algunas de las bellas páginas de su primera novela.
El filósofo y ensayista español situado en el movimiento del “novecentismo” José Ortega y Gasset (1883 – 1955).
El escritor, poeta y ensayista Jorge Luis Borges (Jorge Francisco Isidoro Luis Borges (1899 – 1986).
El dibujante y pintor Florencio Molina Campos (1891 – 1959) conocido por sus dibujos costumbristas.
El abogado, escritor y dirigente político Lisandro de la Torre (1868 – 1938).
El escritor, abogado, periodista y docente Ernesto Palacio (1900 – 1979).
El presidente de la Nación Argentina y abogado Máximo Marcelo Torcuato de Alvear Pacheco (1868 – 1942).
El pianista, director y compositor de tangos Osvaldo Pedro Pugliese (1905 – 1995).
El 5 veces campeón de automovilismo Juan Manuel Fangio (1911 – 1995).
El físico Albert Einstein (1879 – 1955).
El violinista, director de orquesta y compositor de tango Julio de Caro (1899 – 1980).
La cantante de tango y milonga y actriz Tita Merello (Laura Ana Merello 1904 – 2002).
El cantante de copla español Miguel de Molina (Miguel Frías de Molina 1908 – 1993).
La política diplomática, escritora y conferencista Hillary Clinton (Hillary Diane Rodham Clinton 1947).
La cantante y compositora Eladia Blázquez (1931 – 2005).
El poeta, dramaturgo y prosista español Federico García Lorca (1898 – 1936).
El rey de España Juan Carlos de Borbón (1938).
El poeta, escritor, periodista, dramaturgo y humorista Conrado Nalé Roxlo.
El caricaturista, artista plástico e ilustrador Antonio Bermúdez Franco.
El compositor y músico Juan de Dios Filiberto (1885 – 1964), el autor de “Setenta balcones y ninguna flor”.
La poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou (Fernández Morales 1892 – 1979).
6
El escritor Abelardo Castillo (1935 – 2017).
El escritor Humberto Cacho Costantini (1924 – 1987).
La novelista y ensayista Liliana Heker (1943).
El escritor Isidoro Blastein (1933 – 2004).
El escritor, crítico literario y guionista Emilio Piglia Renzi (1941 – 2017).
El psicoanalista y escritor Arnaldo Liberman (1933) a quien tuve el privilegio de conocer y participar en su casa en los encuentros que realizaban en Madrid junto a otras personas muy valiosas desde el punto de vista intelectual y humano, entre las que se encontraba mi querido Dr. Hugo Bleichman ( – 2020).
Elviolinista, director de orquesta y compositor de tango Julio de Caro, (1899 – 1980),
El escritor, periodista y guionista Miguel Ángel Briante (1944 – 1995).
El escritor y guionista Vicente Battista (1940).
El poeta, ensayista e historiador Horacio Salas (1938 – 2020).
7
Martín Auzmendi, cronista y poeta, autor de “Cócteles en el camino”, crónica íntima de un viaje por ciudades, bares y barras.
Datos tomados de su artículo “Paris en Avenida de Mayo “La historia del Café Tortoni y de una Buenos Aires que ya no existe”. 27 de Abril de 2015
8
Carlos Szwarcer. Publicado en: «Todo es Historia». Nº 422. Setiembre de 2002.
9
El novelista y poeta Ricardo Güiraldes (1886 – 1927).
El poeta Oliverio Girondo (Octavio José Oliverio Girondo 1891 – 1967).
El ensayista, poeta, cronista y escritor Pablo Rojas Paz (1896 – 1956).
La reportera, editora de moda, traductora y educadora italiana Pelegrina Pastorino “Pele” (1902 – 1988).
El poeta, dramaturgo, novelista y ensayista autor de Adán Buenosayres Leopoldo Marechal (1900 – 1970).
El docente, abogado, periodista y escritor Ernesto Palacio (1900 -1970).
El poeta, escritor, periodista, guionista, libretista, dramaturgo y humorista Conrado Nalé Roxlo (1909 – 1971).
La pintora, escultora y profesora de dibujo Raquel Forner (1902 – 1988).
El poeta y diplomático Francisco Luis Bernárdez (1900 – 1978).
La poeta, artista plástica y crítica de arte Norah Borges (Leonor Fanny Borges 1901 – 1998), hermana de Jorge Luis Borges, la llamaba Norah y escribía “En todos nuestros juegos era ella siempre el caudillo, yo el rezagado, el tímido, el sumiso. Ella subía a la azotea, trepaba a los árboles y a los cerros yo la seguía con menos entusiasmo que miedo”.
El periodista y poeta Córdova Iturburu “Policho” (Cayetano Policinio Córdova Iturburu (1902 – 1977) miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes.
El escritor, abogado y filósofo Macedonio Fernández (1874 – 1952).
10
El escritor, periodista y dramaturgo Leónidas Barletta (1902 – 1975).
El escritor, periodista, editor y guionista César Tiempo, (Israel Zeitlin (1906 – 1980) se presentó como Clara Beter.
El poeta, ensayista y periodista uruguayo Elías Castelnuovo (1893 -1982).
El poeta Aristóbulo Echegaray (1904 – 1986).
El poeta y periodista Raúl González Tuñón “El pichón de Buenos Aires” (1895 – 1974).
El poeta, escritor de “Cuentos de Oficina” y periodista Roberto Mariani (1893 – 1946).
El escritor, traductor y poeta Nicolás Olivari (1900 – 1966).
El escritor, poeta y periodista Alberto Pinetta (1906 – 1971).
El poeta, escritor, periodista y docente Gerardo Pisarello (1898 – 1986).
El escritor, periodista y poeta Abel Rodríguez (1893 – 1961).
El poeta Gustavo Riccio (1900 – 1927) “Para empezar a ser bueno es necesario sentir como si fueran de uno las penas de los otros”.
El escritor Lorenzo Stanchina (1900-1987) fundador del grupo Boedo.
El periodista, autor, guionista, escritor y actor César Tiempo (Israel Zeitlin 1906 – 1980).
El novelista, cuentista, dramaturgo, periodista e inventor argentino Roberto Arlt (1900 – 1942) es a veces incluido en el Grupo Boedo (incluso él mismo lo hace en una entrevista).
El pintor José Arato (1893 – 1929) ilustró el libro “Los pobres” de Leônidas Barletta.
El pintor, grabador, docente y xilógrafo Adolfo Bellocq (1899 – 1972).
El pintor, grabador y litógrafo uruguayo Guillermo Facio Hebequer (1889 – 1935).
El pintor uruguayo Abraham Regino Vigo (1893 – 1957), realizó grabados, aguafuertes y xilografías basados en la temática social, como la serie La Quema
El poeta y compositor de tango Cátulo Castillo (Ovidio Cátulo González Castillo 1906 – 1975).
El poeta, político, guionista, periodista, director de cine y autor de tangos y milongas famosas Homero Manzi (Homero Nicolás Manzione 1907 – 1951).
El novelista, cuentista, dramaturgo, periodista e inventor Roberto Arlt (Roberto Emilio Godofredo Arlt (1900 – 1942).
El compositor y músico autor de Caminito (1926), Quejas de Bandoneón, Malevaje (1928) Juan de Dios Filiberto “Filiberto” (1885 – 1964).
El musicólogo, compositor, director, dramaturgo, poeta, filósofo, regisseur, científico y profesor de música Juan Francisco Giacobbe (1907 – 1990).
El dramaturgo, director de teatro, libretista de cine y letrista de tango José González Castillo (1885 – 1937).
El bandoneonista, director y compositor Pedro Láurenz (1902 – 1972).
El bandoneonista, director, compositor y docente Pedro Mario Maffia (1899 – 1967).
El músico, compositor, director de orquesta y pianista Sebastián Piana (1903 – 1994).
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La Cooperativa Editorial Claridad fue fundada el 30 de enero de 1922 por el periodista, político y empresario español Antonio Zamora (1896 – 1976).
Decía “una editorial no debía ser una empresa comercial, sino una especie de universidad popular”.
El nombre elegido se inspiró en el movimiento intelectual francés “Clarité”, vinculado a Henri Barbusse (1873 – 1935).
En sus comienzos estaban en la calle Boedo 837 y debido a ello el grupo literario vinculado a la editorial durante la década de 1920 fue llamado ‘El grupo de Boedo’, grupo muy destacado en la historia literaria argentina por la cantidad de escritores y artistas notables que lo conformaban.
Algunas de sus publicaciones fueron: La revista Los pensadores, la revista Claridad y la colección Los nuevos.
La editorial Claridad fue considerada uno de los más importantes emprendimientos culturales durante la primera mitad del siglo xx en Argentina.
Cárcel de mujeres de Angélica Mendoza, editado por Claridad, Biblioteca Feminaria (1933).
Esquema sexual de Humberto Salvador, editado por Claridad, Biblioteca Científica (1934?).
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Entre 1920 y 1940 se instalaron más de 40 cafés o bares japoneses en Buenos Aires, práctica que se extendió a lo largo de la Argentina.
Motokichi Yamagata, partió de su Kagoshima natal en 1908 rumbo a San Pablo, pero las promesas incumplidas lo convencieron de ir a la Argentina.
En 1920 Motokichi Yamagata (paso a ser Yamakata en Argentina) y sus otros hermanos abrieron dos cafés en Buenos Aires, uno en Cerrito y Lavalle, y otro la avenida Boedo 873
Estaba cerca de la Editorial Claridad, allí se reunía el Grupo Boedo constituido por artistas de vanguardia de la década del 20, conocidos por su preocupación social.
La Junta de Estudios Históricos del barrio de Boedo homenajeó al café “El Japonés” con una placa conmemorativa que fue descubierta el 22 de noviembre de 2013, en Boedo 873.
En 1935 un periodista del diario Crítica, lo describía así:
“…el cronista llegó con su rabioso cansancio a cuestas y descansó en sus sillas de Viena…La humeante taza de café con leche y el pan con manteca servidos por Murata. El café Japonés tiene algo de ciudad y de campo. La asiduidad del Juez de Paz…a cuyo alrededor mariposean los que tienen hambre y sed de favores…”
Roberto Arlt en su novela «Los siete locos» menciona al café de Cerrito y Lavalle, en la sección «El Odio«:
(Erdosain)…Al poner una mano en el bolsillo encontró que tenía un puñado de billetes y entonces entró en el bar Japonés. Cocheros y rufianes hacían rueda en torno de las mesas. Un negro con cuello palomita y alpargatas negras se arrancaba los parásitos del sobaco, y tres “polacos” polacos, con gruesos anillos de oro en los dedos, en su jerigonza, trataban de prostíbulos y alcahuetas. En otro rincón varios choferes de taxímetros jugaban a los naipes. El negro que se despiojaba miraba en derredor…Erdosain, pidió café, apoyó la frente en la mano y se quedó mirando el mármol”.
En compras superiores a 5.000¥ (50 usa) los comercios descuentan el tax que es del 8%.
El negocio junta la factura con otros papeles y los grapa al pasaporte. A más compras de 50 usa el pasaporte más engrosa su interior.
Paso 2
En el aeropuerto (donde los comercios ya me han indicado que es donde los debo presentar), preguntamos varias veces donde cumplir esa gestión (entendemos de cierta trascendencia), sino cívica al menos turística.
-vaya uno a saber cómo es esta gente en temas fiscales ya que cuando solicitas el tax free te piden el pasaporte para controlar cuando entraste a Japón, (ese número irá a una central informática como la de Cabo Cañaveral que puede reaccionar ante tu ausencia al trámite y no dejarte subir al avión, o algo peor?, no realmente no pasa nada).
Como ya me ha pasado en algún querido país, que lo tienes que hacer antes de facturar las valijas porque el agente de aduanas con cara indescriptible te pide, si podes mostrarle esos zapatos que has comprado.
Antes de migraciones, encontramos al encargado de aduanas al que preguntamos que hay que hacer? Responde en forma amable que tienes que sacar la factura y demás papeles del pasaporte, es decir desgraparlos.
Supongo que entre él y sus compañeros se ocuparán de decirle a los 24 millones de turistas que tengan que hacer el trámite, realicen el desgrapamiento correspondiente.
Paso 3
Todos vamos dejando esos documentos en una bandeja, que está llena de documentos iguales.
Conclusión
Como nadie revisa nada, creo que resolvieron el problema de juntar millones de papeles en esas bandejas.
Son azules, las bandejas.
Metro
En el andén, mientras se espera la llegada del metro, se forman 2 filas paralelas, dejando un espacio en el medio para que cuando se abran las 4 puertas -2 del vagón y las 2 de protección del andén- puedan salir primero los pasajeros del vagón y después y solo después comenzar a entrar en orden. Notable y emocionante, no?
Siesta
Difícil entender como hacen para despertarse, pararse, y descender cuando el metro llega a la estación que van. Aun no se si 1/2 despiertos o 1/2 dormidos. Pero lo hacen.
Es probable que no duerman, sino estén relajados meditando con los ojos cerrados.
Muchos leen, libros de papel, impresos, otros en ebooks.
No vi graffitis, de ningún tipo. Todo impoluto, limpio, cuidado, protegido y mantenido.
Tampoco coches chocados, despintados ni rayados. Gran parte Toyota, de todos los tamaños.
Tren y corpiño
Tomamos el Shinkansen de Okatama a Hiroshima.
Al nuestro lado una parejita de alemanes, de Munich, ella hablaba perfecto español.
Me explico que decidieron hacer una parte del camino juntos y después se separaban.
A los pocos minutos veo colgando un corpiño, quizás para que se seque, que se yo…..
Chiste
Esto que me llego de chinos viene muy buen aqui
-maestro Kun Fu, porque dicen que todos los chinos somos iguales?
– no soy el maestro Kun Fu.
Taxi
Cuando paras un taxi, la puerta se abre (y cierra automáticamente).
Sobre los asientos y el respaldo un tejido blanco.
El conductor con guantes blancos te saluda. Hay un mínimo de 570¥ para ls primeros 1.4 km. La ciudad es muy grande.
Hay carreras de 1.500 ¥ , 3.000.¥ 5.000 ¥.
Al aeropuerto de Narita, que está a 60 km por bus (tarda 1,05 horas) cuesta ¥ 1.000, por tren (30 minutos) son 3.000 ¥. Y por taxi más de 13.000 ¥. Cuando quiera presumir en algún CV pondré que en Tokio iba en taxi de un lado al otro
America del Sur
Les sorprende saber que soy argentino y varios me han comentado que la conocen.
Se alegran cuando les digo que vivo en España. Gaudí. Messi y Maradona son mis mejores credenciales.
Gaudi por su trencadis.
Madrid por sus tapas.
Y Messi por lo que es. (¿Vieron el corto Messi es un perro?)
Varios
Usan barbijos, por el tiempo de primavera para evitar alergias y para no contagiar a los demás.
Usan quimono, mucha gente joven, los fines de semana y por las zonas donde habían florecido los ceerezos. Se alquilan, 1.000 a 1.500 yenes por un día . Vimos muchos turistas alquilando.
Films
Mi amigo Edgardo me escribe :
Te paso dos películas fantásticas
1.
director Yasujiro Ozu
Film: Tokyo Story
La primera es de un director de los años 50, fue un maestro y uno de los mejores directores japoneses de todos los tiempos El segundo, contemporáneo si bien es Taiwanes la película que te recomiendo es japonesa.
2.
director Hou Hsiao-hsien
Film: Cafe Lumiere
Ganó varios premios Cafe Lumiere.
Film del 2003.
Es un homenaje a Ozu que utilizaba una cámara fija en una habitación bastante baja y los personajes pasaba y actuaban delante de la misma.
Se iban a otra habitación y volvían.
La cámara no seguía al actor.
Tienen buena pinta.
Arq.
Hugo Alberto Kliczkowski Juritz permitido
reproducir parcial o totalmente citando la fuente gracias
más articulos en mis blogs : hugoklico.blogspot.com y onlybook.es/blog
Sabía visualmente de sus características, pero necesitaba sentir como era ver su dimensión (54 pisos y 190 metros) y su entorno cercano.
Johnny Örback, era en ese momento el director gerente de la cooperativa sueca de viviendas HSB, que fuera fundada en 1923 y la actual propietaria de la torre.
HSB es la mayor cooperativa de Suecia.
Esta torre está basada en una escultura de Santiago Calatrava llamada«Twisting Torso» que es la forma en que un ser humano gira sobre sí mismo, realizada en mármol blanco, y con el nombre de «Turning Torso», bautizaron a esta torre que el ing arq Santiago Calatrava finalmente construyó en Suecia.
Ubicada a 512 Km de Estocolmo, en la ciudad de Mälmo, está a las orillas del estrecho de Öresund. Se inauguró en Agosto de 2005 con 147 unidades residenciales.
Es extraño ver su torsión, y los elementos estructurales externos. Pero no son excesivos (debo reconocer que fui a verla con no pocos prejuicios por las polémicas que Calatrava ha causado y causa), así como su tamaño, hasta diría que me agrado su simplicidad dentro de su complejidad.
Emplazada en una zona nueva, muy cerca del puente/túnel que une Suecia con Dinamarca, una obra de ingeniería muy compleja que une las ciudades de Mälmo -Suecia- con Copenhague -Dinamarca-.
Toda la zona tiene lugares de esparcimiento y restaurantes, al borde del río un paseo muy bien diseñado donde se circula en bicicleta, que tambien se usa para realizar gimnasia, tomar sol, e ir de compras en comercios y galerías.
Alrededor de esta torre muy alta. (la más alta de la península escandinava) hay muchas viviendas y comercios, muy bien diseñados y mejor construidos.
Me llamo la atención que ya en ese momento (era 2015), la torre (como en su momento lo fue la Torre Eiffel en París), era el símbolo de la ciudad y había todo tipo de merchandising con su imagen.
En agosto de 2015, recibió el premio 10 Year Award del Council on Tall Buildings and Urban Hábitat (concedido por el Consejo de Edificios Gran Altura y Hábitat Urbano (CTBUH).
En 2005 obtuvo el primer puesto del Emporis Skyscraper Award.
La película “El socialista, el arquitecto y la torre” trata, como lo indica la sinopsis de Filmaffinity:
» En 1999 el socialdemócrata Johnny Örbäck, director general de una cooperativa de viviendas en Malmö decide encargar a Santiago Calatrava la construcción de un edificio único en los viejos astilleros de la ciudad, la ‘Turning Torso’, una torre de 190 metros de altura que se retuerce sobre sí misma y que fue nombrada como el «mejor proyecto de edificio residencial del mundo» en Cannes.
Los años pasan y el proyecto se retrasa. El presupuesto se excede en casi 85 millones de euros y Johnny Örbäck tiene que soportar la presión de los empresarios y de los ciudadanos de Malmö, que no entienden por qué una cooperativa como la HSB no construye pisos asequibles para la población. El director entra en las vidas de los protagonistas y vive en primera línea sus sueños y frustraciones. Una mirada única al mundo de la arquitectura y lo que pasa cuando la visión artística choca con la dura realidad».
Otra:
Hay un CDR editado por la FCA (la Fundación Caja de Arquitectos de Cataluña) donde se ha filmado todo lo que ha habido alrededor de la torre, que no ha sido poco por los sobrecostes y atrasos.
Creo a pesar de los pesares, y muchas consideraciones, la torre es una maravilla.
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